Monday, August 19, 2024

Prisiones Privadas: El Negocio del Crimen


En el año 2010, cayó en mis manos un documental que cambiaría, completamente, el curso de los próximos dos años. Lo recomiendo amplísimamente. Se llama "I Could a Been Your Cellmate" (Yo podría Ser Tu Compañera de Celda) Fue grabado en el 2007. Lo pueden ver en Netflix o YouTube. 

Este documental estaba protagonizado por la Oscarizada actriz y comediante americana Mo'Nique, que había decidido hacer su ya para entonces famosísima rutina de comedia, no en un teatro como podría ser el Apollo de la ciudad de Nueva York, donde ya había sido aplaudida, sino en una prisión de alta seguridad en el estado de Ohio.

El "Ohio Reformatory for Women" (El Reformatorio de Mujeres de Ohio) es una prisión que alberga alrededor de 2,400 presas actualmente, pero que data al año de 1916.

Mo'Nique, acompañó su rutina de risas y de anécdotas con un brutal mini documental donde conversaba con varias de las presas, que se convertirían en su público por un día.

El reformatorio tiene prisioneras condenadas por crímenes a todo nivel, incluyendo asesinato en primer grado, y fue la primera prisión que construyó un centro de cuidados neonatales para las madres que cumplían sentencia estando embarazadas.

Escuchar a Mo'Nique me inspiró, casi inmediatamente, a contactar al alguacil de la cárcel del condado de Seminole, en el estado de la Florida, y tuve una sesión de orientación para convertirme en voluntaria de la sección de mujeres.

La gran mayoría de los programas de voluntarios en las cárceles son de índole religiosa. Pero mi programa sería completamente diferente. Yo quería dar clases de literatura.

Así nació "Do The Write Thing," un homófono que se traducía como "Haz lo Correcto." Utilizando "Write" (escribir) en vez de "right" (correcto)

Yo diseñé el programa y visitaba a mis alumnas todos los fines de semana. Les enseñé a escribir poesía y leíamos los clásicos de Jane Austen, ya que mi audiencia no era hispanoparlante.

Mi supervisor, el alguacil, siempre me aconsejó no hermanar con las presas, puesto que, en su mayoría, ellas no tendrían un trato adecuado conmigo, y tratarían, según sus criterios, de manipularme emocionalmente.

Pero para mí, lo más importante fue el bienestar y la tranquilidad de mis alumnas, y luché con mucho esfuerzo para que "Do The Write Thing" fuese un programa que se extendiera por otras cárceles, e incluso que fuese un programa que estaría esperando que las alumnas ya no estuviesen presas para seguirlas ayudando en su rehabilitación.

El programa, muy tristemente, saltó por los aires por varias razones. Uno, yo tenía reglas muy específicas de que no quería tener estudiantes que yo sabía que habían sido puestas en libertad, y por desgracia, habían regresado a la vida del crimen. Y número dos, la gran mayoría de las estudiantes no tenía ninguna motivación de verdaderamente enmendar su camino. Yo era una mera distracción para no estar en las celdas.

Por otro lado, mis esfuerzos en convertir mi programa en una organización sin fines de lucro se vieron mermados por la constante negativa del público en general que no veía con buenos ojos a una mujer que haya sido condenada por un crimen.

Por mucho tiempo, me quedó la duda de qué podía ser aquello que hizo que mi programa fracasara. Los programas de voluntarios de contenido religioso son y seguirán siendo un éxito rotundo.

Y no fue hasta mi participación activa como “soldado” de la batalla cultural que encontré muchas de las respuestas.

Cabe destacar que tanto la prisión de Ohio donde Mo'Nique había hecho su aparición, como la cárcel donde yo trabajé, son estatales. Es decir, son mantenidas por heraldo público a base de impuestos.

En el condado de Seminole todas las presas, y de igual manera los hombres, con los que interactué muy poco, tenían trabajos específicos y horarios muy marcados.

De igual manera, había una celda de castigo, y a las presidiarias de esta celda les estaba prohibido participar en mi programa--o cualquier programa educativo.

Pero de pronto, me dí cuenta que el mayor problema que teníamos en Estados Unidos, no eran las prisiones estatales, sino las llamadas "prisiones privadas" o "prisiones con fines de lucro."

El concepto de las cárceles privadas puede ser completamente desconocido por muchos. Definirlas no es nada difícil, sin embargo, porque son una empresa más, que genera dividendos como podría ser un negocio de bienes raíces, comercios minoristas, restaurantes, y un largo etcétera.

Pero hay una variante muy interesante que nos lleva hoy a hacer un análisis preocupante, pero no por ello menos fascinante.

Las cárceles administradas por compañías privadas se han convertido en las últimas décadas en una industria que genera hasta $200 billones al año!

El empresario de origen iraní y popular "podcaster" Patrick Bet-David, en un episodio de su programa "Valuetainment" comentó que una conversación con el afamado rapero 50 Cent (nombre artístico de Curtis James Jackson III) lo llevó a hacer su propia investigación sobre los centros de detención privados, porque el artista le había comentado del nexo tan cercano que tenía la empresa del entretenimiento con el de las cárceles.

Y ahondaremos en ello un poco más adelante.

Primero tenemos que dar algunos datos para comprender esta temática tan compleja que podría, sin duda alguna, albergar las claves, de por qué nuestra civilización se ha ido alejando del camino y vemos una decadencia, casi ya, imparable.

La primera cárcel administrada por una compañía privada estaba en el estado de Tennessee. Corría el año de 1984 y la empresa hoy en día conocida como CoreCivic tomó las riendas de una prisión en Hamilton County. 

CoreCivics junto a Geo Group son quienes, mayoritariamente, mantienen el monopolio de la administración privada de los centros correccionales en los Estados Unidos.

Para entrar en materia, me gustaría destacar que estas empresas generan $1.9 billones al año en el caso de CoreCivic y aproximadamente $2.2 billones en el caso de Geo Group.

Ambas compañías abrieron con apenas un año de diferencia, y respondieron al tan devastador boom de la lucha contra el tráfico de crack (y otras drogas) de finales de los 70s y los 80s. 

De mil amores, CoreCivics y Geo Group aceptaron crear contratos donde la carga de mantener tantos presos que estaba costando a los estados una verdadera fortuna, ahora se vería aliviada albergando a los criminales sentenciados en instituciones que proveían la seguridad y correrían con los gastos de la manutención de los reclusos.

Como nos dice Bet-David en su análisis, como cualquier negocio en cualquier industria, para que el negocio sea exitoso, ¿qué debe haber? ¡Muy sencillo...clientes!

A un negocio que se nutre de presos, qué le hace falta? Elemental, mi querido Watson, como diría Sherlock Holmes, más presos!

Estados Unidos es el país con más población encarcelada en el mundo entero, con una cifra de aproximadamente 1.9 millones de hombres y mujeres.

La India, por poner un ejemplo, con 1,41 billones de habitantes, tiene en este momento un poco más de 570,000 personas en prisión.

Es complicado imaginar que los Estados Unidos de América, una nación conocida como la tierra de las oportunidades y las libertades tenga tanta gente restringida, pues eso, de sus libertades...

Hagamos un inciso...

El sistema judicial Norteamericano es quizá uno de los más corruptos actualmente, muy a pesar de haber sido creado por nuestros Padres Fundadores, como un sistema impoluto y casi perfecto.

Pero digo más...

Desde que se ha descubierto que hay una mina de oro en la creación de agendas tanto ideológicas como financieras, sobre todo, las que involucran a poblaciones minoritarias, quienes controlan los factores de poder, no han escatimado esfuerzos para lucrarse con los entramados de un sistema judicial moldeable y que antepone el negocio al cumplimiento de la ley.

Hay algo importantísimo de aclarar con este tema, y es que del negocio de las cárceles de índole privada se han beneficiado personajes de ambos bandos ideológicos, tanto conservadores como los Demócratas. Es decir, los gravísimos efectos secundarios para nuestra sociedad actual, el traficar con la justicia, ha manchado las manos de políticos de todos los espectros y criterios.

Si bien es indiscutible que los centros correccionales y prisiones tanto estatales (o pública, si prefieren) como  las privadas, lidian, directamente con los tan mal ponderados "derechos humanos," se hace imprescindible retirar de este análisis cualquier tinte ideológico, como los que, naturalmente, mantiene la retórica de los activistas.

Por duro y severo que esto suene, hay que tener en cuenta que una gran mayoría de presos, tiene una condena que cumplir, que puede ser tan grave como asesinatos en serie (donde se puede condenar a muerte) o fraudes monumentales o incluso violaciones múltiples y asaltos con arma de fuego o armas blancas. 

¿A qué voy con esto? 

Muy sencillo, que no podemos confundirnos y alegar que no debería haber cárceles ni castigos, como ya se ha pronunciado la actual vicepresidenta, Kamala Harris, en declaraciones durante su campaña presidencial para estas próximas elecciones.

De eso, nada.

Pero, para los prisioneros con crímenes, digamos, de menor gravedad, la idea de entrar en una cárcel, no sólo es la de cumplir condena, que por supuesto. Si no también la de rehabilitación y, al contrario de muchas de mis alumnas, como puse de ejemplo, que no se volvieran a plantear--ni por casualidad--cometer otro crimen.

Pero en el momento en que se habla de una industria que genera más de $200 billones de dólares, a muchos no se les pasa por la mente que un felón pueda ser rehabilitado. Eso es anatema.

¿La pregunta aquí es?

¿Cómo se llega a una cifra tan exorbitante? $200 billones. ¿Sabían ustedes que el margen de ganancias del negocio de las cárceles es superado por muy poco (relativamente hablando) sólamente por la explotación y venta de petróleo?

La respuesta es muy sencilla. Podemos resumirla en una sola palabra: CONTRATOS.

De hecho, el primer contrato que se firma con compañías como Geo Group, es, por supuesto, por el número de reclusos. Cada recluso puede tener, dependiendo del estado, un "valor" de $40, $50 o más.

Es decir, cuando una persona es condenada a cumplir sentencia y es llevada a una institución privada, esta cárcel recibe dinero del estado por cada cabeza.

En un correccional con más de 2,000 internos, por dar una cifra, pueden ir sacando una calculadora. 

Pero hay más. Mucho más...

Para la manutención de los presos, deben haber contratos con numerosas otras empresas, también privadas, que van a vender sus servicios o productos a las prisiones, como pueden ser Aramark Correctional Services, una multinacional que provee alimentos a las prisiones y que registró ganancias en el año 2023 de más de $18 billones de dólares.

A eso hay que agregar servicios médicos, farmacias, etc. 

Un dato curioso, los servicios telefónicos, por ejemplo, que hacen contratos de altísimo valor con las cárceles tomando en cuenta la necesidad absoluta de los presos de hacer contacto con el mundo exterior.

Creo que nos vamos entendiendo...

Aquí es donde vamos a retomar la conversación que tuvo Bet-David con 50 Cent...

Si hay una industria que genera más de $200 billones de dólares, ¿qué sigue a estas ganancias?

Por supuesto qué inversionistas. Tanto CoreCivic como Geo Group son compañías públicas que cotizan en la bolsa. Pero hay inversionistas que, como se dice popularmente, donde ponen el ojo también quieren poner la bala.

Hablamos de Blackrock. Blackrock, a quien dedicaremos un análisis en este medio próximamente, es el mayor inversor tanto de CoreCivics como de Geo Group. El número uno. Lo de ellos es hacer caja. Poco o nada le importa a Blackrock el manejo de los presos.

Quién sigue a Blackrock, entre muchos otros “sabuesos” financieros--y quiero hacer especial énfasis en esto--la industria del entretenimiento.

Volvemos a nuestra analogía anterior...Si tenemos un negocio, ¿qué se requiere? ¡Se requiere clientes!

Si la industria musical quiere sacar rédito económico de las cárceles privadas, qué necesita? Que se puedan generar delincuentes. Es así de simple y sencillo.

¿Y cómo lo hace?

Aupando un contenido que inspire a los jóvenes a mantenerse victimizados y sodomizados por un mal ambiente donde predomina la violencia, los malos tratos, y el tráfico de drogas, antes el crack, como mencionamos, hoy por hoy, el fentanilo.

Si bien 50 Cent es un empresario multimillonario que sí ha ayudado a muchísimos fans a salir de la pobreza por medio de programas sin fines de lucro, su gremio, sigue siendo un hábil promotor de la vida de las calles.

Hace casi 30 años, el rapero conocido como Coolio creó el que sería conocido como el himno de los delincuentes callejeros, "Gangsters Paradise" (El Paraíso de los Gángsters) que le valió un Grammy. Hoy en día esta pieza que se ha viralizado tanto en Instagram como en Tik Tok, representa la crudísima realidad de una enorme mayoría de jóvenes negros y otras minorías, incluyendo hispanos.

Ahora, cuál fue el fin de Coolio, su intérprete? Una trágica muerte por sobredosis de fentanilo y heroína en el 2022.

Su canción, sin embargo, ya supera las 700 millones de reproducciones desde su creación hace décadas.

¿Por qué sigue siendo tan conocida esta canción?

Porque es una especie de biblia callejera para una población, que al igual que mis estudiantes, no veían ni tenían motivación alguna en superarse. Y si encima se encontraban con una sociedad hostil a prestarles ayudas y rehabilitación, era más fácil seguir por el mal camino.

Yo tuve estudiantes que tenían relaciones mucho más estrechas con sus vendedores de drogas que con su propia familia.

A la industria musical, como no es difícil imaginar, le siguen, claro está, los políticos, que no sólo se benefician de las inversiones que hacen en estas instituciones privadas, sino que utilizan a los artistas y su trabajo como consignas de campaña.

Para ellos, no hay nada que perder...

Para nosotros, los que tenemos consciencia de la deriva que estamos tomando, tenemos TODO que perder--y la batalla cultural la estamos perdiendo. Se nos está yendo de las manos. Los jóvenes se nos están yendo de las manos.

Con agendas que se empeñan en destruir los pilares fundamentales de nuestra era, la familia y la educación, principalmente, es muy sencillo ver como es de fácil llenar las cárceles.

Es el círculo más vicioso que conozco.

Quizá este drama nos hace plantear muchas hipótesis...

Por ejemplo...

¿Cuál es el propósito detrás de una inmigración ilegal descontrolada, que sin lugar a dudas, está dejando entrar a delincuentes a nuestras fronteras? ¿Tendrá algo que ver este negocio con eso?

Ahí dejo eso...

Si, por sentado, apoyamos que los delincuentes de marca mayor paguen con creces por sus crímenes, también tenemos que tomar consciencia que a los delincuentes los crean un puñado de personas que van a estar en las calles y en los colegios.

Personas que tomarán a nuestros jóvenes de la mano, cuando los padres se la hayan soltado por negligencia o mala fe.

Termino con una frase de Horacio, poeta Romano (70 AC-19 AC):

"La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera."

Y en esta reflexión tenemos que pensar que hay criminales que siguen sin pagar condena: los que quieren comprar con oro los despojos de una civilización analfabeta y apocalíptica.

Para ellos no hay cárcel posible, sino un lugar especial en el infierno.

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