Monday, August 28, 2023

La Mujer Virtuosa...Quién la Hallará?


Vivimos tiempos donde la virtud de la mujer se ha vuelto, sin duda, una especie de horizonte inalcanzable. Quizá, lo más triste, es que la virtud como tal ha perdido su lustro y ya no es ni siquiera un valor.

Pero esto puede deberse a que nadie se ha tomado la molestia de traer a la palestra ese concepto tan exquisito como es la virtuosidad femenina. No se trata de hallar a una mujer perfecta. Eso no lo somos ninguna, pero sí tenemos que aspirar a ser mujeres íntegras y muy por encima de todo, respetadas.

El absurdo y fétido teatro del feminismo radical, ese movirmiento que alguna vez tuvo relevancia para dar a la mujer moderna su puesto en nuestra sociedad y en el campo laboral, ha sufrido una lastimosa y lacrimosa metamorfosis en las últimas décadas en la que ha convertido a la mujer en un esperpento misándrico y empobrecido tanto emocional como espiritualmente.

Si bien es cierto, que la lucha por erradicar la violencia de género o cualquier brecha salarial que pudiese existir a nivel profesional de una mujer con sus colegas del sexo opuesto, es noble y  ha de continuar siendo perseverante, pero lo que vemos ya ha tomado tintes obscurísimos. De hecho muchos de los alegatos feministas han puesto a la mujer en un puesto de debilidad y desventaja, lo cual resulta ser contrario a lo que se quiere (en teoría) defender.

Pero qué es una "mujer virtuosa"?

Existe acaso un manual que pueda estructurar un concepto tan profundo y que abarque todos los aspectos de la vida de una mujer? Pero lo más importante...puede adaptarse a la mujer de hoy? Es, en otras palabras, universal?

Quizá esa respuesta está en un grado superlativo en el Proverbio 31:10 de la Biblia. 

Demos un poco de contexto.

El Libro de los Proverbios (atribuídos a la sacra sapiencia del Rey Salomón) se encuentran en el tercer capítulo de la Biblia Hebrea (llamada Ketuvim) y, para Católicos y Cristianos, son parte del Antiguo Testamento.

Los Proverbios son una antología maravillosa de literatura biblíca que señala muy puntualmente el significado de nuestra vida, e indica qué comportamientos serían moral y espiritualmente aceptables. 

Los Proverbios están dividos en colecciones, y en este análisis nos concentraremos en la úĺtima de las colecciones, la que define a una mujer sabia y noble. En las numerosísimas interpretaciones que se han hecho en estudios biblícos del Proverbio 31:10 se ha aprobado que ha de definirse como el proverbio de la "mujer virtuosa." En hebreo conocemos a esta clase de mujer como la "Eshet Hayil"

El primer versículo nos dice:

"La mujer virtuosa, quién la hallará, porque su valor sobrepasa el de las piedras preciosas"

Es una plegaria, sin duda. Asumimos que es el sueño dorado de cada hombre. Un hombre cabal que sin miedo conoce su papel en el mundo. Tiene una alta autoestima y no puede merecer menos que una mujer digna. Una mujer completa que sepa tomar su puesto en la familia que formará junto a su compañero, pero también en la sociedad que habita.

Pero también ha de ser nuestra máxima aspiración como mujeres. Debemos no sólo comportarnos con impecable dignidad, sino que tenemos que saber guiar nuestros pasos a conseguir esta incalculable satisfacción con nuestros hechos. Debemos sentirnos orgullosas de defender valores que, por decirlo de alguna manera, "no pasan de moda."

Esto no debería ser mucho pedir...o lo es?

Seguimos...

"El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá  de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los día de su vida"

Esto no es solamente una oda a la lealtad entre marido y mujer. Es por demás un llamado a la armonía que ha de darse por sentado en la relación de un hombre con su dama. La mujer es una fuente de bienestar. Es una hacedora de paz y proveedora de abundancia. Véase esto como su esencia, sea cual sea su posición social o cual sea su propósito. Es nuestra naturaleza. Nacimos para ello.

"Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos. Es como nave de mercader; trae su pan de lejos. Se levanta aun de noche y da comida a su familia, y ración a sus criadas."

En esta frase conocemos que las mujeres estamos lejos, y mucho, de ser seres holgazanes. La mujer virtuosa se planteará siempre proveer para los suyos. El trabajo de las manos que se menciona en la Biblia, obviamante lo adaptamos a la labor de excelencia y disciplina que se debe mostrar en cualquier ámbito profesional. También nos indica esta reflexión que las mujeres somos ecuánimes y justas. Somos generosas con los nuestros y con quienes están a nuestro nivel, como con aquellos que hemos escogido para que trabajen para nosotras. Es decir, hay un trato humano, nunca soberbio.

"Considera la heredad y la compra, y planta viña del fruto de sus manos. Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca."

Una vez más se hace énfasis en la de dedicación de una mujer a sus labores. Si bien el Proverbio 31 nos narra la historia de una mujer que viviría hace miles de años, hay conceptos atemporales. Hay un enfoque de que la realidad es que del empeño de la fortitud de la mujer es que se verán cultivados los mejores frutos. La mujer es incansable. Tenaz. Versátil. Y sobretodo es capaz de hacer más de una cosa a la vez. A medida que avanza la narrativa, se nos va haciendo un cuadro más y más claro de la impecabilidad de una mujer que sólo se define de una manera: imprescindible.

Continuamos...

"Alarga su mano al pobre, y extendiende su mano al menesteroso. No tiene temor de la nieve por su familia. Porque toda la familia está vestida con ropas dobles. Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido."

Este pasaje es muy importante en muchos aspectos, porque nos explica que la mujer no sólo cuida con pasión los bienes y el bienestar de los suyos, sino que siempre deja tiempo para cultivarse a si misma. El color púrpura en los tiempos biblícos se asociaba con nobleza y alcurnia. La metáfora está bien empleada, puesto que una mujer siempre debe verse regia. De allí nace el respeto, no sólo de su compañero de vida, que por supuesto, sino de todo el que la rodea, en cada etapa de su existencia y en cada posición que elija tomar como adulta.

"Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace telas, y vende, y da cintas al mercader. Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría , y la ley de clemencia está en su lengua"

Asumiendo que una mujer sea casada, en una relación de iguladad y respeto, el hombre y la mujer, ambos serán bien queridos por su labor para con sus semejantes. Pero en un sentido más genérico se confirma que la mujer es inteligente y se esmera por ser útil y no duda de tomar su sitio. Esto no se lo ha de dar el hombre. Un hombre virtuoso sabrá reconocer a una mujer honorable. El no la hará honorable.

Les doy un ejemplo. Hace muchos años, a Sophia Loren le hicieron una entrevista en una conocida revista española. Aún vivía su esposo, el director y productor Carlo Ponti. Es bien sabido que Sophia era una actriz aún muy joven cuando se cruza su camino profesional--y al poco tiempo--personal con Ponti que le llevaba más de veinte años. Y la periodista le dice a Sophia: "Qué le debe usted a Carlo Ponti?"

Sophia le responde de manera impecable: no nos debemos nada. Somos un hombre y una mujer y nos hemos casado y hemos formado una familia."

Automáticamante, Sophia Loren da a Ponti su lugar en la relación y, en, palabras más, palabras menos, ella sabe cuál ha sido su camino y no le resta mérito jamás a ser madre. Para el mundo de los años 40 y 50, el famoso era Carlo Ponti. Con la respuesta de Sophia, hoy en día su viuda, y una leyenda del cine, era solo Carlo. Esto indica lo sana y lo bien avenida que era la relación fuera de los focos. Era una relación de dos personas que ocupaban en lo profesional y en la intimidad del hogar, un lugar de absoluta igualdad.

Finalmente, el Proverbio 31 concluye así:

"Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada: y su marido también la alaba: muchas mujeres hicieron el bien; mas tu sobrepasas a todas. Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos."

La "Eshet Hayil" es merecedora de todas las alabanzas que existen. De eso no cabe la menor duda. Pero también, y por encima de todo, tenemos que estar cien por cien conscientes que somos la obra maestra de Dios. Estamos hechas, lo elijamos o no llevar a cabo, para crear vida en nuestro cuerpo y proteger ésa vida con la nuestra propia. El hombre será siempre superior en fuerza, pero no en valía.

La virtud es una meta común de todo ser humano. Y quizá no tendría que existir ningún tipo de feminismo, aún en aquella forma tan limpia y tan necesaria, como el que vimos defender a las sufragistas, hace más de un siglo. Pero esta generación de mujeres jamás quiso la venganza  sobre los hombres y tampoco se refería al patriarcado como una lacra destructiva y vil.

Hay algo que tenemos que tomar en cuenta y asimilar sin tapujos y sin complejos. La sociedad occidental tiene sus orígenes en los principios judeo cristianos que la han estructurado por milenios. Por supuesto que somos patriarcales, pero éso lejos de minimizar el rol de una mujer, lo ensalsa y lo promueve. Y el Proverbio 31 da unas claves puntuales de cómo se mantiene ese equilibrio.

El Talmud, el texto sagrado del Judaísmo Rabínico y el libro que mejor interpreta la ley de Dios, nos dice: "La caridad de la mujer es más grande que la caridad del hombre. La mujer da al mendigo un trozo de pan. El hombre sólo da al mendigo el dinero para comprarlo."

Nos explica el gran Rabino Menachem Mendel Schneerson, fundador en 1950 del movimiento Lubavitch y venerado mundialmente por sus incontables seguidores, en su "Colección de Charlas:"  El hombre puede dar a otros ideas de cómo puede que seamos. Está en nosotros traducir esas ideas en propósito. La mujer va al grano. La mujer te dice quién eres y lo que debes hacer sabiendo quién eres."


Monday, August 21, 2023

Dylan Mulvaney, El Verdugo de la Bud Light

 


Por qué he querido hoy dedicarle mi editorial a este personaje?

Muy sencillo...

Porque cuando hablamos tan apasionadamente de la batalla cultural, como yo he decidido hacerlo en este medio, es menester conocer contra qué nos enfrentamos. Es imprescindible saber medir el calibre de nuestro contrincante, una masa maligna que ha contagiado al mundo, pero sobretodo a la sociedad occidental.

Dylan Mulvaney es un síntoma clave de que algo no anda bien. Pongamos un ejemplo claro. Una mujer, como debe ser, se hace un autoexámen de sus senos, y un día, se palpa una dureza que para su sorpresa y alarma, no había estado allí antes. Con responsabilidad, ha de hacérselo chequear para descartar un diagnśtico más serio como podría ser un cáncer.

Pues Dylan es ese "bultico" que nadie vio formarse y ahora se ha convertido en un tumor maligno que no ha hecho más que dañar el frágil y distorsionado criterio de millones de jovencitos que consumen a borbotones su contenido en Tik Tok.

Para este análisis utilizaremos el género masculino y sus respectivos pronombres, pues no pienso, y espero que ustedes tampoco, entrar en el juego infame de creer que este personaje es una mujer. No lo es. Lo sabemos todos, incluído el propio Dylan.

Dylan nació en la ciudad de San Diego, California, supuestamente en una familia muy conservadora. Quizá sea a propósito pero poco se conoce de la infancia de este chico. Lo que nos ha llegado hasta ahora, posiblemente sea todo un guión escrito por un equipo al que Dylan se ha subscrito para que maneje su infamia y sus apariciones públicas. Yo me atrevo a decir que nada de lo que se ha publicado sobre él, incluyendo, sus propias declaraciones, cuentan la verdad. Todo debe ser un invento pulcramente estructurado para causar el mayor impacto y daño posible.

Tiene casi 27 años y cuenta con cientos de millones de likes en su red fetiche, Tik Tok. Su salto al ojo público, como miles de otros creadores de contenido, sucede justo con la pandemia en el 2020. Los obligados confinamientos que se impusieron alrededor del mundo, crearon un caos sicológico--y aburrimiento crónico-- en muchísimas personas, y el surgimiento de infinidad de cuentas de redes sociales para hablar de cualquier cosa, discutir la actualidad, o hacer comedia, es incontable. Muchos han tenido éxito y se mantienen activos hasta el sol de hoy.

Pero, oído al tambor, el señor Mulvaney no es un improvisado. Un "Tik Toker" más. Habiendo estudiado música y actuación, aspiraba a ser actor profesional de Broadway, donde, como es de imaginar, pasó sin pena ni gloria. Uno más del montón. Se sabía que era homosexual y era activista, seguramente, como tantos, para clavarle un par de banderillas negras a sus padres, que seguramsnte le habían procurado una educación profundamante religiosa.

Sin un trabajo fijo y con unas ansias de llamar la atención a cualquier precio, Dylan el actor se convierte en Dylan el Tik Toker con un alter ego, un avatar, del que se ha alimentado desde el primer vídeo: un travesti. 

Dylan ha moldeado su imágen con sumo cuidado, al punto de hacerse una cirugía a principios de este año para afeminar sus facciones. Sabe modular su voz y se pone rellenos para dar la (terrible) impresión que su pecho de hombre, tiene senos.

Sus trapos de mujer, empezaron por ser, imagino yo, los que se verían descartados en los teatros donde participaba. Luego ya se hizo looks más sofisticados y empezó a modelarlos en una serie llamada: "Days of Girlhood" traducido como "Mis Días como Niña" y atención, que este personaje no es una mujer. Dylan Mulvaney quiere imitar a una adolescente, llegando incluso a mofarse de los síntomas pre-menstruales que sufrimos muchas mujeres.

La serie ha sido todo un éxito, y de pronto surge un fenómeno alrededor de este ridiculísimo personaje, que es seguido por celebridades clase A, siendo él un pobre muñeco de trapo clase B--sin clase alguna.

Pero cuál es el gran problema de Dylan Mulvaney, esta especie de "Guasón" mediático con perenne expresión de susto y gestos exagerados? Que ha llegado a las más altas esferas de influencia mediática y política en los Estados Unidos.

Este chico fue recibido en la Casa Blanca por el Presidente Joe Biden en Octubre del 2022. Y muy emocionado, el senil mandatario ha dicho que es un ejemplo a seguir y un orgullo para el movimiento transexual. Mulvaney es un vulgar drag queen. Nada más. Uno más. Pero todo vale.

A partir de esta aparición en la sede del gobierno americano, numerosos actores han querido rendirle pleitecía, como es el infame episodio en que Drew Barrymore, la simpática niñita que robó corazones en la película E.T., hace 40 años, se le arrodilló a este adefesio llorando y llamándole su "heroína." Eso está documentado en la creciente hemeroteca de Dylan Mulvaney.

Nada, sin embargo, puede compararse con ese estrepitoso episodio donde el recién electo y galvanizado equipo de mercadeo de la Bud Light, una de las cervezas más populares de Estados Unidos, habiendo patrocinado docenas sino centenerares de eventos deportivos, y cuyos comerciales con los espectaculares caballos Clydesdales han deleitado a múltiples generaciones, contrató los servicios de Dylan Mulvaney.

Los millenials, abiertamente woke que diseñaron la campaña de Bud Light, querían contar con Mulvaney para dar un vuelco a la imágen que se había tenido de la compañía matriz Anhauser Busch. No conforme con cambiar las reglas del juego, los jóvenes ejecutivos dieron unas declaraciones donde insultaban a todos los consumidores y clientes de su cerveza llamándoles retrógradas y casposos.

Dylan Mulvaney apareció en Tik Tok disfrazado de Audrey Hepburn en "Desayuno en el Tiffany" promoviendo la cerveza y celebrando que había recientemente cumplido 1 año como "mujer." La mejor de las respuestas a esta infamia, es que si sólo tenía "1 año" no podía beber legalmente por otros 20.

Para conmemorar esta inolvidable "hazaña" de el nuevo portavoz, Bud Light diseñó una colección limitada con las latas de cerveza con la antipática imágen de Mulvaney muy sonriente.

Casi inmediatamente las feroces reacciones de los consumidores de Bud Light que siguen siendo muy tradicionalistas e ideológicamante conservadores, lanzaron un boicot sin cuartel contra la Anhauser Busch. El cantante de rock Kid Rock se lanzó a sus redes a hacer una demostración de tiro al blanco con uno de sus múltiples rifles, utilizando latas de Bud Light como diana.

Las redes se inundaron de insultos contra Mulvaney y contra los responsables de esta infame campaña publicitaria. Pero, por desgracia, para Anhauser Busch, el daño ya estaba hecho.

Hasta la fecha, la cervecería ha perdido casi 400 billones de dólares en venta, y puede que jamás se recupere.

Dylan Mulvaney se quiso defender y acusó a su empleador de no haberle protegido durante este impresionante boicot sin precedentes. Pero como está en su naturaleza, el avatar de Dylan se ha vuelto más agresivo y sus apariciones son cada vez más provocadoras. En otras palabras, Dylan se ha desquiciado.

De este incidente se pueden sacar varias conclusiones. Vamos a profundizar en tres.

La primera, la repercusión de una mala campaña publicitaria como la que quiso implementar la Bud Light, nos habla claramente que los Estados Unidos, tiene, afortunadamente unos valores muy arraigados a su cultura. Muchos de ellos, defendidos por una constitución y unas tradiciones que no se pueden comprometer ni ensuciar con la purpurina estridente de un travesti. Ojalá estos valores fundamentales puedan ser respetados y anclados en una sociedad como la de una potencia, como es la Unión Americana, lejos del populismo y las excentricidades de ciertos personajes políticos. Pero éso es otro tema.

Segundo, pudimos darnos cuenta, que el tener millones de seguidores en redes sociales, lejos está de "ser famoso" o de genuinamente tener influencia. Si bien muchos creadores de contenido tienen patrocinadores, en el momento, en que estos patrocinadores se asocian con estos controversiales seudo artistas, se ven envueltos en tal polémica con bajas incalculables de ventas en sus productos, que no les queda más remedio que volver a su fórmula original. Aparte de la debacle de la Bud Light, firmas de belleza como Maybelline han querido pagar a travestis para sus productos de maquillaje con resultados atroces.

Y tercero, y la más seria de todas las conclusiones, es la consecuancia sicológica para estos personajes que más allá de causar escándalos y recibir tanto aplausos como burlas, son tristes payasos que están siendo utilizados para tratar de destruir a una sociedad que se ha mantenido estructurada por valores fundamentales. Y que, queriendo ser optimistas, pueda ser mucho más resiliente que lo que imaginamos. Estos chicos, trás bambalinas, y antes de maquillarse y salir al "escenario" deben ser profundamante depresivos, inconformes y deben estar poseídos por demonios despiadados como la falta de autoestima y, tristemente, la adicción a las drogas o el alcohol. No sé si es el caso de Dylan Mulvaney, pero algún día quizá él mismo, lo termine confesando.

Es importante conocer los síntomas que aquejan a una sociedad tan deshauciada como la que nos ha tocado vivir. Dylan Mulvaney algún día pasará de moda. Esperemos que pueda escaparse de su personaje antes que éste lo asfixie por completo.

Quizá este triste comediante no sea, en esencia, una mala persona. En este análisis mis palabras están dirigidas a su alter ego. Pero bien que tenemos que ser extremadamante vigilantes con nuestros jóvenes, y más aún las hembras, porque no se trata de recibir lecciones de maquillaje de estos esperpentos. Es que son misiles que van directamente a las mentes de los adolescentes. 

Tenemos que darnos cuenta de lo maquiavélico que son los medios de comunicación y los personajes públicos que se jactan de promover a estos influencers para, en ello, protestar causas patéticas, la mitad inventadas, sin medir las consecuencias.

Pero para encausar esta lucha y retomar las riendas de nuestras vidas, tenemos que ver de una vez por todas y sin miedo que sí que es posible que el diablo se vista de Prada.







Monday, August 7, 2023

Un Avatar llamado David Cassidy

 


Para aquellos responsables de crear, administrar y promover la imágen de David Cassidy, cuando éste era todavía aún un adolescente imberbe, David valía su peso en oro--multiplicado por mil. Por cien mil. Por un millón. Diez millones. Era una fuente de oro liquído inagotable. Tanto como lo era la codicia de quienes custodiaron su reputación del hombre perfecto e incorruptible durante varias décadas.

Hoy les cuento su historia...

El jovencísimo David Cassidy era hijo del actor de Broadway Jack Cassidy y su primera esposa, la también actriz Evelyn Ward. Ambos ausentes de la vida de este precioso muchachito de ojos avispados y carisma innato. David estaba, sin duda, predestinado a brillar con luz propia y la realidad es que como muchos niños de artistas norteamericanos de la post guerra, errantes y errados, recibió su verdadera educación de sus abuelos maternos. Tan ausentes estuvieron los padres de David de la vida de su hijo, que, en 1956, unos vecinos amigos de los abuelos, enteraron al niño que sus padres tenían ya dos años de haberse divorciado.

De los abuelos Ward, David recibió mucho cariño y apoyo y una formación religiosa estricta. El padre del cantante se vuelve a casar dando a David tres hermanos más, que, aunque con mucho menos repercusión, siguieron una carrera musical.

Después de pequeñas apariciones en series muy conocidas en los años 60, como fue el caso de Bonanza, en 1970 aparece el piloto de la serie que llevaría a David a la fama mundial: La Familia Partridge, donde curiosamente actuaría junto a Shirley Jones, su madrastra, siendo ésta la segunda esposa de su padre.

En la Familia Partridge se cuenta la historia de una mujer, que al haber quedado viuda, decide viajar junto a sus cinco hijos, haciendo conciertos musicales, alcanzando, en la serie un gran reconocimiento por parte de los jóvenes. El guión era absolutamente impecable, y aunque si ahondaban un poco en los problemas sociales de la época, nunca lo hicieron de una manera antipática y astringente. Al contrario, las presentaciones de la familia eran cándidas con canciones de ensueño en la voz de David, que era, sin duda un prodigio, tanto como vocalista como cantautor.

A pesar que la serie intentaba dar protagonismo a los hermanos y a la madre de igual manera, fueron los encantos físicos y la prodigiosa voz de David las que catapultaron a la Familia Partridge a una fama que ninguno llegó a entender--o asimilar.

El caso de David es el peor de todos.

Cuando David Cassidy acepta el rol de Keith Partridge, él tenía ya 20 años de edad. Su papel era el de un adolescente de 16 años, perfecto en todas las maneras. Atractivo. Buen hijo. Trabajador. Disciplinado. Un hermano ejemplar. Talentoso y modesto.

El chico fue el mejor pagado de la serie con un aproximado de $600 por episodio. Una cifra que podía parecer envidiable, pero era una absoluta miseria si se pudieran calcular con exactitud los millones que se recaudaron con la creación de la mercancía con la discografía con la banda sonora de la serie, posters, loncheras, revistas, apariciones televisivas, y un prodigioso etcétera.

En el centro de esta mercantilización estaba la sonrisa impecable de David Cassidy. El irresistible Keith.

La serie se rodó hasta el año de 1974, luego de cuatro años. Keith siempre tuvo 16 años. Era atemporal y siempre mantenía su inocencia, de acuerdo con las exigencias del guión.

Y ahí está la gran tragedia de este talentosísimo artista. No importaba su edad. Su desarrollo personal. Su capacidad histriónica, David era siempre Keith. El público adoraba esa imágen galvanizada del personaje con su corte de pelo asimétrico y su sonrisa encantadora.

Era natural--e imprescindible--que este chico tan carismático y dotado de dones casi fantásticas, tuviese una carrera en solitario. La fama era estratosférica. En un momento dado llegó a tener más éxito que Los Beatles. Conciertos llenos. Fans enloquecidas y apariciones televisivas que batieron records.

Pero aquel personaje que llegó a trabajar 18 horas siete días a la semana. Sin descanso y sin abandonar jamás el guión que se le ponía frente a sus ojos, fue siempre Keith Patridge. Contra viento y marea. Keith Partridge. Aún que tengas 30 años y te has divorciado dos veces. Keith Partridge. Aunque llevas esa vida escabrosa de fiestas y mujeres. Keith Partridge. Que eso es lo que les gusta a los padres de tus fans. Eres Keith Partridge. David no nos sirve de nada.

La década de los 80 no mermó en lo absoluto el ascenso de David Cassidy como cantante y actor, a pesar de la enorme competencia. Incluso mantuvo su nicho de fans casi intacto en los 90 aún con 40 años. Pero la hemeroteca de David Cassidy de estos años aún nos mostraba a Keith Partridge. El mismo aspecto aniñado. La misma estética. La misma esencia.

Quizá a esta prolongada presencia del eterno adoslescente la ayuda el hecho de que no existían ni redes sociales ni medios digitales. La industria del entretenimiento podía esculpir al artista alejando del público su vida privada y en el caso de David, sus continuos excesos.

David fue condenado a cadena perpetua a la prisión de cristal que era Keith Partridge. Sin posibilidad de una revisión. Sin posibilidad de nada. David fue aislándose de la realidad y quedó atrapado en los brazos de quienes controlaban su imágen pública.

Paradójicamsnte, este halo de misterio pudo haber prolongado su existencia. Pero llegó un momento en que su repertorio musical ya no era tan rentable y sus apariciones eran cuestionadas por lo deteriorada que estaba su voz y su aspecto en general.

Podrá parecer un cliché, pero, para David beber alcohol se convirtió en compañía, confidente y consuelo. Había probado las drogas y su vida íntima fue un desastre, habiendo tenido muchos encuentros fortuitos con mujeres que se le metían en su habitación de hotel para un encuentro sexual. Se casó y se divorció tres veces y por décadas estuvo alejado de su hija mayor Katie Cassidy, también una popular actriz, nacida en 1986. Afortundamente pudo reconciliarse con ella en sus últimos años.

En un intento de escaparse del San Quintín de su personaje, David confesó sus crímenes a medias. Sí era un alcohólico. Sí, vivía de ser un rehén de su rol de adolescente eterno. Era sólo un intento, pues siempre su necesidad de ganar dinero y pagar sus astronómicas deudas lo hacían entrar en la custodia de su pasado, pero la triste realidad es que llegó a hacer el ridículo en sus presentaciones. Sus fans lo vieron tambalearse en el escenario y llegó a hacer tan cínico que se inventó un diagnóstico completamente faslso de demencia para seguir bebiendo y blanquear su imágen deplorable.

La muerte fue su única libertad incondicional. Con su hígado y varios órganos deteriorados, y tan enfermo y tan débil como para sobrevivir un transplante, David Cassidy fue desconectado de un coma inducido, falleciendo en 21 de Noviembre del 2017. Tenía 67 años.

En su último suspiro pudieron oírsele las siguientes palabras: "Cuánto tiempo perdido..."

Desgraciadamnete vivimos en una sociedad que pareciera poner precio a todo lo que pueda convertirse en oro. La industria del entretenimiento está llena de alquimistas sin escrúpulos que lejos de cumplir las expectativas de los jóvenes que buscan vivir su sueño, los explotan para conseguirse ellos el camino al cielo y apoderarse de la mina de oro de quienes caen en sus trampas.

David cayó en esa trampa infernal hace más de 50 años. Y hoy, el tráfico mafioso de sueños juveniles es quizá más despiadado puesto que con los perfiles digitales, la industria más que maquiavélica del entretenimiento de las masas ha creado auténticos avatares orgánicos que amenazan con invadir las empobrecidas mentes de los adolescentes.

Es un círculo vicioso completamante. El joven aspirante a ser famoso se convierte en el esqueleto de un avatar que ha de alimentarse de un guión falso. El guión es cada vez más exigente. La autenticidad del ser humano es cada vez más degradada. Más disminuída. El valor está en el avatar. El avatar invade la consciencia del joven a través de su imagen. Los ingenieros de la mentira se llenan los bolsillos. El poder del avatar es tal que ha consumido el alma de aquél que ha poseído. El esqueleto se descarta. Es hora de crear uno nuevo. Sin más. Sin remordimiento. 

Lo más grave es que es a estos hologramas orgánicos que los padres más ausentes, indiferentes y despistados, permiten la educación y adoctrinamiento de nuestros niños. El artista cuanto más se vende y se expande la ilusión óptica que representa, más ciego está y más trágica es su caída por el barranco.

Para David Cassidy el despertar de su delirio fue imposible. Para otros artistas es impensable. La tentación de seguir ascendiendo es obsesiva. Para otros el despertar los ha precipitado en el abismo del olvido, pero al menos han salvado sus vidas.

Hoy en día la falta de escrúpulos de quienes controlan las masas no miden las consecuencias de sus actos. La fábrica de avatares orgánicos debe ser cebada con nuevas y párbulas almas. El artista es un muñeco de trapo. E incluso un brazo político que avanza las agendas ideológicas que comandan el mundo occidental.

Veremos a muchos David Cassidy caer en el infierno. Es inevitable. Quizá la lección que habremos de aprender para salvar a las nuevas generaciones que han sido convertidas en zombies, la encontraremos entre los escombros y el polvo de los cadáveres que esclavizaron su integridad para convertirse en esclavos de los inescrupulosos vendedores de ilusiones.

Cuida, tú que tienes hijos adolescentes. Ustedes que tienen nietos. Cuidemos lo que consumen visual y espiritualmente. Supervisa. Investiga. Pregunta. Cuestiona. Detén. Resiste. Protege. 

Con ello salvamos dos vidas. La de nuestros seres queridos y la del pobre Icaro que persiguiendo a una estrella es devorado casi de inmediato por su fuego.


Los Antihéroes y su Esquema para la Salvación de Occidente

En 1940, llega al fabuloso mundo (o más bien el inframundo) de Ciudad Gótica, uno de los personajes más enigmáticos y complejos de lo que co...