Monday, October 30, 2023

El "Efecto Sombra" y la Batalla para salvar a Nuestra Civilización

¡Qué tiempos tan terriblemente violentos estamos viviendo! Se respira por doquier esa agresividad, ese descontento, esa amargura que vemos en la gente, día sí y día también. Parece tan imparable como abominable. Desesperanzador. Nos ciega y nos consume de a poco.

Hace pocos meses, estaba esperando en un semáforo en rojo. De pronto, un joven exaltado y con mirada de loco, se sale de su carro y sin miramientos atropella a insultos a una señora que estaba, al igual que yo, esperando la luz verde.

¿Qué pasó? No lo sé. Puedo imaginar que la conductora a quien este joven estaba gritando, se le habrá metido en su carril. De verdad, no lo sé. Pero, lo que sí puedo decir es que lo que haya sido, no merecía una reacción tan exagerada que seguro dejó a más de uno paralizado.

Se han oído casos recientes, donde un episodio como este, en inglés se llama "road rage," (rabia de carretera) ha resultado en muertes porque uno de los conductores viene armado y dispara a la persona con la que está discutiendo. Es verídico.

En Estados Unidos, vivimos con seria preocupación, la cantidad de matanzas en serie que están ocurriendo a lo largo y a lo ancho de la nación. Tenemos el caso de Maine, donde un veterano que sufría de Síndrome Post Traumático, y había salido de una institución siquiátrica, disparó a quemarropa, matando a 18 personas en un bar y en un establecimiento donde jugaban al bowling. El asesino se dio a la fuga y finalmente se suicidó.

Desde los ataques del grupo terrorista islámico Hamas a Israel, que dejó un saldo, hasta la fecha, de 1,400 israelíes muertos, hemos visto proliferarse cientos de protestas en favor de la aniquilación de Israel y del pueblo judío, todo ello disfrazado y muy bien aderezado con supuesta propaganda Pro-Palestina.

La Universidad de Cornell, en Ithaca, que tuve el privilegio de visitar en 1982, está actualmente en alerta por una serie de grafitis en los pasillos donde incitan a la violencia contra Israel y los judíos, y por una serie de amenazas a la organización de la universidad que arropa a los estudiantes judíos. Se incita a que se les siga tanto en el campus como en sus lugares de residencia para, literalmente, "rajarles el cuello."

Discutimos en detalle como, sin benevolencia, y alimentadas por una codicia sin precedentes, las agendas ideológicas incitan a los jóvenes a crear narrativas sobre supuestas opresiones e injusticias hacia su persona, o, hacia cualquier agente externo. El racismo es un buen ejemplo, como también, la falsa urgencia de la crisis climática, que ha sido desmentida una y otra vez.

La resonancia de las redes sociales han contribuído a que toda esta violencia y estas ansias de supuesta justicia social, resulte en brotes de violencia y de frustración tengan un endemoniado efecto a nivel global, siendo las nuevas generaciones las más vulnerables.

Es más que obvio que quienes han tomado el control de los hilos de la sociedad Occidental, primordialmente, han hecho negocio manipulando, decimando, mal nutriendo y retorciendo las mentes de los que se perciben como más débiles. Somos muchos, y cada día, más, que nos hemos vuelto inmunes a la virulenta propaganda que nos llena los oídos y la cabeza de consignas ideológicas que no solo son falsas, sino que, en su mayoría, llaman a la violencia, en muchos casos extrema.

No hay filtros. Si hubiese filtros, no hubiese negocio. Tan simple como eso.

¿Pero si pudiéramos explicar este peligroso efecto a través de la sicología?

Si bien nada de nada puede justificar la enorme escalada de violencia que estamos padeciendo, nos ayudaría a entender qué es lo que ha encendido la mecha que hace que el odio corra como pólvora por todos los rincones.

Veamos...

En el año 2009, tuve ocasión de ver un documental llamado "The Shadow Effect." Se tradujo al castellano como "El Efecto Sombra." Recomiendo que cada uno de ustedes lo vea con la mente abierta y adaptando su contenido a los tiempos actuales. De hecho, los análisis y las explicaciones de los expertos, pueden ser aplicadas a todos los ejemplos que ya he mencionado.

"El Efecto Sombra" está basado y está presentado por Debbie Ford. Para quienes no la conocieron, Debbie Ford fue una conferencista y coach motivacional, que, después de una vida de excesos y de consumo de drogas, pudo, con éxito, rehabilitarse, y dedicar su vida al estudio de la sicología Jungiana.

Lamentablemente, Debbie no pudo superar el cáncer que padeció durante 11 años y al que sucumbió, en el 2013, a la edad de 57 años.

Pero el legado de Debbie Ford, está, sin duda, en la vasta información que nos dejó con sus excelentes ponencias sobre "El Efecto Sombra."

En la sicología analítica, fundada por el siquiatra suizo Carl Jung a principios del siglo XX, "El Efecto Sombra" se estudia como todos aquellos comportamientos y emociones que son reprimidas por el ser humano, a edades tempranas. 

Según Jung, hay conceptos y sentimientos que, desde niños, nos han sido enseñados a rechazar o a suprimir por miedo a que nuestra sociedad o nuestro entorno lo vea como inapropiado o incluso prohibido.

En su obra magna, "Los Cuatro Acuerdos," Don Miguel Ruiz usa el mexicanismo "mitote," para definir,  "El Efecto Sombra."

Estas falsas percepciones, de acuerdo con Carl Jung, entran, desde el minuto uno, en conflicto con nuestro ego, que ya ha ideado una fórmula infalible para contrarrestar, precisamente, todo lo que "El Efecto Sombra" de nuestro subconsciente alega que somos. Esto, sin un tratamiento racional y una terapia efectiva, como la que practicó Debbie Ford, tiene efectos, literalmente, letales.

El documental da ejemplos magníficos, siendo de los más impresionantes, el de una señora alemana, que toda su vida se sintió culpable, a pesar de haber nacido una década después de la guerra, en 1955, de lo que hizo el Nacional Socialismo en Alemania, y, sobre todo, el genocidio a los judíos en los campos de concentración. La panelista evitó, toda su vida, tener relación con otros alemanes y, por supuesto, con otros judíos, porque ella sentía que en ella tenía la responsabilidad de los que hicieron los Nazis en su país.

Debbie Ford, en su documental, también tiene a una sobreviviente del Holocausto, cuyo trauma, precisamente consistía en que ella fue electa para entretener a los nazis de la SS, ya que ella era una bailarina profesional. De paso, fue sometida a procedimientos médicos por el mismísimo "Angel de la Muerte," Josef Mengele.

Las dos mujeres, una alemana atormentada por la culpa, y, la otra, una víctima de las atrocidades nazis, se funden en un abrazo sentido, perdonándose mutuamente. 

Como lo explican neurólogos y siquiatras, aparte de figuras de la talla de Deepak Choprah o Marianne Williamson, "El Efecto Sombra," s no es manejado desde un principio, ya como adultos, con absoluta contundencia y con extrema compasión, puede incluso tener efectos gravísimos en el comportamiento que tenemos tanto en nuestras relaciones personales, como profesionales.

Un ejemplo típico de "El Efecto Sombra" en su máxima expresión lo encontramos en la figura de Josh Duggar.

Nacido en 1988, Josh es el hijo mayor de la familia de Jim y Michelle Duggar, que a principios del milenio saltaron a la fama por su "reality" donde contaban el día a día de su familia constituida por 19 hijos. Los Duggar son fundamentalistas cristianos que tenían, en su natal Arkansas, una reputación de ciudadanos intachables, siendo el mencionado patriarca, Jim, congresista republicano por dos términos.

Durante varios años, salieron a la luz, varios escándalos perpetrados por el hijo mayor, Josh, donde se alegó que este molestó sexualmente a sus hermanas menores, que no dudaron en testificar en la corte. Finalmente, en el 2022, las autoridades recibieron pistas de que Josh Duggar, era parte de una red de pornografía infantil, y cumple actualmente sentencia en prisión, donde le acaba de ser negada la libertad condicional.

Sus aberraciones pueden haber sido la consecuencia de la educación recibida de parte de sus padres que seguían la metodología fanática de una secta Baptista creada en los años 60s.

Aparte, los niños Duggar que iban naciendo, estaban obligados a cuidar, aun a sus pocos años, a los bebés que llegaban a la familia. Cero juegos de infancia. La vida de los chicos Duggar estuvo marcada por el adoctrinamiento religioso y la disciplina para controlar un hogar con casi una veintena de hijos. Esto, puede haber provocado en Josh, una represión de su necesidad de sentir el cariño de sus padres y de sus hermanos. Fue obligado a actuar como un adulto, y su trauma, al no haber sido abordado con tino y a tiempo, lo convirtió en un delincuente que jamás podrá ser visto como más que un pedófilo enfermo y cruel.

En lo personal, puedo dar testimonio, de mi propia sombra. Una sombra que fue provocada por haber sufrido bullying en mi colegio durante años, tanto en primaria como en secundaria, de parte de mis compañeras de salón, y posteriormente, también por estudiantes de grados superiores.

Yo era excelente estudiante y mi rendimiento académico era la comidilla de mis profesoras, que sin mala intención, ponían mi trabajo y mi empeño como un ejemplo. Para mí no era un problema estudiar ni ser puntual. Fue lo que me enseñaron desde pequeña, y, asimilarlo, fue sencillo. 

Desafortunadamente, el bullying fue in crescendo, y si bien, a mí se me instaba a defenderme de mis agresoras, otras niñas de mi edad, yo nunca pude actuar con violencia y lo que hice, en cambio, fue aislarme por completo. Crecí sin amigos y con una crónica inhabilidad para socializar con las personas de mi entorno.

Mi refugio durante esos años de tortura y de tanta tristeza fue la literatura y la poesía. Primero, como ávida lectora, y ya, a los 16 años, como autora en ciernes.

La terapia para mí nunca fue efectiva, pues los sicólogos no dieron nunca en el clavo. En mí habitaban dos niñas. Una niña que hasta hoy es mi portavoz y que inspira mi creatividad y mi curiosidad, y otra pequeña. Una niña que estaba abatida y estaba llena de violencia suprimida, porque sintió que nunca pudo defenderse de los "bullies." Afortunadamente, siempre tuve consciencia de ello, y no la sicología, sino un apasionante descubrimiento de mi espiritualidad y el poder encontrar mi voz a través de las letras, me han ayudado enormemente a superar mi trauma. 

El efecto sombra, ese disco duro, por así decirlo, provocado por las secuelas del bullying, no desaparece, pero, si he podido manejarlo para no hacerme yo daño o golpear a mis semejantes. Este fascinante y arduo proceso, para mí, con la ayuda de Dios, me ayudará de por vida, y ya, a mis 50 años, he podido encontrar una merecida paz interior.

"El Efecto Sombra," como bien se explica en el testimonio de los participantes del documental, puede, tener ya no solo repercusiones en nuestra vida, como individuos, sino en la colectividad de una sociedad completa, como, literalmente, vemos, en los medios, en las redes sociales o en la cotidianidad del nuestros trabajos o nuestras relaciones personales. 

Quienes nos gobiernan, y no me refiero, en lo político solamente, que por supuesto, sino quienes nos han moldeado como sociedad; los falsos ídolos de barro que surgen para inspirar a los jóvenes; el alimentar supuestas y falsas carencias, entre muchos otros efectos secundarios, que vemos saltar a la vista, pareciera que, precisamente, se han inspirado en estos estudios de sicología analítica para exacerbar nuestros ánimos.

La propaganda conoce a cabalidad "El Efecto Sombra." Sin duda.

Todos estos nuevos gobiernos denominados de "nueva izquierda" o su opuesto, "nueva derecha" conocen y manipulan a los ciudadanos como títeres. Es impresionante. El éxito está servido para nuestra desgracia.

En vez de buscar el bien común, y, desarrollar un sistema que nos permita a todos, por igual, tener una vida tranquila y plena, se ve lo contrario. Se venera el caos y se urge la polarización, alimentando, ciertamente, nuestras frustraciones; se hace alarde del fracaso y se insta a las minorías a exigir que se les dé poder y voz, convirtiendo su insípida influencia en armas de destrucción masiva, ideológicamente hablando.

De este apocalipsis moral hay muchos, empresas y seudo-activistas, que han llegado a mantenerse por muchos años en las listas de Forbes de los más ricos del mundo. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Léase, entre tantos, Bill Gates u Oprah Winfrey.

El antisemitismo, que merece, por supuesto, su propio análisis, o cualquier clase de odio racial, no son nada nuevo bajo el sol, por sentado. Pero "El Efecto Sombra" que pudiera estarlos encendiendo no se ha querido apaciguar. Podríamos estar a las puertas, Dios no lo quiera, de un segundo Holocausto, esta vez con tintes cibernéticos dadas las nuevas tecnologías.

Mientras existan “beneficiarios” de matanzas o de un adoctrinamiento sicológico, dudo que veremos a una sociedad sana, sensata y cabal.

"El Efecto Sombra," como bien explica el documental, no tiene por qué ser sinónimo de trauma y de vileza. Asimilar todo aquello que nos cunde de pánico y nos hace percibirnos débiles, puede ser, y ha de ser, por sobre todo, aquella motivación y razón primordial para llevar una existencia plena en todos los aspectos.

Como bien explica Debbie Ford, el "mitote" que nos embadurna puede parecer como un escudo de protección, que, en realidad, oculta la parte más brillante de nosotros mismos.

El tener la sapiencia y la autocompasión para perdonar y perdonarnos mutuamente; el saber entender, por ejemplo, las acciones de nuestros padres, y, el hacer las paces con nuestro "niño interior" es clave para demarcarnos de nuestras sombras y reencontrarnos con la luz que nos corresponde a todos abrazar y gozar íntima y profundamente. 

Como tantas cosas que hoy en día padecemos, la iniciativa la tenemos que tomar nosotros, cada uno de nosotros, como individuos. El bien colectivo llegará cuando abandonemos la oscuridad y sepamos hacernos inmunes a sus gravísimos efectos.

Para concluir, quiero dejarles una frase que me acompaña desde hace muchos años, precisamente de la autora y activista Marianne Williamson, que da una explicación fabulosa de "El Efecto Sombra."

Es un extracto de su libro "El Regreso al Amor," publicado en 1992, y que ha servido de inspiración a millones de personas a lo largo de las últimas décadas. Este poema sirvió de primicia al discurso inaugural de Nelson Mandela en 1994.

Dice así:

"Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.

Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.

Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?

En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?

Eres hijo del universo.

El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo.

No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.

Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros.

No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.

Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.

Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás."

Monday, October 23, 2023

El Aborto: El Genocidio del Siglo XXI

Gisella Perl, nacida en Diciembre de 1908, fue, una de las primeras mujeres ginecólogos en Hungría. En aquella entonces, su ciudad natal, Máramarossziget, era una pieza intercambiable entre Hungría y Rumanía.

Gisella era judía, y hasta 1944. ejerció su profesión con éxito hasta que, en ese año, fue separada de su marido y de sus hijos. 

A su hija la pudo llegar a esconder, pero a su esposo y a su niño, no los volvería a ver jamás. Como una gran mayoría de los judíos húngaros, Gisella fue deportada a Auschwitz durante el exterminio ejecutado por los nazis.

Su profesión le permitió, enseguida, encontrar la manera de sobrevivir ayudando a las otras prisioneras del campo, más o menos, unas 32,000 mujeres. Muy desgraciadamente para Gisella, su habilidad y su reputación llegó a los oídos del monstruoso Dr. Josef Mengele, el temible "Ángel de la Muerte," quien la reclutó como asistente para sus experimentos y sus abominables cirugías.

Gisella tuvo que practicar cirugías a distintas mujeres sin ningún tipo de anestesia o cuidados higiénicos.

Fue testigo, principalmente, de las atrocidades y las torturas a las que eran sometidas las mujeres que llegaban embarazadas, o de los bebés recién nacidos, que no eran permitidos en un campo de concentración.

Gisella tomó una de las decisiones más difíciles de su vida: ayudar a esas mujeres a abortar.

Su propósito era poder salvar tantas vidas judías como ella pudiera, y dar aliento a las mujeres para sobrevivir aquella tragedia y poder, una vez libres, volver a ser madres.

En la extraordinaria película "Out of the Ashes" (Fuera de las Cenizas) del 2003, la oscarizada actriz Christine Lahti, da vida a Gisella Perl y, es vista, en la oscuridad, rezando un "kaddish," la oración judía más sagrada que se hace en memoria de los muertos, a los bebes fallecidos entre sus manos.

De los horrores de Auschwitz fue llevada a Bergen-Belsen, donde, finalmente, fue liberada en Abril de 1945 por el ejército británico.

Gisella viaja a Nueva York con una visa temporal y una pasión renovada por su profesión. Le costó muchísimo obtener la residencia dado su pasado en Auschwitz, que, en un principio, la doctora vista como una colaboradora de los nazis.

Pero, afortunadamente, pudo volver a la medicina por la puerta grande, prestando sus servicios y sus conocimientos al prestigioso "Hospital Mount Sinai" de Nueva York.

Gisella jamás volvió a practicar otro aborto. Al contrario, se dedicó a la investigación y la proliferación de tratamientos de fertilidad, que se convirtieron en su legado, incluso hasta el sol de hoy. Fue una obstetra brillante y, finalmente, a finales de los setenta, se pudo encontrar con su hija, Gabriella, que ya vivía desde hace algún tiempo en Israel.

En 1979, Gisella hace "aliyah" y se muda a la ciudad de Herzliya, justo al norte de Tel Aviv, donde murió en 1988, a los 81 años.

Ya, en Israel, donde continuó practicando su carrera, con cada parto, hacía una pausa para rezar y decía: "HaShem, me debes una vida, un bebé vivo."

Quizá una historia como la de Gisella es el único escenario en que un aborto sería, muy dolorosamente, "justificado."

El judaísmo, explicaba la Dr. Perl, permitía un aborto si con este se podía salvar a la madre de una muerte segura.

Aun así, hay muchas madres judías, que prefirieron dar su último aliento para salvar la vida de su hijo. Tal es el caso de Raquel, la mujer de Jacobo, su gran amor, que muere dando a luz a Benjamín, y así, con el nacimiento del pequeño, completar las que serían conocidas como las 12 Tribus de Israel.

El aborto es, en sí mismo, un ángel de la muerte, silencioso, impune y vergonzoso. Opera entre sombras y miedos. Entre mentiras e impunidad casi absoluta.

El aborto, procedimiento, quirúrgico, para la interrupción voluntaria del embarazo, es legal en casi todo Occidente con mínimas o casi inexistentes restricciones.

En los Estados Unidos, las estadísticas sobre el aborto pueden conseguirse, principalmente, de dos maneras. La primera, a través del Instituto Guttmacher, que es una entidad privada, dedicada al avance de derechos reproductivos y sexuales a nivel mundial. El segundo, el "Centers for Disease Control," (Centros de Control de Enfermedades) que es, por supuesto, un organismo controlado por el gobierno de los Estados Unidos.

De acuerdo con los datos obtenidos en sus últimos sondeos (que se realizan cada cuatro años aproximadamente) en el 2020 se practicaron legalmente 930,160 abortos.

Y esta barbárica cifra es de las más bajas que se han registrado, sobre todo si tomamos en cuenta que, en el 2000, se practicaron 1.3M de abortos.

En los Estados Unidos, el famoso caso, un absoluto fraude legal, Roe Vs. Wade, hizo legal en 1973, a nivel federal, el aborto en los EEUU.

Docenas de millones de bebes fueron abortados en sus casi 50 años de existencia. Sólo podemos estar a la expectativa de que la abolición de esta ley en Junio del 2022, pueda disminuir estas estadísticas notablemente. Pero, los que somos, apasionadamente provida tenemos razones para ser, tristemente, pesimistas.

Hagamos una pequeña aclaratoria en cuanto a la terminología de los que nos oponemos al aborto versus los que lo aprueban.

En inglés los que nos oponemos a la práctica del aborto nos llaman "Pro Life" (Pro Vida) de ahí el uso de esta la palabra entre activistas y políticos. El individuo que apoya al aborto se le conoce como "Pro-Choice" que se traduce como Pro Opción.

A los Pro Opción no les gusta que se les llame Pro Aborto. Sin embargo, es, en mi opinión, la definición más acertada. De lo contrario, si a los antiabortos se nos llama Pro Vida, a los pro-aborto tendríamos que llamarlos "Pro Muerte." Así que pro-aborto es el mejor calificativo. Que no se quejen.

El movimiento en favor del aborto ha cogido más auge que nunca. Lo vemos en Europa, por supuesto, en los Estados Unidos, con la actual administración de Joe Biden, y, más recientemente, en América Latina, con la llegada de gobiernos de ultraizquierda, mal llamados, progresistas.

En los más recientes comicios en los EEUU, por ejemplo, el aborto, se convirtió en el tema de mayor importancia en la campaña política de los Demócratas, y una fatídica, y mal intencionada propaganda, ha hecho de la abolición de "Roe vs Wade" una verdadera tragedia para las mujeres de clase media y clase media alta.

Cuál es el problema?

Muy sencillo, los medios de comunicación, las agendas ideológicas y, por supuesto, los lobbies, han hecho creer que la abolición de "Roe" significa la ilegalización del aborto. Es totalmente mentira. Ya quisiéramos muchos. No, con la abolición de "Roe" el tema del aborto se decide en cada estado por separado.

Por ejemplo, hay más de una docena de estados, incluido el gigante Texas, que ya no practican abortos. El cien por cien ilegal. Luisiana, Missouri, igual.

Florida no llegó a tanto, pero el aborto está restringido hasta las 15 semanas y seis días. Luego, sí, está prohibido.

Hay estados que no solamente permiten el aborto hasta el último día del embarazo, tales como Nueva York, Washington, Oregón y Sodoma (léase California) sino que, en muchos casos, han legalizado que, si la madre se arrepiente de haber dado a luz, o, hay un aborto fallido (el niño sobrevive) el médico tiene permitido o, matar al bebé o no prestar atención médica al recién nacido abortado para que se produzca la muerte casi instantáneamente.

Esto no es un cuento de terror. Esta es la verdadera cara del aborto. Lo demás, como ya he dicho, es propaganda o "fake news."

Al diablo con tantos subterfugios.

Desde hace más de una década, diferentes foros mundiales, incluso con la venia de la corruptísima y maligna Organización Mundial de la Salud, y por supuesto, la Agenda 2030, tienen el aborto como una de sus principales metas.

Polvoreado con evasivas y palabras bandera, para estas agendas se hace menester la reducción radical de la población. Bill Gates es un gran promotor de esta iniciativa. 

Ahora, lo que quizá ni Gates ni ningún otro aberrado, como él, explica, es que estas medidas de reducción de población, pues, básicamente, aplican solo a Occidente. Las sociedades islámicas parecieran estar exentas de estas “restricciones” puesto que cada mujer musulmana engendra media docena de hijos. Pero este es otro tema.

La batalla cultural para crear consciencia en contra de la práctica del aborto, debería, a todas luces, ser de las más importantes cruzadas que se peleen. Sin embargo, el movimiento antiaborto, o Pro Vida, es bastante limitado, y en casos, hasta mediocre e inepto.

Al aborto hay que verlo sin máscara.

El aborto es la interrupción de una vida humana en sus comienzos. En el vientre materno, el lugar que debiera verse como el más sagrado y el más protegido. Desde la concepción, es nuestro primer hogar durante nueve meses.

El bebé que se forma en el útero no tiene voluntad propia ni pidió ser traído al mundo. Es inocencia en su máxima expresión. Y es completamente vulnerable.

En el momento en que una mujer decide interrumpir su embarazo se convierte, crudamente dicho, en el sicario de su propio hijo. 

Como tantas, o quizá casi todas, las banderas progresistas que existen, el aborto es un negocio billonario. De allí que sea tan codiciado mantener su operación y su vigencia.

Muchos de ustedes ya lo saben, otros, infórmense. El aborto es un portal del mayor tráfico de partes fetales que existe. Esta abominable compra y venta de restos humanos es altamente cotizada. 

El mayor proveedor de abortos en EEUU, Planned Parenthood, fue captado, haciendo negocios con las partes de los cientos de miles de fetos que se abortaron en sus clínicas.

Planned Parenthood recibe fondos públicos y, por supuesto, es financiado por las mafias de Hollywood que contribuyen a la desinformación y deliberada idealización del aborto como una forma de "empoderamiento." Mata a tu hijo y serás feliz.

Muy cruelmente, esto es mentira. El mayor índice de depresiones, e incluso de suicidios, es observado comúnmente en mujeres que han tenido abortos.

Sin duda, el movimiento antiaborto, maneja a cabalidad toda esta información, pero no sabe usarla de una manera efectiva. 

La lucha provida, en EEUU principalmente, como en otros países de Occidente, es una mayoritariamente religiosa. Especialmente, en el caso de Norteamérica, evangélica.

Con todo y que esto es loable, hace de la causa anti aborto, estrictamente, un asunto de credo (o falta de él) cuando en realidad el movimiento antiaborto tendría que ser tan universal y tan explosivo como las mafias pro abortistas.

Hay un documental que recomiendo abiertamente que se filmó en Missouri en el año 2014, antes de que este estado prohibiera las prácticas abortistas. El documental llamado "Abortion: Stories Women Tell" (El Aborto: Historias que Cuentan las Mujeres) ilustra a la perfección el estado actual del movimiento provida, que se ha plegado a una causa estrictamente religiosa.

Una de las prácticas más comunes de los antiabortos, es, por ejemplo, llegar en masas a las clínicas para supuestamente persuadir a las mujeres a que no entren o cancelen sus citas.

Es usual verlos con pancartas y cánticos y rezos rodeando a la clínica y hablando de redención y del amor de Jesús.

Con la mejor de las intenciones, estos activistas, puede que tengan un índice de testimonios a favor de sus tácticas. Pero es un índice mínimo, y en mi opinión, estas prácticas son contraproducentes para el estado emocional de una paciente en las circunstancias en las que obviamente se encuentra.

El mayor porcentaje de abortos en Estados Unidos se realiza a mujeres entre los 15 y 44 años.

En el mencionado documental se ilustra claramente las razones por las cuales una joven o una mujer decide poner fin a un embarazo no planeado.

En una abrumante mayoría de casos, las razones son externas. En muchos casos, incluso, ajenas a su voluntad. Hay una presión de parte de sus parejas irresponsables; sus carreras; por supuesto, razones económicas; y muy importante, la falta de acceso a métodos anticonceptivos fiables dado el alto costo de los mismos.

Un movimiento Pro Vida efectivo y veraz debe tomar en cuenta todos estos aspectos e ir siempre un paso más allá que el movimiento pro-aborto que no se mide en sus engaños y la entronización del concepto que un aborto es un método anticonceptivo más, o como lo ha dicho el presidente Emmanuel Macron, el aborto es un "derecho humano."

En otras palabras, la aniquilación voluntaria de una vida humana, es un derecho. 

¡Sinceramente! ¡Qué horror y qué vergüenza! Pero a esto hemos llegado. Cómo, no sé. Pero ha esto hemos llegado en nombre del progresismo.

Otro gravísimo error del movimiento antiaborto, esta vez en España, quedó al descubierto, de parte del Partido Vox, que abiertamente es Pro Vida.

El todavía vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo, un político "rookie," un principiante, de la nueva línea ultra y radical del partido de Santiago Abascal, propuso, recién llegado al poder, una ley provida, que si bien tenía la mejor de las intenciones, ni él supo implementarla ni supo explicarla.

El señor Gallardo sugería a las mujeres en situaciones de embarazos no deseados, un sonograma de alta definición, llamados 4D, para que vieran a su bebé y pudieran recibir ayuda adecuada para seguir con su embarazo.

Pues resulta que dichas ecografías solo pueden practicarse a partir de los seis meses de embarazo y no a las seis semanas que se recomendaban en su ley. Cuando lo confrontaron, el muy imbécil solo pudo responder: "yo no sé nada de embarazos."

Por otro lado, y al ser de índole religiosa, en muchos casos, los diferentes movimientos provida, tienden a idealizar a la mujer, al compararlas con las figuras bíblicas, y a condenar de pecadoras a cualquier otra persona que no mantenga en la práctica los estándares de castidad que ellos exigen para una mujer virtuosa.

La realidad de la mujer actual es muy complicada. Las niñas, desde las edades escolares, están siendo bombardeadas, quizá más que nunca, con propaganda para explorar y explotar su sexualidad.

Para concluir, el movimiento antiaborto, tendría, que, por supuesto, ampararse en leyes donde se restrinja el aborto, o, claro está, se prohíba. Pero estas leyes tienen que ser explicadas de tal manera que tanto hombres como mujeres tengan muy claro que no pueden ser irresponsables con sus acciones, y de serlo, tendrán que actuar acorde con sus actos.

Otra cosa de vital importancia es que tanto la propaganda como las decisiones sobre un embarazo están dirigidas casi en exclusiva hacia la hembra. Como si fuésemos amebas, con la peculiar característica de autorreproducirnos. 

No, señores, la concepción de un nuevo ser, se produce a partir de un óvulo y un espermatozoide, este último, por supuesto, lo provee el varón.

Un hombre, de hecho, debería tener mayor consciencia de su vida sexual, si la quiere hacer activa y con múltiples parejas. Un hombre siempre, mientras sea sano, es fértil. Cada eyaculación expulsa millones de espermatozoides. Una mujer, por otro lado, solo es fértil una vez al mes, y únicamente por 48 a 72 horas máximo.

Para cuando, digo yo, una mayor difusión de esta realidad. ¿Por qué se deja al hombre de lado en las decisiones de un embarazo no planeado?

¿Para cuándo métodos anticonceptivos para los hombres, aparte de una vasectomía o el uso de preservativos?

El movimiento antiaborto más efectivo debe comenzar en la educación del hogar, sea este o no religioso o creyente, y debe ser continuado en la educación escolar a todos sus niveles, tanto en lo intelectual, lo espiritual y lo sicológico.

Ya basta de decirle a las mujeres que tienen derecho "sobre sus cuerpos" cuando se trata de un aborto. Sí, claro, sobre su propio cuerpo, tienen libre albedrío total. Pero la concepción de un niño, ya es, automáticamente, la formación y la sobrevivencia de otro ser humano, independiente de la madre. La madre lo lleva en su cuerpo, pero NO es su cuerpo.

El movimiento pro aborto lleva una gran ventaja. Una enorme ventaja, pero esto es perfectamente entendible con los valores trastocados y la propagación masiva de bulos y de palabras de falso empoderamiento con que se tapizan a los oídos de las nuevas generaciones.

Empecemos, desde ya, a educar a los jóvenes para que sus movimientos, sus pensamientos y sus intenciones sean una copia al carbón de su verdadero propósito. Que nada de lo que van viviendo a lo largo de su edad adulta no sea exactamente lo que ellos han deseado. Eduquemos mujeres fuertes y valientes que no se asusten con tanta facilidad frente a la adversidad. Y empecemos a criar hombres que sepan valorar y amar a una mujer completamente, no solo de a ratos y sin compromiso.

El movimiento provida será un éxito, cuando aún, con el aborto, tan sanguinario y cruel que es lo que es, no sea, para nadie. Repito, para nadie, una opción.

Para todas las feministas idiotizadas y anestesiadas que apoyan el aborto hasta el último minuto, que sepan que en su empeño de promover tanta muerte y tanta tragedia, también están aniquilando sin piedad el sueño de muchas, muchísimas mujeres. Y que piensen que sus madres, a ellas, sí quisieron darles la vida y las oportunidades que obviamente se jactan en desperdiciar.

Termino con una anécdota. Cuando Hillary Clinton era Primera Dama de EEUU, y se entrevistó con la Madre Teresa de Calcuta, Clinton le preguntó a la religiosa, hoy en día Santa, que por qué no había habido una mujer presidente en los Estados Unidos. La Madre Teresa simplemente le respondió: "Tal vez, la hayan abortado."

Tengamos la sapiencia y la compasión de Gisella Perl, que en sus peores instantes, solo pensó en salvar vidas, tantas vidas como pudiera.

Imaginemos un mundo donde se de gloria a la belleza y la esencia de la vida. Y, donde, todos podamos tener la voluntad incólume de seguir salvándonos de nuestra propia autodestrucción.

Monday, October 16, 2023

La Crónica Rosa y su Amarillismo Ideológico

Yo entré al periodismo por la puerta "rosa"...

Mis primeros roces con el mundo de la prensa, fueron a través del fascinante universo de la farándula.

En casa de mi abuela se conservaban docenas de revistas que, principalmente, se dedicaban al glamour y a la belleza de los artistas y los cantantes y los príncipes y los duques de antaño. Me refiero a esa época "antebellum" (léase pre-guerra ideológica-cultural)

Hablamos de reliquias de los años 60 y 70. Ya para los ochenta, época de mi infancia y mi adolescencia, ya yo escogía que revistas, leer o comprar. Pero los tesoros de papel couché de mi infancia para mí han quedado grabados en mi memoria per sécula seculorum.

Y si algo soñaba yo era, por un lado, ser sujeto de alguna entrevista que saliese publicada en estas revistas. O, mejor aún, tener yo mi propio espacio de entrevistas.

Hasta el sol de hoy, las revistas de cotilleo son de mis favoritas, y, por otro lado, extraño la clase y la distinción que alguna vez tuvo la prensa comúnmente llamada "prensa del corazón."

La historia del periodismo "rosa" en los Estados Unidos, por ejemplo, ya tiene más de un siglo. En su día, las publicaciones de farándula eran conocidos como "tabloides" y gozaban, incluso en estas épocas, de una inmensa popularidad. Hoy en día se publican aproximadamente 400 revistas que se dedican a la noticia de farándula, esto sin contar, claro está, con los miles de portales digitales, también llamados "blogs" y los cientos de miles perfiles en redes que informan o comentan sobre artistas, influencers o aristócratas.

La prensa del corazón siempre tuvo una esencia única: reportajes escritos con palabras casi poéticas, anécdotas divertidas y un respeto máximo a los protagonistas. Respeto que imponían ellos mismos, porque todo hay que decirlo.

La revista HOLA de España está a punto de celebrar en el 2024, ochenta años de su fundación. El primer ejemplar de HOLA fue publicado el 2 de septiembre de 1944.

Si bien HOLA no ha perdido su popularidad entre los lectores y cronistas del corazón, sí puedo decir, habiendo sido lectora por casi 40 años, que ha perdido su lustro.

HOLA tiene ya varios competidores. Pero lo que HOLA ha mantenido hasta el sol de hoy es la altísima calidad de su fotografía. No hay lentes superiores, cuando se trata de prensa del corazón, como los de HOLA.

El problema es quien se nos ha puesto delante de los focos. No hay filtro lo suficientemente sofisticado para borrar las imperfecciones, ya no físicas, sino intelectuales y morales de los personajes tan mediocres que hoy ilustran portadas y acaparan titulares.

En mi época, por poner un ejemplo concreto, se hacía una cobertura exhaustiva de la realeza y de los pocos aristócratas que, regados por toda Europa, aún resultan fascinantes, aunque ya no tengan ningún tipo de ni de poder ni de relevancia política o social. Pero su alto nivel intelectual y su pasión por lo suntuoso eran dignos de admiración.

La realeza que nos exportaban las revistas a cada rincón de la tierra, eran reyes y princesas con muchísimo "pedigree." Hablamos de un (eterno) Príncipe de Gales (hoy Rey Carlos III) de Inglaterra que no podíamos imaginar engañaba a la queridísima Diana Spencer con su novia de juventud Camilla (hoy su consorte)

Yo, como cientos de miles de espectadores, me imagino, tuve el gesto de levantarme (a mis 8 añitos) a las cinco de la mañana para ver la boda de Carlos y Diana en vivo y en directo.

¡Todavía conservo la revista HOLA de aquel enlace!

Hice lo mismo, cinco años después, para ver la boda del hermano de Carlos (el hoy desgraciado Andrés,  olvidado y condenado por presuntas relaciones con chicas menores, y una entrañable amistad con el "suicidado" Jeffrey Epstein) y su novia rebelde, la pizpiretafinal plebeya Sarah Ferguson.

Fue precisamente la llegada de Sarah Ferguson, convertida en Duquesa de York, al palacio de Buckingham, la que, en mi opinión, hizo que saltaran las alarmas de que algo estaba cambiando en las más altas esferas de las testas coronadas de Europa. Los desaciertos en el vestir y las declaraciones más que imprudentes de la mujer de Andrés de Inglaterra no pasaban desapercibidas en los tabloides.

Mismo, la princesa Diana, harta de su existencia como princesa, empezó a deshilacharse de a poco, hasta que, finalmente, pudo separarse de su príncipe infiel, en 1992. Allí Diana, que dejó en shock a todos cuando falleció trágicamente en 1997, pudo hacerse su propia imagen y se transformó en la "princesa del pueblo" a la que todos quisimos y admiramos por sus incansables labores altruistas.

Así como el caso de Sarah Ferguson, tuvimos, de pronto, la antipática irrupción de Estefanía de Mónaco, hasta los ochenta, una figura gris y afeada (comparada con la glamorosa Carolina) y plagada de traumas. Conocemos de sobra, por supuesto, que estuvo al volante el día que falleció su madre Grace Kelly, popularísima actriz del Hollywood de Oro y la consorte de Rainiero III.

Estefanía fue una pionera en lo que hoy en día es el "pan nuestro de cada día," rentabilizar con sus escándalos, amoríos fallidos y ocasionales incursiones en la música, la actuación y el diseño.

Finalmente, la princesa Estefanía se ha calmado. Ha encontrado la felicidad al lado de los hijos que tuvo con su ex-guardaespaldas y, desde esta pasada primavera, es, a sus 58 años, abuela primeriza.

La prensa rosa nunca se ha quedado, digamos, sin oficio. Aparte de sus innumerables reportajes y editoriales, las revistas han tenido colaboradores que han contribuido a su popularidad.

Tal es el caso del exquisito contrato de Isabel Preysler, la siempre bien ponderada "reina de corazones," que ha sabido, desde su sonado divorcio con el icónico Julio Iglesias, escoger a dedo a sus amantes y a sus maridos.

Preysler, a través de un contrato millonario, de más de tres décadas con Porcelanosa, fabricante número uno de losas en España, fue contribuyente de HOLA con reportajes de lujo a personajes de la talla de Richard Chamberlain, el mítico Dr. Kildare, cuando era un actor popular y no se sabía casi nada de su vida personal.

La llegada de la década de los 90 con la "World Wide Web" (el internet) afecta sobremanera al periodismo rosa.

Ese velo de misterio y de elegancia pasado, se fue desvaneciendo para traernos a la palestra (y las pantallas de nuestras computadoras) a otro tipo de personajes.

La llegada del nuevo milenio con una amplia gama de teléfonos “inteligentes” nos trajeron a los famosos de las pantallas de un cine, a comer de nuestra mano. Ahora, para bien o para mal, sabemos hasta lo que comen a cualquier hora del día. Los más osados nos quieren vender sus cuerpos llenos de siliconas y de botox como un nuevo ideal de belleza.

Quizá el ámbito más obvio fue, precisamente, la realeza. Los príncipes adolescentes de los años ochenta, por ejemplo, se hicieron mayores y casaderos. Lejos de haber buscado esposos dignos y bien preparados, los chicos se enamoraron de mujeres y hombres que lejos estaban de ser impecables y han resultado consortes en su gran mayoría vergonzosos y mediocres.

El actual rey de España, Felipe VI, impecablemente preparado para el papel que ocupa como Jefe del Estado Español, terminó casado con Letizia Ortiz, una periodista atea y republicana (léase anti monarquía) que muy tristemente ha sido apodada en ocasiones como "Lady Vinagre."

Y si bien la señora ha hecho un esfuerzo para aparecer más amable, lo cierto es que a leguas se le nota que simplemente no está hecha para la vida que su ambición le hizo aceptar hace ya casi 20 años.

La Reina de Corazones, Isabel Preysler, ya en sus setentas, ha dado paso a su hija mediana, Tamara Falcó, actual Marquesa de Griñón, que si bien es una mujer simpática y espontánea y, desde su conversión al Catolicismo, trata de vivir su fe a rajatabla, lo cierto es que le han llegado al precio. Tamara es, muy lamentablemente, un producto mediático que acarrea años de mucha soledad y mucha confusión, y que, muy a pesar de las advertencias tanto de sus seres queridos como de los fans, ha decido dar el "sí quiero" a un "chulo playa" antipático y sin nómina laboral fija, que no hizo más que serle infiel durante su primer año de novios.

En Hollywood es tres cuartos de lo mismo, las estrellas como Audrey Hepburn han hecho, desde hace años, supernova. Lo que quedan son destellos y nostalgia. 

Con todo y el lujo asiático del que nos presume la actriz, cantante y empresaria Jennifer López, mejor conocida como JLo, yo tengo claro que ese esconde una mujer completamente insegura de sí misma y con un miedo aterrador a envejecer. 

Por fin, podría decirse, que su vida personal, pudo encontrar un broche de oro con la reconciliación y posterior boda, hace poco más de un año, con el Oscarizado actor y director, Ben Affleck.

Sin embargo, Affleck, con cada aparición pública junto a su esposa, aparece con la peor actitud, el rostro agotado y gestos agresivos con la prensa, que desde hace veinte años, ha estado fascinada con el romance de la del Bronx con protagonista de "Good Will Hunting" y "Argo."

¿Pero dónde está lo grave de la cobertura de la prensa del corazón?

La respuesta es que, el periodismo del corazón, se niega a denunciar, la patética deriva de sus protagonistas, y escoge, en cambio, construir narrativas falsas para seguir blanqueando a personajes que podrían, y de hecho, hacen, un extraordinario daño moral a nuestra sociedad actual

La llegada de las redes sociales, ha creado, casi de la nada, personajes famosos, que no buscan más que un protagonismo fugaz y, si pueden, dañar la imagen de quienes les conviene económicamente destruir o desprestigiar.

Tal es el caso de las aberrantes declaraciones de la señora Meghan Markle, que ha utilizado a su marido, el insípido y traumatizado Príncipe Harry, que ha confesado ser un adicto a la coca, hijo menor de la fallecida Diana, para atacar a los Windsor y hacer el sonado "Megxit" que los llevó a abandonar a la familia real y hacerse con millones a través de entrevistas y documentales en contra de la familia real, donde Markle protagonizó en su día, una infame y cursilísima boda donde, como era de esperarse, no faltaron las consignas antirracismo, tan propias de una pobre acomplejada como Meghan Markle.

Por desgracia, el periodista rosa, ha aparcado su ética profesional, para seguir recibiendo declaraciones exclusivas y para seguir alimentando las páginas de las revistas o los platós de "telebasura."

Lo vemos día sí y día también.

Es absolutamente inaceptable y, quizá, la peor parte es que son precisamente los protagonistas de la prensa rosa, los que más daño hacen a los jóvenes seguidores que ignoran las señales de alarma.

Jennifer López, hasta la fecha, acumula 252M de seguidores en Instagram. En YouTube, su canal, es parte del prestigioso grupo "del billón" dada que sus publicaciones pasan los miles de millones de visualizaciones.

Esto es lo que hay que recalcar. El número de seguidores de cada personaje, sobrepasa, y a veces con creces, la población de más de la mitad de países en el globo terráqueo.

Cada publicación, cada propaganda comercial, y por supuesto, su trabajo como modelos de marcas, tiene una repercusión incalculable.

Es menester recalcar que la gran mayoría de los "celebrities" hoy por hoy son activistas políticos, y mueven los hilos de la opinión pública. Las agendas del uso del cannabis, las ideologías del lobby LGTB, y el aborto sin restricciones, son, entre muchas otras tantas, ejes de las publicaciones y entrevistas que son publicadas o televisadas por la prensa o por las redes.

El periodismo actual, que sabemos de sobra está comprometido con las ideologías de género y lo políticamente correcto, ha decidido, también en la prensa del cotilleo, "mirar hacia el otro lado" y dejar colar las infames consignas que cada vez nos debilitan y nos destruyen.

El periodismo rosa se esconde detrás de su velo de frivolidades y se limita a excusarse como mero entretenimiento, pero lo triste es que, quizá, es el que más responsable ha sido de la debacle moral que hoy se padece.

A los que nos encanta y entretiene el mundo del corazón, quizá no todo sea color de rosa. Sin embargo, tenemos razones para sentirnos optimistas.

Precisamente la libre información que corre por las redes sociales ha dado lugar a que haya muchísimas críticas a favor de lo que hoy analizamos.

Los lectores, o si se quiere, los admiradores de la prensa del entretenimiento, están empezando a condenar abiertamente a los sujetos que, a leguas, buscan ser antagónicos y, que corrompen moral y espiritualmente a la legión de usuarios que los siguen.

El famoso o famosillo muchas veces interactúa con sus seguidores en redes. La mayoría no. Pero si podemos estar seguros de que no son tan inmunes como parecen a los aluviones de críticas por su comportamiento.

Aquí está nuestro poder, tanto por encima de los artistas e influencers per sé, como de los periodistas alcahuetas que ignoran el urgente llamado a reconstruirnos como civilización.

El cotilleo, chisme, corazoneo o como queramos llamarlo, existe desde la época de la antigua Roma, donde las damas patricias llenaban sus tertulias comentando el excelente gusto al vestir de la emperatriz, o como algún centauro era un conocido mujeriego, o, quizá entre murmullos, se contaban las indecencias de una dama que había pagado a un lanista por probar una noche de pasión con un gladiador.

Por lo tanto, bendita sea la prensa rosa. Que no se acabe nunca, por el amor de Dios.

Pero en estos tiempos la responsabilidad casi sacrosanta del lector es de exigir, primeramente, la vuelta al ruedo de protagonistas carismáticos e inteligentes y sobre todo, que sean dignos de nuestro tiempo y nuestra admiración. Seamos quienes los obliguen a ponerse a nuestra altura.

Seamos de igual manera escépticos de su palabrería. Tengamos en cuenta, que los famosos hacen su fortuna, vendiéndose, con pocas excepciones, al mejor postor, a empresas que remuneran su servitud a causas infames pero rentables.

La batalla cultural, tan presente y tan necesaria, en el renacimiento de nuestra civilización judeo-cristiana, tiene, en la prensa rosa, un terreno fértil. Sembrémoslo, entonces, con distinción, tino, sapiencia, e intelecto. Sigamos buscando, entre tantas cenizas y tanta purpurina, materia gris. Hombres y mujeres de bien. 

Afilemos nuestros sentidos, y no tengamos miedo de hacer del famoso de hoy, un imperio desplomado de polvo y vergüenza para que, como dijo Héctor Lavoe en una de sus famosas canciones, su gloria y nuestro interés en ellos, sean "periódico de ayer."

Monday, October 9, 2023

Victor Frankenstein y el Nuevo Orden Mundial


En política, dícese, actualmente, que un Gobierno "Frankenstein" es aquella estructura de gobierno donde se han amalgamado numerosas formaciones políticas, que buscando poder y beneficios, se unen para conformar una alianza que permita ejercer un mandato por un tiempo definido.

En los regímenes parlamentarios de Occidente, este tipo de convenios es bastante común. Un ejemplo claro es el que, por ejemplo, logró en España Pedro Sánchez, actual presidente en funciones (y muy probablemente presidente reelecto) desde el año 2019, uniendo a su partido matriz, el Partido Socialista Obrero Español, numeros partidos minoritarios de extrema izquierda y nacionalistas.

Una pesadilla para la derecha española de la que no pareciera haber un despertar a corto plazo.

Para que haya un gobierno conformado por un solo partido, máximo ganador, tendría que darse el fenómeno de la "Mayoría Absoluta," donde una formación política acapara, en el caso de España, 176 escaños en la Cámara de Diputados; En el Knéset de Israel, compuesta por 120 miembros, la mayoría absoluta consta de 61 escaños (que ningún partido ha logrado alcanzar desde su fundación en 1948)

Lograr una mayoría absoluta es muy difícil. El proceso de negociación con diferentes alternativas políticas, resulta, en una gran mayoría de los casos, en gobiernos tóxicos, con altas probabilidades de disidencia y con enfrentamientos agresivos y sin cuartel. Todos queriendo la mayor cuota de poder y de voz posibles--a cualquier precio.

Las luchas por el poder son y han sido históricamente sangrientas y, comúnmente, hablamos de "luchas titánicas."

Hablemos, pues, por un momento del Titán más popular de la mitología griega, el gigante Prometeo, dios del fuego. Prometeo era un anti-héroe, Una mezcla de Batman con un alma de Robin Hood, que se jactaba de engañar a Zeus, hazaña por la que fue condenado por el alto mando Olímpico a que su hígado fuese devorado por un águila, para que, siendo éste inmortal, claro está, se regenerara constantemente, hasta ser liberado, finalmente, por Alcides. El suplicio de Prometeo en manos de Zeus ha sido sujeto de extraordinarias novelas y plots teatrales.

Podemos, sin embargo, decir, que Prometeo era un villano?

Todo lo contrario. Y ahora veremos por qué.

Es Prometeo el que, al engañar al dios supremo, se hace el primer benefactor de la humanidad (de la cual él tomó parte principal en crear, como se explica popularmente en el mito, a partir del barro) robando el fuego de la custodia de Zeus para el buen uso de la creación. A Prometeo también se acredita nuestra herencia de conocimiento e inteligencia. 

Esta fascinante rivalidad entre dos gigantes es la que inspira a la joven escritora e intelectual británica Mary Shelley para su obra magna del horror "Frankenstein."

Lejos de las múltiples versiones cinematográficas que se han inspirado en esta novela, la esencia de estos personajes es muy compleja, y, nos lleva, sin duda, a hilvanar una analogía con el denominado "nuevo órden mundial."

Veamos...

Equivocadamente, muchos, en algún momento, si no hemos leído la novela de Shelley (publicada cuando la autora apenas tenía 20 años en 1818) pensamos que Frankenstein es el nombre del monstruo creado--y luego abandonado-- y el cual se convierte en un inusual protagonista cargado de moralejas.

Pues no. El nombre Frankenstein, con su etimología germana, a pesar de ser cien por cien ficción, es el apellido de Víctor, un suizo, genio de la ciencia y de la alquimia que, atormentado por la muerte de su madre y el abandono emocional de su padre, se refugia en su obsesión de dar vida a un humanoide.

Víctor, a quien nos referiremos por su primer nombre, obtiene de manera no muy santa partes humanas que va, de a poco, uniendo en su laboratorio, hasta darse cuenta de que ha gestado una figura de dos metros y medio con medidas de extremidades completamente desproporcionadas.

Comúnmente se dice que Víctor inyecta vida a su criatura con alto voltaje de rayos durante una fuerte tormenta, pero, la realidad es que su autora, Shelley, nunca especifica como Víctor da aliento a su experimento.

Shelley, por demás, nunca ocultó que su novela, y específicamente el monstruo, era basado en el mito de Prometeo, por su deseo de conocimiento y su devoción a perseguir su realización emocional y sentimental.

Volviendo al uso de la palabra "Frankenstein" para definir estos grupos gubernamentales fundidos en una coalición tri o tetra o penta o sexa partita, nos damos cuenta de que hay validez en llamarlo un Frankenstein, porque en muchos casos las fuerzas minoritarias dispuestas a un pacto de poder--que no de órden y honor--son bastante corruptas e ideológicamente fétidas, y de paso, llenos de un odio desproporcionado e inexplicable al país que intentan legislar.

Una vez sellado este pacto donde las promesas no se cumplen y la corrupción hiede a cadáver, el monstruo es abandonado para causar desasosiego, miseria e incertidumbre en los ciudadanos que no ven, ni remotamente, su voto representado en este engendro maquiavélico de políticos y adversarios.

Pero en la sociedad moderna, la creación de un Frankenstein va muchísimo más allá del genio de un pobre hombre como Víctor. De hecho, Víctor, si nos ponemos a analizar, es, a su vez, el monstruo creado por los cerebros cuasi anónimos que sabemos, manejan los hilos de la actual situación geo-política que vivimos, al igual que conducen los designios ideológicos y financieros de una masa cada vez más ignorante y más decadente.

Bill Gates es un Víctor Frankenstein. Como podría decirse de George Soros, por poner dos ejemplos con los que estamos vastamente, y por desgracia, familiarizados.

Pero bastante por encima de estos dos “monstruos” están corporaciones cuyas generosas contribuciones económicas y su enorme influencia en organismo internacionales, como la cloaca de las Naciones Unidas, son los que tienen la última palabra.

De hecho, entre los ejemplos de un Víctor del siglo XXI están, precisamente, estas organizaciones internacionales, o mismo la Unión Europea.

Sin embargo, aunque se ha avanzado considerablemente, porque todo hay que decirlo, no hemos despertado lo suficiente, para darnos cuenta lo insignificante que es Víctor Frankenstein.

De igual modo, y utilizando el símil de Prometeo, musa de "Frankentein," para entender la sicología del monstruo, podemos decir que solo un "titán," por no decir, un milagro, podría ser la catarsis para evitar la destrucción de nuestra civilización--y el ansiado exterminio, a través de una justicia incorrupta y veraz--de los que pretenden crear un fatídico nuevo orden mundial.

El monstruo, para sorpresa de su creador, al que éste, cariñosamente llama "padre," resulta ser una criatura, que, aunque inmensamente repugnante en apariencia, es intelectual y emocionalmente autónoma. Se autoeduca con libros robados de una escuela, y busca el trato con los ciudadanos que, obviamente, sin darle siquiera la oportunidad de un saludo cordial, huyen alarmados.

Su soledad aguda y su abandono por todos es lo que lo hace moralmente corrupto y es cuando comienza a causar estragos. Esto, por supuesto, es lo que ha hecho de esta novela, un clásico del terror, a pesar, de que representaba, literalmente hablando, los ideales típicos de la novela romántica. Ergo su inspiración en la mitología griega.

Pero si aislásemos, y esto es crucial para nuestro análisis, la naturaleza de la criatura, hijo de la ciencia, de Víctor, nos damos cuenta de que Frankenstein, es un ser moral, inteligente, pensante y compasivo. De hecho, su naturaleza se retuerce cuando ve que Víctor, muy vigilado en todo momento por su "hijo-monstruo," destruye con sus propias manos a otra criatura, una mujer, al que él monstruo deseaba para compañera de vida.

En el fatídico desenlace de la novela, el monstruo de Frankenstein, después de ser perseguido por su padre por medio mundo, y luego de acompañarlo post mortem cuando sucumbe a una enfermedad en las gélidas tierras del Polo Norte, se sabe derrotado moralmente y contempla el suicidio. Al final, solo se sabe que se desaparece para nunca más ser visto.

Víctor, obsesionado primero, y luego, aterrorizado por su creación, está condenado al desasosiego y al dolor, pues él también ha sido testigo de como, en venganza, el monstruo asesina al amor de su vida, Elizabeth.

En esta trágica fábula de terror, no hay felicidad duradera. Son, en su versión original, casi 300 páginas de drama y destrucción.

Como lo es, sin miramientos, el complot detrás de un nuevo orden mundial, con “constitución” incluida, que vemos resumida en los nefastos preceptos amalgamados por los organizadores de la Cumbre de Davos o los capos de Bilderberg. 

En la agenda 2030, se contemplan 17 “mandamientos” que incluyen la reducción de la población, una acción contra el "cambio climático" (mil veces refutado) y una educación más diversa e inclusiva. Un conjunto de pamplinas disfrazadas de propaganda y de palabras bandera que buscan que haya un poder común, manejado, precisamente, por las élites financieras que ya hemos mencionado.

Cada uno de estos 17 preceptos para el nuevo orden mundial está controlado por corporaciones, agencias y múltiples "chiringuitos du jour" para ganar rédito económico y tener una cuota de poder.

Para crear este “Frankenstein” socioeconómico del siglo XXI, se han abandonado todos los principios que alguna vez rigieron a nuestra civilización judeo-cristiana.

De hecho, es precisamente, nuestro buenismo y nuestra ceguera, las que permitieron que los cabecillas detrás de las mafias pro-Agenda 2030, hayan podido, durante décadas, gobernarnos tan fácilmente.

Para entender a cabalidad nuestro rol en la lucha titánica para nuestra supervivencia, tenemos que, para sorpresa de muchos, ver con detenimiento que, fuera de toda ficción, en nuestro mundo actual tenemos a Víctor. Tenemos al monstruo. Tenemos a Zeus y tenemos la necesidad de entender que todos y cada uno de nosotros debemos entender donde está Prometeo, por qué Zeus lo odia, y, finalmente, con nuestra propia voz y nuestra voluntad, todos tenemos que ser Alcides, mejor conocido como Heracles.

Su nombre romano, para que tengamos claro de quién estamos hablando, es, por supuesto, el gran Hércules.

Zeus, con todo y que es el magnífico rey del Monte Olimpo, termina siendo un George Soros cualquiera, un Víctor mitológico, enfermo de poder y temiendo todo lo que pueda quitárselo, condenando a sus enemigos a torturas inigualables y haciéndose partícipe de atrocidades para, por ejemplo, lograr seducir, a quien se le antojara.

Prometeo, más sabio y más viejo que el propio Zeus, es parte de los Titanes, los grandes y sabios gigantes que ayudan durante una década a que Zeus se vengue de su padre Cronos, dios del tiempo, que se come a todos sus hermanos para no tener que compartir el poder del Cielo con nadie. 

Tras la victoria, Prometeo es aliado de Zeus para la creación de la humanidad, pero Zeus ve con desdén (y quizá envidia) que Prometeo se haya encariñado con su creación, en vez de tener las ansias de poder que para Zeus son imprescindibles.

Cuando Prometeo, desobedeciendo a Zeus, le "roba" el fuego y se los da a los humanos para su uso cotidiano, Zeus, le declara la guerra. Zeus se niega a beneficiar a su creación. Zeus solo quiere controlarlos a su antojo.

La Agenda 2030 es para los Zeus actuales un tesoro que, si se aplicase como está supuestamente definida, beneficiaría a la humanidad. La maquinaria de propaganda "olímpica" así, ha querido transmitirlo a los súbditos. Digamos que Prometeo, ha descubierto que la "agenda" es una trampa. El titán, dotado del don de la profecía, y encariñado con el género humano, quiere evitar el sufrimiento que Zeus pretende infligir en sus súbditos, y se rebela con el que fuese en su día un gran aliado, casi un hermano.

La batalla cultural en la que todos debemos participar apasionadamente, cada uno de la manera en que podamos, es el Prometeo de la era moderna.

Y en esa, fascinate e incansable lucha frente a un Zeus enloquecido, debemos, sin tiempo que perder, manifestar a nuestro Heracles. Nuestro héroe infalible. Nuestro Frankenstein de luz y de esperanza.

Heracles son nuestras ideas. Heracles es nuestro voto. Heracles es nuestro coraje para llamar al enemigo por su nombre. Heracles es la ciencia y la tecnología utilizada para el bien común y el desarrollo intelectual de las masas. Heracles es nuestra fe en un Dios verdadero, infinitamente más poderoso que un centenar de Zeus. Heracles es un incansable David que condena a la destrucción al Goliat que se avecina.

Heracles es la humanidad que armada de paciencia y estrategia y pericia, se sabe espiritualmente invencible. 

Los terribles preceptos de la Agenda 2030, que nos toman por imbéciles, nos dicen con un tono afable y empalagoso que seremos capaces de no tener nada y estar en paz. Ese "nada" puede interpretarse como ustedes quieran, pero atentos que de la agenda globalista, todo, absolutamente todo es engañoso, guabinoso y falaz.

Nuestra libertad de expresión, de culto y de pensamiento están, por el momento, atados, como el titán en el Monte Elbrus, controlados por mafias terroríficas que no tienen paz con la miseria y conocen fin para sus sanguinarias ambiciones.

Nosotros sabemos el camino a la cima. Tenemos las espadas más que afiladas. Liberemos al titán y hagamos justicia.

Prometeo, una vez liberado, se sabe cumple su sueño de poder otorgarnos sabiduría y conocimiento. 

Nuestra civilización está creada para la inmortalidad.

Condenada, en estos tiempos, a la oscuridad están la verdad, la prosperidad y la supervivencia de nuestra especie. 

De nosotros depende.

Todos somos Heracles. 

Nos vemos en el Elbrus. No temamos. Dios está con nosotros.


Monday, October 2, 2023

Giselle, un Ballet en Dos Actos, Desafía al Feminismo

 




Dijo Aristóteles, "el arte imita a la vida." A lo largo del tiempo esta frase se repite como un mantra atemporal y certero.
El feminismo, que hoy vemos en riadas en nuestras redes sociales, la industria del cine y la literatura, también ha sido alguna vez explicado con arte, y hoy haremos un análisis de su crueldad y su bilis a través de una de las leyendas más populares del folklore europeo: Las Willis.

Hagamos, primero, un inciso.

El feminismo que yo denomino "radical" es al que vamos a referirnos en este artículo. ¿Por qué es importante hacer esta aclaratoria? 
Elemental, mis queridos lectores.

Si estudiamos el feminismo desde sus orígenes a finales del Siglo XIX, las mujeres que valientemente pusieron sobre la mesa los temas de igualdad de derecho tanto para mujeres como para hombres, nada tenían que ver con estos seres desquiciados que no han hecho más que escupir en el legado de estas activistas a quien tanto hay que agradecerle.

De hecho, a lo largo de las numerosas gestas históricas, se han hecho notar numerosas "proto-feministas"que, lejos de proponer la igualdad como una revolución o un movimiento estructurado, simplemente hacían valía del sentido común.

Tal es el caso de Abigaíl Adams (1744-1818) Segunda Primera Dama de los Estados Unidos, que en Marzo de 1776, 150 años antes de que se aprobara la Enmienda No. 20, otorgando a la mujer el derecho al voto, escribía a su marido, el Presidente John Adams, que en su discurso ante el congreso "recordara a las damas" indicándose Abigaíl Adams, como una voraz defensora de los derechos básicos de las mujeres de su tiempo.

La Segunda Ola del Feminismo, que germina a partir de la Segunda Guerra Mundial y tuvo su mayor auge en los años 60, también tuvo voces como la genial Camille Paglia, de 76 años, hoy por hoy gran crítica de la absurda deriva que tomó el movimiento feminista de la tercera y cuarta ola.
¿Qué nos enseñan estas nuevas etapas del movimiento feminista?

Sinceramente, no mucho más de lo que ya se ha, afortunadamente, logrado. Tenemos igualdad laboral y ya se ha explicado de mil maneras que hay una tendencia cultural y de carácter cuando se trata de las carreras que escogen ejercer los hombres, en comparación con las que, tradicionalmente, escogen las mujeres.
El pensar en una total ecuanimidad entre dos seres tan profundamente distintos como son los hombres y las mujeres, ha generado, en las nuevas generaciones, una terrible y enfermiza confusión en cuanto a la función de cada sexo en nuestra sociedad.

Y, muy, tristemente, el nuevo feminismo abyecto y retrógrada, ha cavado en la mujer una fétida misandria quesólopodrá llevar a una implosión de nuestra especie.

Para poder entender este comportamiento de las feministas actuales, sobre todo en las mujeres menores de 40 años, estudiemos, por un instante, a un peculiar grupo de jovencitas que, sin duda, han sido la musa perfecta de este "teatro del absurdo" en que vivimos.
Creo que todos estamos, sin duda, familiarizados con el ballet clásico "Giselle."
"Giselle" es el epítome del Romanticismo, tan popular en el siglo XIX. Conocido como el género de "le ballet blanc" (el ballet blanco) "Giselle" nos cuenta la historia de una adolescente, en la época medieval, que habita a las orillas del Rin.
El ballet es del año 1841, con música del compositor francés Adolphe Adam, y con una exquisita coreografía de un gran genio del baile, Jules Perrot, digamos que era el Hans Christian Andersen del ballet tradicional.
"Giselle" está basado en una novela del escritor alemán Heinrich Heine, publicada en 1835. Esta novela es la adaptación más popular que se conoce de la leyenda de las malvadas Willis.
Originalmente, un Willi, se definía como un habitante de los bosques, muy similar a lo que podrían ser las hadas o los duendes. Los Willis forman parte de la mitología de la Europa oriental. Con la novela de Heine titulada "De Alemania," que ya mencionamos, los Willis toman un concepto diferente. Y son todas mujeres.
En el mundo ficticio de "Giselle" como ha ocurrido por toda la historia de la humanidad, las niñas soñaban en casarse y tener familias. En el ballet esto lo vemos clarísimo, ya que, como parte de la historia, somos testigos del compromiso de nuestra protagonista y también de unos de sus amigos campesinos.
Dicho esto, conocemos a la madre de Giselle, una mujer atormentada por la fragilidad y la inocencia de su joven hija, que sabemos que sufre una enfermedad del corazón congénita. La madre, que asumimos es viuda, ve con malos ojos los amoríos de su hija con un tal Loys, que, aparentemente, es un campesino que ha “aparecido” de la nada. La madre se desvive por su hija y ya tenía elegido a Hilarión, el cazador, para Giselle. Pero Giselle está deslumbrada por Loys.
Giselle personifica la virtud y la tradición. Pero siendo dócil y afable, también posee un espíritu que desafía a su condición de salud, bailando apasionadamente con su pareja, a quien adora desde el primer instante. Su rechazo al buenote de Hilarión es constante, despertando en éste unos celos demoníacos.
Giselle, según vamos viendo el desarrollo de este primer acto, es, de alguna manera, una joven líder de su comarca. Toda la historia se desarrolla a través de su visión de la vida y del amor. Su desobediencia, lejos de convertirla en una malcriada, es un símbolo de autonomía y autorrespeto.
Pero resulta que el chico que conocemos como "Loys" no es menos que el Duque de Silesia, Albrecht. Dado que el ballet es de la época medieval, Silesia por aquellos tiempos era parte del Reino de Bohemia, hoy en día, geográficamente, situado en Polonia.
Giselle y Albrecht aparecen estar locamente enamorados y celebran su compromiso con una vendimia otoñal con que cada ballet compite para hacer montajes suntuosos y realistas.
Pero Albrecht, inmensamente apuesto y seductor, y como era costumbre en aquellas épocas, había sido elegido como futuro esposo de la Princesa Bathilda, que justo estaba visitando con su padre los viñedos del Rin.
Vemos a Albrecht comportarse como un verdadero patán, abandonando, por unos instantes, a su Giselle, que está a punto de encontrarse cara a cara con su novia de toda la vida. En efecto, las dos mujeres se conocen y tienen, inmediatamente, una conexión, recibiendo Giselle de la princesa, una joya valiosísima cuando las dos descubren que ambas están ya por casarse.
Hilarión, muerto de celos, llama con el sonido de un cuerno, y habiendo hallado la espada del falso campesino, a toda la corte, apareciendo así Bathilda con su padre, que encara la infidelidad de su futuro yerno.
Albrecht se disculpa con su prometida, indicando que solo se divertía un poco, y deja a Giselle sin palabras.
En el siglo XIX, la histeria y la locura femenina eran temas recurrentes, y Giselle, rota de dolor, sucumbe a la más profunda insania. En su demencia, parte cumbre del ballet, su corazón estalla en su pecho, y Giselle muere en los brazos de su madre.
Albrecht, en un instante, deja de ser un niño caprichoso y banal, para convertirse en un hombre que ha madurado y que no puede perdonarse a sí mismo por su comportamiento vergonzoso.
He aquí la moraleja de esta historia.
Cuando el telón se abre para comenzar el Segundo Acto del ballet, la frescura y la colorida atmósfera del primer acto, se desvanece por completo.
Lo que tenemos ante nuestros ojos es un bosque tenebroso lleno de tumbas abandonadas y un espesor de árboles llorones y lúgubres.
¿Pero de quién son estas tumbas?
Pues, tristemente, sabemos que los nombres en estas lápidas son de mujeres vírgenes que han muerto antes de sus bodas por culpa de un engaño de sus prometidos.
Este es el enfoque que la novela de Heine, y, por supuesto, el ballet, le han dado a estas criaturas de la noche, las Willis.
Son, en su totalidad, mujeres que han renunciado al descanso eterno, para atormentar y finalmente, destruir, a todos los hombres, sin piedad alguna, que osen entrar en el bosque a la medianoche.
El odio concentrado de estos fantasmas está representado en el espectro de Myrtha, reina de las Willis, que sale de su tumba, primero que nada, para hacer ver su poderío y su destreza en el baile.
Vale destacar que los personajes de Giselle y de Myrtha son de una complejidad tal, tanto en estilo como en técnica, que solo lo pueden interpretar las llamadas Primeras Bailarinas de un cuerpo de baile.
La mirada de Myrtha, aunque es una joven de belleza sin par, es vítrea y maléfica, y siempre carga en sus manos una rama de romero, que simboliza, el recuerdo. Con cada movimiento de la rama de romero, Myrtha insta a sus compañeras a recordar el dolor impune que le han causado los hombres. Todos los hombres son iguales. Todos engañan. Todos merecen la suerte que nosotras le procuramos. Todos. Sin excepción.
La servitud de las Willis es inamovible e incondicional.
Giselle, ahora, una igual que ellas, debe obedecer.
Aparte de ser sanguinarias, las Willis, están condenadas a bailar toda la noche, pasión que traen desde sus vidas pasadas, como el caso de Giselle.
Dos hombres desafían la posible aparición de los fantasmas. El primero es Hilarión, que en su luto, quiere despedirse de Giselle, a pesar de que su amor jamás fue correspondido. Pero Hilarión, tiene la mala suerte de encontrarse frente a frente con Myrtha, que con gestos marcados de desprecio lo obliga a bailar para ella hasta que se muera.

Cuando trata de huir, lo alcanzan las endemoniadas Willis que obedecen el comando de su reina y lo tiran al río cuando ya Hilarión ha colapsado del cansancio.
El segundo hombre es, por supuesto, Albrecht, cargado de culpa y de lirios blancos, suplicando el perdón de su joven amada, que, materializándose frente a sus ojos, vierte en él su más absoluto perdón y lo invita a jugar por el bosque para evitar que Myrtha los descubra.
Una vez más, Giselle se alza como una heroína que piensa por sí misma y se niega a esclavizarse a los designios de su reina despechada.
Lamentablemente, el duque es descubierto por las Willis y, como ya ha hecho con Hilarión, le obliga a bailar hasta que se muera. Pero Myrtha apenas puede creer que Giselle, vuela hasta la presencia de su amado y llevándolo hasta su lápida, lo protege con sus brazos y se niega a entregárselo a sus compañeras.
En este momento se ve claramente como el ramo de romero que Myrtha lleva a modo de cetro, se rompe en pedazos. Esto simboliza que la reina, frente a la fuerza del amor verdadero, pierde su poder.
En estos momentos finales, pero cruciales de este ballet, vemos la lucha del amor y el odio y de la voluntad de una mujer cuando se propone salvar al que quizá, sí, alguna le hizo un daño trágicamente irreparable, pero que no se materializa en el desprecio de las Willis por todo el género masculino.
En el alma de Giselle solo se ve el perdón y la necesidad implacable de neutralizar los designios de Myrtha que no tienen ni pie ni cabeza.
Giselle, al ser un fantasma, ya no teme a nada y baila toda la noche al lado de su amante para que pase el tiempo y llegue el amanecer. Y así, cuando, el teatro oye las campanadas de un nuevo día, las Willis, habiendo satisfecho, una vez más su hambre de venganza, se retiran a sus tumbas.
Pero el duque está vivo y más enamorado que nunca. Giselle, pues, lo abraza una vez más y se despide para siempre.
La fuerza de su amor y su desafío a Myrtha le han abierto las puertas del Cielo y ya no será más una Willi. El hechizo está roto. Giselle descansará en paz.
Si llevamos esta fábula al siglo XXI, podemos ver que lo que azota a las feministas más radicales de nuestros tiempos, puede no ser más que un dolor profundo y un trauma del que no han querido prescindir, puesto que han encontrado, muy tristemente, en las actuales agendas ideológicas una "reina" que las ha esclavizado al tormento y la venganza.
Pero nos tiene que quedar claro, que, lo que hace dulce el sádico tormento de las Willis, es provocado por mensajes bien estructurados que se materializan en estas damas únicamente por una profunda ignorancia.
La madre de Giselle, por ejemplo, durante todo el primer acto, la vemos sobreproteger a su hija con historias sobre las Willis.
Pero la madre no representa la prudencia. Representa el miedo. La madre de Giselle no lucha contra la leyenda de las Willis, la da por sentada. No opone resistencia. La viuda es nuestra sociedad. Quiere hacernos ver que seremos, como mujeres, incapaces de escapar el destino que nos espera si "desobedecemos."

Las Willis son destructibles.
En el ballet, gracias a su coreografía tan perfecta, vemos, emocionalmente hablando, tambalearse a Myrtha, y aunque ninguna otra Willi la desafía, queda claro que nosotros, los que vemos su maldad, derretirse frente al amor de Giselle, ya no le tenemos el más mínimo respeto. Myrtha es una pobre alma en pena condenada al eterno desasosiego.
Giselle es, pues, el sentido común encarnado. Aun quitando el ámbito del romance y la pasión de una pareja, Giselle, piensa por sí misma. Se traza su propio destino y, ya muerta, solo quiere poder alzar sus brazos al Eterno sabiendo que cumplió su misión terrenal.
El feminismo radical es igualmente efímero y absurdo y cada vez se hace más claro. Las campanadas de la razón ya inundan nuestros medios y nuestra sensatez.
La mujer, bendita obra magna de Dios, sabrá tomar las riendas de su destino y aceptará que su grandeza está presente en su ser en grado superlativo.
Todo lo demás es un absurdo triste y solitario que condenaría a las mujeres esclavas de las consignas más auto-destructivas.
El feminismo radical polvo es...y en polvo se convertirá!


Los Antihéroes y su Esquema para la Salvación de Occidente

En 1940, llega al fabuloso mundo (o más bien el inframundo) de Ciudad Gótica, uno de los personajes más enigmáticos y complejos de lo que co...