Wednesday, November 29, 2023

Podrá Tener Argentina Talento Otra Vez?


Poco hay más interesante, fascinante, e incluso, conmovedor que los testimonios de personajes que han saltado a la fama después de haber ganado un concurso de talentos o haber sido descubiertos en locales de ocio por un empresario que luego se convertiría en su gerente o su manager.

A lo largo de los años hemos escuchado y aplaudido estas historias y muchos de estos shows cazatalentos han tenido la fortuna de haber sido el trampolín de grandes estrellas que terminan actuando en el Madison Square Gardens o ganado un Grammy.

Muchos nombres, desgraciadamente, se vuelven humo y otros se convierten en ejemplos de vidas destrozadas por el estrellato.

Britney Spears es un ejemplo de todo lo que acabamos de explicar. Su último libro "The Woman in Me" (La Mujer en Mí) es, contado en primera persona, una de las tantas historias de ascensos meteóricos que desembocan en miseria e infortunio.

Pero, los shows busca-talentos, no han dejado de existir. Y siempre hay quien se atreve a dar un salto de fe a la fama a través de su experiencia  en estos programas. La amplia audiencia que los sintoniza es prueba fehaciente de que funcionan.

En el año 2006, el productor y empresario británico Simon Cowell, venía de ser un "coach" de un "reality" conocido como "The X Factor" (El Factor X) con versiones en muchas partes del mundo. 

Cowell es el "enfant terrible" de la televisión inglesa. Era siempre el juez antagónico del show que parecía disfrutar humillando a los concursantes.

Hagamos un pequeño inciso...

Cuando hablamos de un show "reality" tenemos que tomar en cuenta que todo, absolutamente todo lo que vemos en la pantalla está estructurado por un guión. Se crea la impresión de que hay situaciones improvisadas, pero son muchas las pruebas que dictaminan que se crea una situación dramática para acaparar atención del espectador y aumentar el rating.

Esto es importante tenerlo en cuenta para lo que vamos a comentar en unos instantes.

Volviendo a Simon Cowell, es justo en el 2006 cuando el empresario decide crear su propio reality, "Got Talent" (Tiene Talento)

Desde el primer momento el show fue un hit. Grandes personalidades mediáticas han pasado por el reality en el rol de jueces, siempre con Cowell como el "malote," el sicario de las esperanzas de los aspirantes.

"Got Talent" es un reality que busca lanzar las carreras de artistas o bailarines, pero los concursantes pueden tener una audición donde pueden hacer gimnasia, trucos de magia, comedia, mimo, etcétera, etcétera.

Pero en realidad, baile y canto es lo más común...

"Got Talent" tiene franquicias por los cinco continentes, pero el formato es siempre el mismo. Llega un concursante, hace una prueba, los jueces valoran su actuación, y si califica pasa a la segunda ronda. Así hasta la gran final.

El show tiene mucha publicidad, por lo que las puestas en escena a medida que los aspirantes van progresando y ganado terreno son muy profesionales e incluso hiper lujosas. Vemos también a los jueces vestidos de punta en blanco, y, como es de esperarse, los concursantes están obligados a superarse con cada presentación.

Hasta aquí todo muy bien. 

La versión española de "Got Talent," nunca se me olvidará, hace cuatro o cinco años, dio de ganador a un niñito de dos años, Hugo Molina, un pequeño crack que se robó el corazón de todos los jueces y de paso el mío, tocando el tambor al ritmo de las marchas de las procesiones de Semana Santa. 

Su familia, originaria de Huelva, muy devota, lo llevaba a las procesiones, y Hugo, aprendió a tocar las solemnes notas de las bandas que acompañan a las carrozas al sur de España.

Los vídeos están, para toda la eternidad, en YouTube. ¡Los recomiendo!

Lamentablemente, la historia del tamborilero no tuvo, en mi opinión, una deriva positiva. Su madre empezó a manejar su incipiente carrera, y, con tres años, parecía que Hugo estaba siendo explotado para ganar patrocinadores. Le perdí la pista hace tiempo, pero es un buen ejemplo de lo que estos "realities" construyen o, tristemente, destrozan.

En Agosto de este año se lleva a la televisión argentina la franquicia de "Got Talent." No le auguro éxito, y, por los comentarios que circulan en las redes sociales, es muy posible que "Got Talent Argentina" sea cancelado en breve. Y ojalá así sea.

El YouTuber español Isaac Parejo, conocido como "Infovlogger" ha hecho un análisis en su canal de unos de los más recientes programas del reality sudamericano que parece un segmento, en vivo y en directo, de una película de terror.

No estoy familiarizada con los "celebrities" argentinos, pero les puedo asegurar que deben ser, tantos los jueces como los presentadores, aspirantes ellos mismos a ser famosos. Ya no digo clase B. Peor. Personajes pedantes, antipáticos y con cero carisma, y exacerbadamente crueles.

En X (antes Twitter) se han mostrado fragmentos de este bodrio, que, honestamente, es un claro reflejo de lo que se está viviendo en Argentina.

Para constatar este análisis pueden ver la hemeroteca que se ha hecho, en las últimas semanas, prácticamente viral de las audiciones para este programa.

Las recopilaciones de los episodios recientes contrastan dos actuaciones. Vemos, por ejemplo, un conjunto de baile, más bien clásico, que tiene una valoración de los seudo jueces como mediocre, gris, desacertada, y, deciden, en conjunto, eliminar al concursante.

La segunda parte del vídeo nos muestra, por ejemplo, a un dúo de bailarines esperpénticos que hacen una exhibición de baile y son abiertamente homosexuales. En el vídeo de Isaac, observamos un vergonzoso acto de "twerking" con un movimiento de torso y de caderas más que vulgar.

Seguida la actuación, los jueces se aparan a aplaudir y quedan hipnotizados viendo el extraordinario "talento" que han demostrado tener los aspirantes a estrellas--del cine porno.

Como he dicho al principio, los realities están escritos para dar una impresión de ser genuinos y de ser verídicos en sus opiniones u objeciones. Y esto es lo que tenemos que enfatizar en la edición argentina de la franquicia.

Es un espectáculo que se ha creado, sin lugar a dudas, con el firme propósito de encarar al público con la cultura "woke." Sin censura y sin pedir permiso.

Cada episodio está creado con la misma finalidad. Se humilla al que tiene talento para avanzar a los concursantes con un contenido provocador, y miembros de colectivos.

No es una sátira. Es una declaración de intenciones. Argentina es "woke," progresista, chocante, tóxica. "Sí y qué" parecieran decir los jueces con cada palabra y con su evaluación.

De más está decirles, que de este mamarracho de espectáculo jamás saldrá un Sandro o un Palito Ortega. Eso no cuela. Eso no vende. Eso es casposo y retrógrada. Lo de la nueva Argentina socialista es el efecto shock, que a su vez es eco de como se ha podrido nuestra civilización desde que nos gobiernan agendas y activistas.

Cabe destacar, que hasta la fecha, el sillón del Ministro de Cultura lo ocupa Tristán Bauer (en su casa lo conocen y lo tratan de tú)

Bauer es un director y guionista de cine, nombrado a dedo por Cristina Kirschner en el 2019. Para que se den una idea, este señor dirigió, en el 2010, un documental, que es más un sahumerio ideológico donde se entrona y se santifica la figura del terrorista y guerrillero Ernesto "El Che" Guevara.

Bauer es, para ponerlo en términos claros, un activista político, que juega a ser el Almódovar del Cono Sur. Su fidelidad al progresismo le ha valido numerosos premios, incluyendo El Goya, que es, muy lamentablemente, en la actualidad un espectáculo de lujosa propaganda. Alguna vez fue de máximo prestigio.

Esta decadencia clara y maquiavélica, por qué es que Got Talent Argentina, es verdaderamente mal intencionado, es la que podría haber encendido la mecha para que la batalla cultural encontrara en suelo argentino, uno de sus terrenos más fértiles.

El puesto de trabajo del señor Bauer podría desaparecer en los próximos meses. El líder del partido derechista "La Libertad Avanza," Javier Milei, es el nuevo presidente electo de Argentina. Una de sus más controversiales promesas de campaña es eliminar el Ministerio de Cultura.

Yo tengo sentimientos encontrados con esta decisión. Y como en muchos otros aspectos, estoy bastante escéptica con la visión del señor Milei.

Aunque es trillado, un vulgar lugar común, Argentina es una cuna de la cultura Occidental. Un trozo de esa Europa de antaño que, desgarradoramente, ha sido presa de la corrupción y la idiosincrasia Peronista por más de 60 años. Pero, merece rescatarse. 

Sin embargo, los creadores de "Got Talent" son, sin miramientos, parte de una mafia mediática, una red ideológica criminal con fines de lucro---imparable y abundante lucro.

La servitud a las pautas de las agendas y los colectivos es absoluta. Las exigencias, insaciables.

La magnitud del esfuerzo para reconstruir culturalmente a la Argentina es titánico. Con todos mis respetos, no veo yo a un economista, "rookie" en política, capaz de semejante tarea. Pero, al menos en teoría, Argentina sigue siendo democrática y el pueblo ha elegido. Un voto es confianza en su más puro estado. A partir del 10 de Diciembre, Milei debe encender los motores y hacer rugir a sus leones. Si no, será un cadáver político más y quedará para cuidar a sus perros telepáticos---o será un prestigioso rabino. 

Ojalá pueda yo aplaudir las gestiones de Milei. Hay veces en que esperamos equivocarnos, aunque con este presidente lo que avanza en mí son las dudas.

Pero no lloremos por Argentina todavía...

La esencia de Jorge Luis Borjes sigue allí, esperando su renacimiento. Si es cuestión de talentos artísticos, tenemos nostalgia de un Leo dan o Leonardo Favio.

Nos ha quedado claro que Argentina dio un puño sobre la mesa y rugió un "basta ya!", desde el fondo de sus entrañas.

A partir de aquí mucho puede parecernos turbio, pero si observamos la bandera de este país, estamos claros de que podría, por primera vez en décadas, haber salido el Sol.

Monday, November 27, 2023

La Ley de la Atracción: Extasis, Agonía y Destierro


Es importante tener muy claro, y reiterar con cada tema que analizamos, que el caos ideológico y esta dislexia moral que nos está tocando sobrevivir y resistir no llegó de la noche a la mañana.

Casi se podría decir que se fueron dando pasos muy bien planeados y específicos que ojalá alguien pudiera capturar en una enciclopedia de varios tomos (en un libro sería imposible)

Qué legado sería para las generaciones futuras tener encapsulados los grandes males del mundo y cómo se llegó a implementar cada uno de ellos. Y como erradicarlos para siempre.

Descifrar cada uno de los esquemas y las estrategias de propaganda diseñadas para la expansión de mal es urgente. 

Pero lo primero que debemos hacer es tomar consciencia de que ha sido todo paulatino pero seguro. Perseverante. Calculado. Medido. Estudiado. Hemos sido permisivos y hemos dejado que nuestra realidad, como esponja, se impregne de mentiras y esquemas ficticios y tóxicos.

Para implementar ideas nuevas, cualquier idea nueva, se hace primordialmente un sondeo del grupo de personas a quien va dirigida esa idea, esos nuevos conceptos. Eso es fácil de aprender. Incluso hay cátedras universitarias dedicadas a esto, sobre todo en las carreras relacionadas con política, comunicación y publicidad.

En una sociedad que ha sido convenientemente, y a lo largo de varios años dividida en colectivos, y que, a su vez, entra en una constante lucha con otros colectivos, es muy fácil resquebrajar en masa múltiples valores que alguna vez nos definieron y nos fortalecieron.

En este nuevo milenio, con el internet completamente adueñado de nuestro día a día, nuestra filosofía de vida y la esfera política, se facilitó enormemente el flujo de información y nuevas doctrinas.

El internet fue para el siglo XXI lo que Gutenberg fue para el siglo XVI.

Si hay algo que une significativamente a millones de seres humanos es la religión. La religión de hecho se ha vuelto un blanco seguro para ir destruyendo toda la civilización Occidental de a poco.

La religión en nuestra civilización está unida inequívocamente a la teología judeo-cristiana que nos ha definido y unido desde hace más de dos mil años.

Hasta allí estamos claros.

Pero de toda la vida. Desde tiempos inmemoriales, han existido, o incluso podríamos decir, hemos coexistido con muchísimas creencias que no se adhieren a las religiones más convencionales: judaísmo, cristianismo, islam, y, por supuesto, las creencias de Oriente como el budismo o el hinduismo, entre otras.

Estos dogmas de orígenes paganos o de índole científica han servido para llenar un vacío espiritual que muchísimas personas no han logrado encontrar en los cimientos estructurados" de nuestras religiones mayoritarias. 

La llegada del nuevo siglo, y, por ende, el despertar del nuevo milenio, trajo bajo la manga un as que poco podíamos imaginar que iba a ser tan explosivo e influyente: El "New Age" (lo vamos a traducir como La Nueva Era)

Mentiríamos si dijéramos que El New Age apenas tiene 20 años o poco más. Lo dicho, estas creencias de alguna u otra manera han impermeabilizado Occidente por siglos, dadas las raíces politeístas de muchas doctrinas.

Pero El New Age, La Nueva Era, también conocido como El Nuevo Pensamiento, irrumpió en la esfera mediática y literaria como pocas cosas lo han hecho. Con fuerza no. Lo siguiente.

El New Age mezcla teorías bíblicas con teoremas científicos con consignas paganas, física cuántica, y un toque de sicología. Todo esto muy bien mezclado con mucha propaganda y abundante marqueteo.

A la Nueva Era se unieron muchos, en sus propias palabras, "Católicos Reformados" (o ex-Católicos) y, en los Estados Unidos, muchos protestantes.

Si bien se recuerda a los hippies hace seis décadas experimentando con religiones alternativas, fueron realmente sus hijos, las generaciones X y los Millennials, los que abrazaron nuevos credos con más ahínco y fe.

Dentro de las corrientes del New Age, y ustedes seguro se acuerdan, llegó como una avalancha imparable el concepto de "La Ley de la Atracción."

Como filosofía y casi como credo, La Ley de la Atracción, empieza a tomar cuerpo a mediados del siglo XIX, con posibles orígenes en el Hermetismo, el trascendentalismo de Nueva Inglaterra, e incluso algunos pasajes bíblicos. Se puede definir como la capacidad que tenemos los seres humanos a través del pensamiento, como herramienta casi única, para atraer lo positivo y repeler lo negativo.

Las teorías de como se ha podido utilizar la Ley de la Atracción son más que abundantes, pero su gran momento llegó en el año 2006 con la publicación de un libro que seguro está en muchas de sus bibliotecas, aun al día de hoy: "El Secreto."

Escrito por Rhonda Byrne, El Secreto comienza con un documental donde participan los supuestos "expertos" en dicho tema. Caras conocidas como Deepak Choprah o Louise Hays, que dedicó su vida a "practicar" y enseñar tanto La Ley de la Atracción como muchas otras doctrinas de la Nueva Era.

El Secreto posteriormente se convirtió en un bestseller donde la autora, en primera persona, narra las múltiples vicisitudes que tuvo que afrontar y que la varita mágica de La Ley de la Atracción hizo que se borraran en un abrir y cerrar de ojos.

Yo estudié muy de cerca La Ley de la Atracción y tengo memoria de haber querido entender mucho de lo que supuestamente me beneficiaría aplicarla en aquel momento.

Durante unos dos o tres años yo organicé un grupo de escritores amateurs, entre los que se encontraba un fan absoluto de todo lo que tenía que ver con La Nueva Era, y sobre todo El Secreto.

Era su biblia. Su Dios. Su libro de cabecera.

A través de este compañero de grupo, que era organizador de seminarios que analizaban distintos casos de la aplicación y los beneficios de La Ley de La Atracción, conocí múltiples adeptos, discípulos y hasta adictos de esta "nueva fe." Varios de ellos con actitudes francamente chocantes. Fanáticos al más alto grado y, en mi opinión, bastante mal intencionados. Muchos de estos "practicantes" cobraban (siendo completamente principiantes) cifras absurdas por mercancía relacionada con sus ideologías.

Los que vivimos la fiebre del Secreto podemos recordar varias cosas que se nos dijeron tanto en forma audiovisual como a través de la propaganda.

Lo primero era que El Secreto es un concepto "milenario" completamente censurado por la Iglesia. Por supuesto metían a la Inquisición para dar un toque de dramatismo. Quien poseía el conocimiento "secreto" estaba destinado a reinar en el mundo. No exagero para nada. Esa era, entre bombos y platillos, la introducción.

Por fin llegan al punto donde desvelan "El Secreto" que es, como se esperaba, La Ley de la Atracción. Se le conoce igualmente como la Ley del Éxito o como la ley para atraer riqueza y prosperidad.

Lo otro que, casi enseguida, aprendemos, es que El Secreto está a nuestro alcance. Con solo pensar o visualizar nuestros más íntimos deseos, podíamos manifestar la vida de nuestros sueños...y más. Sin límites. Sin "pasar por Go y cobrar 200," como decimos vulgarmente. Pienso, atraigo. Visualizo, manifiesto. Sueño, obtengo. Todo al minuto. Nuestra consciencia es un microondas de abundancia.

Casi todos los ejemplos que se dan en el libro son, curiosamente, teorías (o más bien trucos) de como atraer bienes materiales. Los gurús expertos siempre daban ejemplos de como ser, por ejemplo, millonarios, con cuentas que harían palidecer los fondos de Elon Musk. Otro, los Ferraris y los Lamborghini. Olvídense de un Toyotica o un Honda. No, señores, Rolls y Ferraris. Yates, mansiones, viajes en primera clase, y un largo y pomposo etcétera.

Todo era cuestión de que nos enfocáramos en aquello que más anhelábamos, y casi que cuando amaneciera al próximo día, estaría en nuestra puerta el Ferrari con la llave pegada.

Millones de personas compraron el libro y se volvieron adictos a la idea de que somos dueños absolutos de nuestro destino. Somos el Genio de Aladino en una lámpara de Tiffany.

Las proto redes del momento hicieron bien su trabajo, pero afortunadamente, Instagram no existía y Tik Tok aún no había conquistado al hemisferio occidental. Y digo afortunadamente porque la influencia y el daño hubieran sido peor.

El tiempo puso todo en su santo lugar, y se hicieron muchas críticas sobre el absurdo concepto de la Ley de la Atracción.

Los libros se siguen vendiendo, pero todo lo relacionado con El Secreto es ya un secreto a voces de que es un verdadero fraude. 

Y ojalá que a TikTok no se le ocurra resucitar las enseñanzas de La Ley de la Atracción, aunque no sería de extrañar. El poderío de esta aplicación es tanto impresionante como impredecible. Apenas conocemos la punta del iceberg.

Para concluir, señores, tengamos por favor en cuenta que La Ley de la Atracción, en su verdadera esencia, no es ni secreta ni es ni ha sido censurada nunca. La Ley de la Atracción, de igual manera que La Ley de Causa y Efecto, son leyes universales. Y solo hay un Creador de dichas leyes: Dios.

Entre las varias críticas que vieron afectada la popularidad de las enseñanzas de La Nueva Era estuvo, primordialmente, que no se podía quitar bajo ningún concepto al Hacedor de las leyes. 

Aparte de esta razón fundamental, se veía arrastrado por los suelos el valor al trabajo y al esfuerzo. No tiene nada de malo ni es ilegal desear manejar un Ferrari (yo prefiero un Toyota mil veces) pero eso involucra el empeño y la disciplina para costear y mantener un auto deportivo.

Pero para mí está claro que las secuelas de esta manera de pensar están a la vista.

Se ha prácticamente anulado a Dios del consciente colectivo y se ha visto como fue (y ha sido) tan fácil manipular a un sector de la población.

Estaba más que probado que Occidente era vulnerable, ignorante, y tristemente, muchos estaban desesperados por llenar sus vidas con “paliativos” que pudieran, legalmente, maquillar su miseria. 

La resistencia a los "vende lejía" del nuevo siglo es lo que hoy comprende la batalla cultural que tanto analizamos y emprendemos. 

Todas las agendas ideológicas están impregnadas de falsedades y son pocos los que se resisten a probar las mieles suculentas de los nuevos "Secretos."

En los últimos años, por ejemplo, el gran "Secreto" es un apocalipsis climático que arrasará al planeta. Por ello (y les parece poco?) los necios y vagabundos líderes políticos invierten cifras millonarias en el fraudulento negocio de las renovables que suben exacerbadamente los costos del combustible, repliega la energía nuclear y destruye impunemente los paisajes naturales.

Las mujeres tienen que tener a su disposición la solución para una vida mágica y libre de preocupaciones. El "Secreto" está en: El aborto! 

Fácil e infalible! Una pequeña operación y olvídense de efectos secundarios, físicos o sicológicos. Qué va! El aborto es el "Secreto" para tu abundancia y prosperidad. Busca tu clínica más cercana!

Las mentes maquiavélicas que controlan las nuevas agendas son capaces de cualquier cosa y saben exactamente que discurso lanzar al vulgo para una rápida propagación y ejecución.

El daño está servido. Si no despertamos, perecemos. Así de simple. Así de contundente.

Tengamos en cuenta que en todo y para todo Dios está de nuestro lado. No existen obstáculos que Dios no pueda derribar. Pero Dios, en su infinita sabiduría, nos ha dado un propósito en esta vida. Encontrarlo e irlo cumpliendo a cabalidad es la clave de nuestra felicidad. 

Aquello que Dios aparta de nuestro camino es porque de antemano no era para nuestro bien. Todo lo que nos llega de Manos Divinas se queda y se adentra en nuestra alma y nos conduce a una abundancia inimaginable. Pero, ante todo, nos brinda certeza y mucha paz.

No existe, afortunadamente, un El Dorado accesible. La fe, la constancia y la integridad son el único camino. Adoremos y agradezcamos siempre a nuestro Dios, para el que no existen, ni podríamos tener jamás de los jamases, ningún secreto. 

No hay mayor bendición para nuestra raza humana hambrienta, extraviada y pigmea.


Friday, November 24, 2023

Eco de la Voz Dorada de Golda


En el año de 1973, hace 50 años, aconteció un momento histórico y trágico como el que vive Israel actualmente. Una circunstancia terrible que parece calcada a la que aconteció el 7 de Octubre (algunos dirán que la historia se repite): La Guerra de Yom Kippur.

Golda Meir, Primer Ministro de Israel y Madre Fundadora del primer y único estado judío, recibía con el debido respeto y sobria pompa al Secretario de Estado Norteamericano, Henry Kissinger.

Se discutía nada más y nada menos cual había de ser la estrategia para enfrentar al enemigo que había atacado a Israel en Yom Kippur, nuestro día más sagrado. Esta guerra duró 19 días, del 6 al 25 de Octubre. Israel resultó victorioso.

Igual que el 7 de Octubre, Israel veía sus cimientos temblar frente a los ejércitos de Egipto y de Siria. Los enemigos puede que hayan sido otros, y no Hamas, pero el odio acérrimo era el mismo.

El invaluable apoyo a Israel de parte de Estados Unidos es política de estado. Israel necesita de su aliado más potente (en teoría al menos) de Occidente, y Estados Unidos necesita de la mono democracia israelí en Oriente medio.

A estas alturas, Estados Unidos e Israel tienen una relación de codependencia. Son José y Benjamín. Leah y Raquel, y, por momentos, Isaac y Esau. Hermanos siempre a pesar de tantas diferencias...

En 1973, Israel era una nación que apenas tenía un cuarto de siglo. Sus primeros héroes aún estaban vivos. Vivía Golda y mandaba, y estaba Moshe Dayan todavía al frente del Ministerio de Defensa.

Otros tiempos, sin duda, aunque parece que se repita todo como en una larga pesadilla...

Kissinger tenía una relación cordial con Golda Meir. Respeto. Admiración. Después de todo era la "madre de Israel." La Sarah del siglo XX.

Guardando la debida compostura y con un guión bajo la manga, Kissinger advierte a Golda, que él ha venido a Israel primero como un Americano, segundo como Secretario de Estado (acababa de jurar el cargo) y en tercer lugar como judío.

Me imagino a Golda con una sonrisa cuarteada y los ojos ardiendo cuando le respondió al Secretario: "en hebreo leemos de derecha a izquierda."

Golda, partió de este mundo hace décadas, pero Kissinger ya tiene cumplidos los 100, y sigue con nosotros, en este mundo. Esa frase, aunque no lo diga y no lo quiera reconocer, seguramente no se le olvidará nunca.

Y es que ahí, en esa frase, está la esencia y la clave de lo que es ser un judío en esta vida.

Ser judío viene primero que nada. Antes que nuestras nacionalidades y nuestras historias y nuestros afectos. Somos ante todo y ante Dios, judíos. Punto.

La masacre del 7 de Octubre tendrá quizá algún día su propio nombre. La conoceremos tal vez como la matanza de Reím por la ciudad donde se celebraba el festival de música psicodélica donde comenzaron a llegar en paracaídas los demonios de Hamas, o será la Guerra de Simchat Torah, que se celebra justo después del Sukkot, la fiesta de las cosechas.

Estos desalmados conocen más el calendario judío que muchos judíos. Y creo que aquí está el problema.

El gobierno actual de Israel, encabezado por Benjamín Netanyahu, tendrá que responder a muchas preguntas, frente a HaShem y a su pueblo.

Y yo como judía me permito y me exijo cuestionar las estrategias de Jerusalén frente a Hamas. Obviamente, el Secretario de Estado actual no es, ni remotamente, Henry Kissinger. Es el incompetente de Antony Blinken, amiguete de los Soros. De esa calaña. Pero también es judío.

El problema es que no hay quien se lo recuerde, como Golda a su homólogo hace 50 años.

Tenemos varias semanas escuchando al gobierno israelí diciendo muchas incongruencias. Que sí hay que matar hasta el último terrorista. Que sí hay que ocultar nuestra identidad y no utilizar símbolos judaicos. Que no van a cesar hasta que caiga Hamas, y un bochornoso etcétera.

Hace pocos días me levanto a leer mi tabloide de cabecera, El New York Post, y atónita veo un titular, una alerta informativa. Unas declaraciones nada más y nada menos que del Jefe de Hamás. El Jefe de los terroristas. El cabecilla de quienes asesinaron, violaron y quemaron vivos a 1,400 judíos. Resulta que semejante monstruo tenía el tupé de hablar con la prensa. Mil veces maldito sea su nombre.

Resulta que Hamas estaba llegando a un acuerdo con Israel, con intervención de Blinklen, para soltar a los rehenes que fueron secuestrados, mujeres y niños pequeños incluidos, también el 7 de Octubre.

A partir de ese día, mi indignación ha ido in crescendo. Negociar. Pactar. Acordar. 

Esas son palabras prohibidas para Israel frente a quienes han perpetrado una masacre de inocentes civiles.

Esas son palabras prohibidas frente al mundo que ha despertado en un tsunami de antisemitismo pocas veces registrado en nuestros tiempos...

Estas son palabras prohibidas después que Netanyahu nos ha prometido una y cien veces que no habrá cese al fuego. Que no habrá negociaciones. Y la hemeroteca es amplia. A las pruebas me remito.

Pero aparentemente sí habrá cese al fuego, de no menos de cuatro días a cambio de una supuesta liberación de los rehenes.

En estos dimes y diretes entre Hamas y Jerusalén (y Estados Unidos) se han contradicho demasiado. Y la rabia de los que queremos creer que no habrá perdón alguno, aumenta.

Durante el gobierno de Golda Meir, cabe recordar, también Israel sufrió la irreparable pérdida de once israelíes, once atletas que fueron a representar a su país a las Olimpíadas de Múnich. Era el 5 de Septiembre de 1972. En tres meses y pocos días más nacería yo. Una judía más.

El ataque terrorista de Múnich fue perpetrado por la organización Palestina Septiembre Negro, que pudiera haber tenido relación (aunque no se sabe con certeza) con la Fatah de Yasser Arafat.

Golda recordó que antes que nada era judía y no hubo negociación posible. Eso sí, lo que le esperaba a los terroristas era la muerte. El Mossad aniquiló a todos los cabecillas de ese infame ataque en suelo alemán (qué casualidad!) y esa proeza fue plasmada en su máxima expresión en el magistral film "Múnich" de Steven Spielberg (a quien no hay que recordarle que primero es judío y luego americano y director)

Volviendo al presente, en un mundo ideal, o casi se podría decir, en un universo paralelo, todos los rehenes siguen vivos y podrían ser rescatados. Pero la temible realidad es otra.

El suelo Gazatí no es más que infinidad de túneles hechos con una maestría que asusta. Porque a los de Hamas les gusta vivir como ratas (con el perdón de las ratas)

Yo, como judía, por supuesto, que quiero verlos vivos, celebrando cien "Simchat Torah" más y contando sus historias, como lo hicieron los sobrevivientes del Holocausto.

Pero yo no sé qué tiene que pasar para que despertemos de una vez por todas. Curiosamente, y ahora que menciono El Holocausto, no recuerdo negociaciones para liberar a seis millones de almas de los campos de concentración nazis. Murieron todos. Bendita su memoria eternamente.

¿Qué nos pasa como judíos, judíos?

Está corriendo, me imagino que por redes, un vídeo del infame Rabino Isaac Cohén. Para ponerlos en contexto, Isaac Cohén es el rabino principal de la Sinagoga Tiféret Israel, la principal e icónica sinagoga que nos representa a los sefardíes en Venezuela. Como muchos de mis lectores recordarán, en el año 2009 esta sinagoga fue profanada por delincuentes del régimen de Hugo Chávez.

Pues, en un vídeo de hace pocas semanas, el Rabino Cohén ha asistido (como ya ha hecho varias veces) a un agasajo al dictador Nicolás Maduro. Este Caifás del nuevo milenio se deshace en elogios hacia Maduro de la forma más vergonzosa que cualquier judío pudiera imaginar.

Pero se rumora que el señor Cohén y su familia están "enchufados" como se dice vulgarmente en negocios de índole chavista.

Hablo de este sujeto porque estoy profundamente decepcionada de muchos judíos que por miedo, y quizá por conveniencia, no actúan con la integridad y la contundencia que merecemos, que nos obliga y que nos llama.

Mira que al mundo le encanta decir que somos "los malos de la película." Y mira que somos buenistas y pacientes. Parecemos hippies, abogando por paz y amor mientras nos faltan el respeto y nos matan.

Aunque no vayamos a los templos, El Templo, vive en nosotros. Ese amor carnal y pasional por lo nuestro no se rompe ni se negocia. Negociar con la esencia judía, sea Netanyahu o cualquiera de nosotros, es traición y es desacato.

Con terroristas no se juega. Ellos juegan. Juegan con nuestra dignidad y con nuestra esperanza. Eso se paga, señores míos. 

Ya es mucha la sangre derramada. Ya tenemos que sacar una calculadora para saber cuántas almas judías han sido víctimas del odio más antiguo de nuestra civilización.

Contra el terror antisemita, quiero judaísmo puro. Torah en su máxima expresión. Contra Goliat, todos somos guerreros. Sin tregua. Sin paros ni ceses.

A los que nos ofenden, dejemos que Dios tome nota. A Hugo Chávez le frió las entrañas. ¿Quién sigue?

Rocío Colomer, columnista del diario español "La Razón" ha llamado a esta negociación, y con mucho tino, un "pacto con el diablo."

Según su artículo, el gobierno israelí no tiene mejores opciones. Sí que las tiene. Pero estamos diluídos, acobardados y desmoralizados. 

Muchos judíos que ya han hecho vida en Israel hablan de aquello todo como un paraíso. Son felices. Bien por ellos.

Si es así es porque están llenos de un espíritu de alegría que no cesa y un fuego que no se acaba. Pero qué lástima que sus líderes nos den a pensar otra cosa. Muy poca cosa.

Creo urgente que al señor Netanyahu hay que recordarle que Israel no puede seguir siendo un espejito acobardado frente a Occidente. Que no podemos ser rehenes del terror cuando David nos corre por la sangre y nos hierve en el alma.

Pero, por favor, Golda, desde tu Cielo Eterno, recuerda a tu hijo, Israel, que en hebreo se lee siempre: "Primero Judío Soy."

Monday, November 20, 2023

El movimiento Anti Woke, la Herejía del Siglo XXI


Quién podía pensar que en nuestros tiempos existirían fuerzas tiránicas en forma de ideologías y agendas que terminarían imponiendo sus doctrinas a juro? Hablamos, claro está, de la repugnante Agenda 2030, los constantes y disonantes bulos climáticos y la ideología de género, y un largo etcétera.

Para quienes han querido hacer negocio con estas doctrinas, no existen medias tintas ni hay posibilidad de disidencia. Creer en un apocalipsis climático está bien. Negarlo (con infinidad de pruebas científicas irrefutables) está mal. Mal no. Lo siguiente. Es herejía.

¿A qué nos suenan estos conceptos? ¿Será que la historia se repite? ¿Podría haberse establecido un nuevo Santo Oficio de carácter global y tecnológico?

Empecemos por el principio…

Entre los siglos X y el siglo XII, en la alborada de las primeras Cruzadas, y con una Iglesia Católica pujante y ampliamente aceptada como la primera embajadora del Cristianismo, empezaron a crearse pequeños grupos disidentes, de orden más bien gnóstico, que, siendo igualmente cristianos, empezaron a aplicar nuevas filosofías de vida y contrastaban con los evangelios que eran propagados y aceptados por la Iglesia. 

Estos grupos tuvieron su cuna en Albi, una prefectura a unos 85 kilómetros de Toulouse, Francia, en la antigua Languedoc.

En esta región se concentraron estudiosos de la filosofía Persa de Mani, que había creado hacia el siglo III, el llamado "Maniqueísmo" que promovía, según el diccionario de Oxford: "la existencia de dos principios contrarios y eternos que luchan entre sí, el bien y el mal."

Este grupo religioso se desarrolla paralelo a las doctrinas Católicas y es comúnmente conocido como "Catarismo."

El Papa Lucio III determinó que las doctrinas de los Cátaros eran una vil herejía y en 1178 se origina la Proto-Inquisición, la Inquisición denominada Medieval, cuyo primordial fin era lanzar una cruzada en contra de los Albigenses que ya contaban con grandes seguidores al Sur de Francia.

En esta persecución se logró atraer el favor y la venia de la Corona Francesa y en poco tiempo El Catarismo y sus practicantes quedaron hechos cenizas---literal y figurativamente.

Pero toca hacer un importante inciso. ¿Qué es la herejía? 

La palabra herejía define cualquier creencia o filosofía de talla religiosa, primordialmente, que choca contra las normas establecidas por una organización que ya tiene una estructura de práctica, de credo y de filosofía que considera como "fe verdadera."

Hoy en día, la palabra herejía es un total absurdo, y en eso debemos estar de acuerdo. De hecho, todos y cada uno de nosotros que somos creyentes, e incluso, un agnóstico o un ateo, somos considerados "herejes" para cualquier individuo que practique una doctrina contraria, o quizá más ortodoxa.

Sin ir más lejos, el Islamista radical considera herejes, en sus términos, "infieles," a todo aquel que no practica la religión Musulmana. La denominada "Yihad" es, precisamente, la persecución y la erradicación de los "herejes" como mandato divino.

Para un Católico practicante, el que los judíos no hallamos aceptado a Jesús como Mesías es una "herejía." Y, lo contrario aplica, de igual manera, que halla personas que consideren a Jesús "Hijo de Dios" es una "herejía."

Pero nada de esto hoy en día, excepto en la práctica ortodoxa del Islam radical y el infame negocio a partir del terrorismo basado en enseñanzas del Corán, es un problema.

La herejía es solo una palabra que bien podría plasmarse en una camiseta que diga: "Heretic and Proud" (Hereje y Orgulloso) y se vendería, sin duda, como pan caliente en esta época donde impera lo absurdo y lo banal.

Pero para la Iglesia del siglo XII, la herejía era considerada un crimen de "lesa majestad." Originado en Roma, "lesa majestad" define un crimen político contra el pueblo, el rey o emperador, y el estado, sobre todo en el denominado ámbito divino que ha dominado a nuestra civilización Occidental.

Una acusación de "lesa mejestad" es una ofensa de tal magnitud que merece la pena de muerte.

Con este concepto claro, avancemos hasta el año de 1478, año en que Isabel y Fernando, los Reyes Católicos imponen al Santo Oficio en Castilla para perseguir la herejía y vigilar que el Catolicismo fuese cumplido a rajatabla, más que nada por los conversos a la fe cristiana de orígen judío. Posteriormente, la mayor persecución fue a los Protestantes, que adoptaron las enseñanzas de Lutero y del reformista suizo Calvino.

La Inquisición entró con el pie derecho a España, y es con España que se asocia primordialmente.

Pero lejos estaba la Península Ibérica (a Portugal llegó la Inquisición con fuerza en 1496) de tener el monopolio del Santo Oficio.

Para nada. De hecho, los países de la Europa Central e Inglaterra establecieron la Inquisición con resultados verdaderamente trágicos.

Las palabras Inquisición, herejía y hoguera usualmente se utilizan en una misma oración. Pero esta última, castigo supremo del tribunal para los apóstatas e idólatras, solo fue impuesta a unas 2,000 o 3,000 personas en 350 años en España. 

Claro está, y esto es muy importante, que una sola muerte en la hoguera. Una. Es ya una barbaridad impensable. Pero lejos está España de las cifras astronómicas y terroríficas de Alemania, Inglaterra y Holanda donde, incluso, llegó a escasear la madera de tanto que se usaba para los quemaderos.

Esto es así, y consta que fue así porque, los monjes Dominicos, que fueron los mejores y casi únicos jefes de la Inquisición, dejaron con mucha disciplina archivos enteros de los "autos da fe" que practicaban a quienes llegaban a sus tribunales.

Doy un dato curioso.

Simultáneamente con El Santo Oficio, existían tribunales seculares o civiles. La Inquisición se concentró en los delitos de "lesa majestad" y esto incluía la herejía y la apostasía y la blasfemia. 

El Inquisidor buscaba que el acusado confesara por sí mismo y se le imponía un castigo que incluía una multa, por ejemplo. O el uso temporal del Sambenito, la túnica dibujada con la Cruz de San Andrés, que se ve tanto en obras de arte como en las películas.

El preso tenía celdas muy limpias y había un trato general muy humano. El reo de los tribunales seculares tenía celdas pequeñas, infestadas y, a menudo, por ejemplo, empezaban a blasfemar para que automáticamente fuesen juzgados por El Santo Oficio que era mucho más benevolente.

De esto poco se sabe y se habla. 

Y hay una razón de peso que vamos a analizar: la leyenda negra.

Leyendas negras ha habido a lo largo de toda la historia. Veamos un ejemplo que data de la época de Roma. El emperador Octavio Augusto llega a Egipto para demoler la dinastía Ptolemita y su última reina, Cleopatra, negándose a ser exhibida (y posiblemente ejecutada) por Octavio en público, opta por un supuesto suicidio con una serpiente venenosa. A Octavio le convenía humillar la memoria de la faraona y, a partir de su muerte, se crea de ella, y hasta muy reciente, una imagen de mujer idólatra, de moral dudosa y ninfomanía notoria.

Hoy por hoy sabemos que la última reina de Egipto era una mujer que sin ser particularmente bella como Elizabeth Taylor, protagonista del famoso film de Joseph L. Mankiewicz, fue una señora reina, inteligentísima y muy bien preparada. Hablaba varios idiomas y amó hasta su muerte a Julio Cesar. Lo de Marco Antonio vino después, y, de esta relación, aunque fértil, se creó un gran espagueti "hollywoodiense."

¿De qué hablamos aquí? De una "leyenda negra," un relato desfavorable y sin fundamento que se difunde a partir de una situación o un personaje de índole histórica o política.

La "leyenda negra" construida alrededor de las sentencias y torturas de la Inquisición iberoamericana (porque el tribunal cruzó los océanos para instalarse en las Colonias) es verdaderamente antológica, con numerosos historiadores que se han enfrentado en una guerra civil intelectual para auparla, o, en el caso de los más sensatos, fulminarla de una vez por todas.

Sabemos que la "leyenda negra" la originaron meticulosamente países como Alemania o Inglaterra para desprestigiar a España, con quienes tenían una rivalidad tanto ideológica como política. Frente a la "Armada Invencible" pocos triunfos obtuvieron los europeos de reinos rivales y esto era una ofensa al honor, vamos un crimen de "lesa majestad" utilizando el término que hoy nos atañe.

La hoguera de España serían, curiosamente, las diferentes narrativas que se construyeron alrededor del Santo Oficio, y la propagación, gracias a Gutenberg, de la imprenta que ponía al alcance del público cualquier cantidad de "fake news."

En mi opinión, nada puede definir mejor a la "leyenda negra" como una sola palabra: propaganda.

Eso es todo lo que termina siendo. Propaganda.

Roma fue un precursor de la propaganda en Occidente, por supuesto. Pero Genghis Khan fue un genio gestando, curiosamente, una leyenda negra sobre sí mismo, a partir de una exageración abismal de sus estrategias bélicas que pulverizaban a sus enemigos. Antes que Khan pudiera llegar a conquistar nuevos territorios, estos ya le tenían las puertas abiertas.

Lejos, sin embargo, está la leyenda negra como concepto o estrategia política, según quiera verse, de desaparecer de nuestra esfera social. 

La propaganda es, hoy por hoy, y como lo ha sido durante milenios, un arma casi infalible o para alzarse con el poder o para destruir a los enemigos de ese poder.

El movimiento conservador, comúnmente referido como "la derecha," es la nueva diana, en pleno siglo XXI, de una leyenda negra.

La propagación de las redes sociales que han podido dar al ciudadano común su propio espacio, su plataforma, ha ayudado, sin reparo, a querer desprestigiar y erradicar cualquier vestigio que vaya en contra de los preceptos ideológicos creados por las agendas pro LGTBQ, por ejemplo, o el aborto como "derecho" de la mujer, o los movimientos indigenistas, que, precisamente, subsisten a partir de un renacimiento de la leyenda negra alrededor de la expansión del Imperio Español.

Para estas nuevas ideologías, que podríamos definir como "wokismo," la cruzada cultural a la que nos hemos sumado muchos conservadores es absoluta HEREJIA. Ergo, somos los nuevos Cátaros. Los nuevos marranos. Los nuevos moriscos. 

Cuando se mantiene un control férreo sobre los medios de información y se introducen retazos de propaganda mal intencionada en Tik Tok o X (antes Twitter) es facilísimo generar una nueva clase de maniqueísmo, como el que proliferó en la Francia del medioevo. El origen es distinto. La finalidad es la misma.

La Iglesia ya no es el verdugo. Lamentablemente, y lo vemos tristemente a diario, la Iglesia es ahora una víctima servil de las nuevas ideologías. Pero esto es otro tema.

Difundir bulos y mal educar a nuestros jóvenes ha demostrado ser menester para que el movimiento anti-woke sufra heridas constantes y le cueste remontar su propia leyenda negra.

Pero de igual manera tenemos que decir que los movimientos de derechas que se han producido en los últimos años para combatir al Socialismo del Siglo XXI, desgraciadamente, se han mimetizado con sus propias leyendas negras.

Tenemos el caso de España, con el Partido Vox, que comenzó dando una veraz y efectiva batalla cultural, y que en los últimos dos años, ha sido infiltrado tanto económica como ideológicamente por grupos radicales y sectas seudo-religiosas. El discurso de Vox es, hoy por hoy, la antítesis de su pasado liberal conservador. Es un grupo retrógrado con tintes falangistas.

Muchos que apoyábamos a estos neo-Templarios anti-woke, nos hemos dado cuenta de que nos han engañado vilmente. Vox se creyó la leyenda negra, la propaganda, que habían hecho de ellos, y terminaron siendo un triste fraude que seguramente desaparecerá en los próximos pocos años.

La derecha ha demostrado ser poco hábil, incluso cateta, para combatir lo que se ha creado alrededor de sus políticos y líderes. Llevan como estandarte una supremacía moral que luego se desmorona ante al aparato mediático que han comprado los "mogules" de las empresas que controlan el relato.

Las intenciones son, sin duda alguna, las mejores, pero hay una obvia falta de estructura y hay una desunión entre partidarios de una ideología que, en su mayoría, escala a feudos que no permiten que se llegue a un consenso frente a un enemigo común.

Los progresistas sí que han aprendido a rajatabla todas las grandes proezas de la propaganda, y con maniobras en muchos casos de moral cuestionable logran triunfar e imponer su narrativa--y su leyenda negra "du jour."

El Estado de Israel, desde su fundación en 1948, ha sido otra víctima perfecta de la leyenda negra que se ha construido alrededor de él, como nación opresora y asesina de los pobrecitos e inocentes Palestinos. Una falacia total. Pero el miedo y el buenismo y la falta de un liderazgo contundente nos ha puesto a los judíos en una situación de franca desventaja frente a nuestros enemigos.

Es obvio que quienes nos oponemos tajantemente a las doctrinas progresistas y "wokistas" que han encendido a los medios y a las universidades estamos enfrentándonos a una nueva Inquisición.

No hay peor tortura que la de ver a nuestros jóvenes convertirse en reos de mentiras y bulos que sirven para alimentar su mediocre existencia. No hay peor sentencia que vivir para ser gobernados por presidentes infames y corruptos. 

Pero los que han de arder son otros. No nos podemos dejar condenar por quienes mienten y ofenden a los valores de una civilización que fue y debe seguir siendo matriz de grandeza y abundancia espiritual.

Las abominables leyes trans, el comunismo, el ecologismo radical y los bulos climáticos, todos componenentes de "La Agenda 2030" son un crimen no solo de lesa majestad, sino, francamante, de lesa humanidad. 

Que ardan en su propio infierno quienes, sin duda, ofenden a nuestra sociedad. 

La cruzada apenas comienza...

Que se cansen otros...

La verdad en nuestro corazón y Dios en los cielos y mil centauros sin miedo...

¡A la carga!

Nuestra lucha es en sí misma un rotundo acto de fe.

Friday, November 17, 2023

Cruzada al Couché: Batalla Cultural y las revistas de Moda


Yo tengo un presupuesto especial para comprar revistas. Bueno, en realidad, no tengo presupuesto. Las revistas son una de mis pasiones, y para las pasiones, sinceramente, no existe presupuesto.

En momentos de precariedad, o aun cuando no he tenido un trabajo fijo, siempre ha habido suficiente en mi cuenta de banco para revistas. No sé cómo lo hacía. Pero siempre he podido saciar mi sed de papel.

Como ya les he contado, este idilio comenzó en mi infancia, en casa de mis abuelos, donde había un arsenal de deliciosas publicaciones de los años 60s y 70s. Incluso alguna que otra de los 50s.

La afición a las revistas continúa hasta hoy, y seguirá por el resto de mi vida.

Pero poco podía imaginar que mi entrega y mi tajante disciplina para adquirir revistas y recortarlas pasaría por la crisis que en estos momentos está pasando.

Gracias a Dios, esta crisis no obedece a la carencia de medios para satisfacer mi inusual vicio. Pero, de alguna manera, es algo mucho más serio. Y merece su propio análisis.

Hace pocas semanas dediqué un artículo completo a la crónica rosa, a la farándula. Obviamente, mis conocimientos del tema comenzaron con la asidua lectura de revistas del corazón. Pero este género es uno de los tantos que han captado mi atención.

Las revistas de mi niñez, eran, en su gran mayoría, publicaciones que se dedicaban a la mujer. Sin ánimo de hacer propaganda de una forma especial, pero estamos hablando de clásicos como "Buenhogar" o "Vanidades" que surgieron hace décadas con artículos que se inspiraban en el estilo de vida de las amas de casa, y con el pasar de los años, a la nueva mujer que trabajaba a la par del hombre, y que mantenía un hogar y criaba a sus hijos. Hablamos de la mujer de la segunda mitad del siglo XX. La mujer moderna.

Ahora, no nos engañemos, las publicaciones dedicadas a las mujeres datan desde hace siglos.

¡Les pongo un ejemplo clásico (literalmente!)

En su novela más conocida, "Mujercitas," Louisa May Alcott, se inspira en su propia vida, y en sus propios comienzos como escritora para crear a su protagonista Josephine "Jo" March.

Jo, ya adulta, es aspirante a escritora y columnista, y, se pasea por varias editoriales tratando de vender sus relatos. ¿Cuál fue el resultado inicial de esta búsqueda? Pues que la mandaban a publicar en las revistas dedicadas a las mujeres. Hablamos del siglo XIX, época en que se desarrolla esta magnífica novela.

La temática de las revistas aptas para el género femenino (recordemos, por favor, que solamente hay dos géneros) siempre era la misma: moda, decoración, cocina, viajes, hogar, familia, belleza, y muy sutilmente, sexualidad y salud.

La comercialización de las revistas a lo largo del siglo pasado, y, más aún, con la llegada del internet, hizo que hubiese un boom, tanto físico como digital, de revistas o tabloides dedicados a la mujer y a su entorno.

Claro está, hay revistas de temática masculina, y no me refiero solo a Playboy y cosas por estilo. No. Las revistas para hombre, como hoy en día GQ, que tiene versiones en varios idiomas, tienen artículos que tocan temas de finanzas, negocios, sexualidad, deportes, y para los metrosexuales, moda y belleza.

Pero podría decirse que en los últimos, digamos, diez años, la narrativa de las publicaciones para mujeres, específicamente, ha dado un giro de 180 grados, con resultados atroces y preocupantes.

Los artículos ya no están bien escritos. Se ha suprimido la calidad para incluir más cantidad. ¿De contenido? No, de publicidad. Ahora volveremos a este punto.

Los temas que ahora vemos en portada y en la publicación entera son: feminismo radical, transgenerismo y géneros más fluidos que el Amazonas, aborto como un método de reproducción más, la sexualidad como arma de empoderamiento, el movimiento "me too" y como el hombre es un chicle en la suela de tu zapato. Y si, por ahí, un poco escondido, moda y trucos de belleza (y como elegir un buen cirujano)

Para comprar revistas hoy en día, tenemos que ser un poco Indiana Jones, y abrir cada página con cuidado, no nos vaya a saltar una serpiente disfrazada de bulos climáticos y una entrevista a Bad Bunny.

Pero el caso de las revistas, como docenas de tantos otros, son un síntoma más de esta decadencia a nivel intelectual y moral que nos ha plagado. No hay un método más efectivo para la reproducción de nuevas ideologías que una revista, que, por supuesto, ya no solamente se encuentra en librerías y quioscos, como las compraba yo. Ahora, cada revista tiene su versión digital y su arroba en X (antes Twitter)

De hecho, la llegada de la digitalización, quebró a muchísimas revistas de corte clásico, como fue el caso de "Gourmet" que sirvió de inspiración a las mesas y cocinas de nuestras abuelas, y que decidió cerrar sus puertas después de 60 años de circulación.

Para mí un ejemplo de degradación importante y que debe mencionarse especialmente es la revista "Vogue."

Vogue nació el 17 de Diciembre (un día antes que yo) de 1892 (bastante antes que yo) y hoy, por hoy, tiene 28 ediciones internacionales.

Pero enfoquémonos en la Vogue americana, que siempre ha marcado la pauta, aun por encima de British Vogue, en Inglaterra, que se fundó en 1916.

Actualmente, Vogue tiene una circulación que oscila entre 1.2 y 1.5 millones de subscriptores. 

En el idioma de las revistas, esto es alto. Si no tiene más o si este número se ve en picada, la culpa la tiene nada más y nada menos que Anna Wintour, su editora en jefe.

Wintour tomó las riendas de Vogue en 1988, y, sin duda, a ella se le debe que su revista haya sido la cuna del fenómeno inigualable de las "supermodelos" durante la década de los 90s y el nuevo milenio.

Nadie puede dudar de que la señora Wintour tiene un ojo para los negocios. Porque la moda y su entorno es un negocio billonario.

Pero a finales de los 2010s, Vogue entró de lleno en un terreno lodoso: la política. En los últimos pocos años, añadimos ideología de género. Vogue siempre fue una revista de corte feminista, pero jamás había tocado el tema de una forma tan reprochablemente radical.

Hagamos un inciso en el tema de la publicidad.

Cuanto más subscriptores tengan las publicaciones, mayor número de patrocinadores atraen. Esto es igual para las revistas físicas o sus versiones en la web. Si ustedes se fijan, las subscripciones a Vogue cuestan no más de $10 por un año entero. 

Yo la he visto a $5 en Amazon en años anteriores.

La idea es adquirir un número de subscripciones apoteósico para que los publicistas quieran tener su espacio entre artículo y editorial. El espacio publicitario en una revista como Vogue es de miles de dólares. Hablamos de unos 4 ceros o más si es la edición de Septiembre, que aunque devaluada, sigue siendo la más especial.

Con estos datos, y para no entrar en muchos detalles, podemos deducir que quienes marcan la pauta de las publicaciones hoy en día, no es un buen editor en jefe. Es la publicidad.

A su vez, la publicidad que circula hoy en día a todo nivel es absolutamente servil a las agendas ideológicas y a las políticas que las apoyan.

En Estados Unidos existen compañías que premian a toda empresa que ensalce y promueva al lobby LGTBQ. Por lo que las empresas van a crear narrativas en su publicidad que resalte la temática gay y la transexualidad. Todo esto con modelos y editoriales que sean "buenos embajadores" de este estilo de vida.

Las revistas, a su vez, ponen una alfombra roja para esta publicidad y el producto es el que lastimosamente se vende en las librerías.

Editores como Anna Wintour, con dudosa catadura moral y donante estrella del Partido Demócrata, no tiene ningún prurito para que su querida revista se haya convertido en una papelera ideológica. Eso sí, con los mejores fotógrafos y un uso del Photoshop como el de nadie. 

En otras palabras, presten atención, las revistas ya no sirven al público, sino a las agendas que las subvencionan. El lector es secundario. Bueno, sin subterfugios. El lector no importa. Casi del todo.

Yo creo que el público se ha dado cuenta de estos cambios en las revistas y son cada vez menos los que se han suscrito para recibir estos bodrios en su correo. Pero tenemos que generar más conciencia.

Yo ya no compro más que revistas llamadas "independientes" cuya temática se ha mantenido, aunque no totalmente, más discreta o más a la vieja usanza y se mantiene con publicidad de negocios locales o empresas familiares. También me decanto por revistas de viaje o cocina, simplemente por la calidad extraordinaria de su fotografía.

Las revistas de moda ya no las compro excepto en las librerías de segunda mano donde me salen gratis y que no benefician, sino a los comercios pequeños o alguna obra de caridad.

Y así opino que tenemos que actuar todos. 

Se trata de hacer resistencia a esta dictadura de índole ideológica que nos quiere empapelar con couché. Se trata de obligar a nuestras revistas de antaño a volver a su contenido mágico y lujoso que nos entretenía con fantasías o, nos educaba. Había para todo.

Yo considero que tenemos razones para estar optimistas, pero primero debemos estar alertas.

Las revistas hoy en día son una especie de Medusa. Todas, o casi todas, con una esencia llena de veneno. Pensemos, por favor, en el daño que este veneno hace a los más jóvenes. 

Pues muy bien, hay que cortarle la cabeza como hizo el gran Perseo. Y a quien quiera dañarnos, sin miramientos, mostremos como hemos cortado la cabeza del enemigo. Si nos desafían, serán convertidos en piedra o más apropiadamente---en material biodegradable y 100% reciclable.

Wednesday, November 15, 2023

La Decadencia de Disney: Heces con Creces!


Podría escribir horas enteras de todas y cada una de mis experiencias en los parques de Walt Disney World. Qué privilegio de haber podido disfrutar mi infancia, hacer visitas familiares e incluso celebrar la Navidad en uno de los súper hoteles clásicos del Magic Kingdom, el icónico Contemporáneo.

Como ya les he contado en otras ocasiones, yo trabajé tanto en los parques como en los hoteles por seis años. Podría decirse que nombre estuvo en la nómina de Mickey Mouse.

No fue fácil, y con el tiempo se me hizo insoportable. Para trabajar en Disney hay que mimetizarse con una cultura, un lenguaje, y una enorme burocracia. El precio a pagar para crear la magia que se vivía en cualquier rincón de Disney era muy alto. Trabajar para Disney no era para mí, y no me avergüenzo de decirlo.

Pero no por ello yo dejé de pensar, y lo hice durante mucho tiempo, que Walt Disney World era uno de mis lugares favoritos. Por cinco años consecutivos tuve el pasaporte anual, y visitaba a mi gusto en mis tiempos de ocio.

La marcada e insoportable moda "woke" que ha parasitado el mundo Disney en los últimos años me alejó casi por completo de los parques. Hoy por hoy apenas piso suelo "Disneyesco." Una lástima.

Lo extraño mucho. Quisiera que Disney volviera a hacer lo que alguna fue hace décadas, un trocito de paraíso en la tierra donde se respiraba paz y donde se convivía a gusto con personajes entrañables y música inolvidable.

Incluso mucho antes de yo trabajar en la compañía, me acuerdo muchísimo, que siempre, siempre comentábamos lo extraordinariamente limpios que siempre veíamos tanto el parque per sé, como las atracciones y los restaurantes.

En todas partes, y esto es literal, veíamos a los llamados "custodians." En español, la palabra "custodian" significa "cuidador."

Los "cuidadores" tenían funciones múltiples. Bien podíamos verlos barriendo cada rinconcito de los parques, o las áreas de baños, o, igualmente, eran los más indicados--y preparados--para dar direcciones, dentro y fuera de los parques.

Estando ya trabajando en Disney, conocí a Paul, un señor de la tercera edad, que era uno de los "cuidadores" de Epcot y fue nuestro primer guía en uno de mis días de entrenamiento.

Hay un secreto que también aprendí por aquellos años y es que la gran mayoría del mantenimiento y la limpieza profunda de los parques se hace en la madrugada. Esto incluye todo lo que tiene que ver con las áreas verdes. Era imposible encontrarnos como flores muertas o ramas caídas. Había que crear magia a toda regla, 24-7.

El tema Disney es recurrente en este medio por los desastres cinematográficos que parecieran no tener fin. Cada estreno, un fracaso. Promesas van, promesas vienen, pero el contenido audiovisual de Disney es cada vez más abominable.

Pero lo que jamás pensé, en todas las décadas que he podido empaparme de las novedades del "universo Disney" es que tendría que comentar que ha salido a la luz que, cada día, con más frecuencia, los visitantes a los parques están defecando mientras esperan en la fila para disfrutar de alguna atracción.

Vuelvo y repito, los visitantes están DEFECANDO en el piso, muchas veces, sin el pudor de ser vistos.

Esta noticia salió a la luz en el New York Post la semana pasada. Y, aunque el NYP, no es, para nada, de publicar "fake news," no pude más que sorprenderme de ver que mi tabloide de cabecera se pusiera a decir tonterías.

Pues, no señores, la cadena Fox también sacó a la luz esta inmundicia de noticia, nunca mejor dicho, en horario estelar.

La hemeroteca de estos sucesos, sobre todo en YouTube, es más amplia de lo que nadie desearía. Muchos visitantes han sido testigos de estos espectáculos y lo han comentado con detalle en las redes sociales.

El NYP ha podido confirmar, precisamente, con varios "cuidadores" que sí, lamentablemente, han tenido que limpiar heces fecales de algunas de las atracciones.

Si hay algo que tienen los parques temáticos, y no me refiero solo a Disney, que, por supuesto, son múltiples áreas de baño. Y son baños amplísimos. Incluso están decorados para camuflarse con las atracciones que tienen a su alrededor. En cada esquina hay baños, y por todas partes hay mapas para conseguirse el más cercano.

Si esto es así. Y les aseguro que así es, ¿qué está pasando?

Para mí la respuesta es muy sencilla: a Walt Disney World, aquí y, ni decirles, California (o Sodoma como prefieran) le han perdido todo respeto. Tiene que ser eso. No queda de otra.

El desprestigio de la compañía, que es, en sí, un imperio cinematográfico y mediático, ya carece de lustro y de autoestima.

La pandemia causó daños irreparables, y aunque, los turistas no han dejado de visitar los parques y los hoteles, muchos "invitados" (como son llamados los que pagan su entrada o se hospedan en los hoteles) han dejado de ir con la frecuencia que fueron vistos a principios de este siglo, y ni hablar los 80s y 90s.

Disney sabe, y sabe de sobra, que ha cometido errores garrafales dejando entrar a la cultura "woke" que ha parasitado la esencia de lo que fue el Disney de nuestros padres y nuestros abuelos. 

Esa esencia está secuestrada por el afán de complacer a los lobbies mercenarios y las agendas ideológicas "du jour."

A los ejecutivos, incluyendo en CEO, un soso e incapaz Bob Iger, le encanta victimizarse y echarle la culpa al actual gobernador de Florida, Ron DeSantis, que, con mucho tino, ha podido frenar las pretensiones de Disney de dominar la arena política, lo cual está lejísimos de su jurisdicción.

La osadía de Disney se encontró de frente con la destreza de DeSantis, que ahora les ha obligado a pagar miles de millones en impuestos, un privilegio que les había sido revocado desde los 60s, a cambio, obviamente, de todos los beneficios que aportó Disney al estado de Florida.

Pero como siempre me gusta recalcar cuando tocamos este tema, la gente, al menos con el tema Disney, está despertando en masa y ha entrado en una cruzada para rescatar a Disney de las garras de Maléfica (léase el "wokismo" no la hechicera de la Bella Durmiente, por favor)

Pero el denigrante espectáculo de ver defecar a los visitantes a la luz del día en lo que fue un Edén mágico, es también un síntoma de que Estados Unidos ha llegado a penosos extremos de decadencia.

Según han dicho los testigos de este "Poop Show" hay cámaras en todas partes como un intento de parar esta aberración, pero, como si nada.

Dice el NYP que esta barbaridad sucede en las filas de las atracciones con mayor tiempo de espera. ¿Cuándo ha sido esto una novedad? Los tiempos de espera son "el pan nuestro de cada día," aun con una disminución sustancial del número de visitantes.

Yo tengo infinidad de experiencias donde hemos tenido que esperar horas enteras para entrar en una atracción popular. Pues se espera y punto.

Hace ya varios años que existe el llamado "Fast Pass" que permite "reservar" una hora determinada para volver a alguna atracción y reducir el tiempo de espera. Antes era un servicio gratis. Ahora, hasta eso cobran. Pero da igual. Está disponible.

No, esto que se está reportando es una consecuencia directa a lo que viene siendo Norteamérica con políticas indeseables.

Quieren educar a los niños con temáticas restringidas para adultos, estas son las consecuencias...

Quieren devaluar la educación escolar a vídeos sin filtro por Tik Tok, estas son las consecuencias...

Quieren dejar pasar a cualquier "bicho de uña" por nuestra frontera Sur, estas son las consecuencias...

Los visitantes de Walt Disney World se burlan de la decencia y el decoro...

Tenemos líderes que dejan que China, la Agenda 2030, y el teatro del absurdo “evacúen” sobre Occidente...

Disney es un símbolo universal de Occidente, señores. No nos olvidemos de eso.

Tengamos en cuenta, como nunca, y en todos los aspectos, que nosotros somos los "cuidadores" de nuestra civilización, nuestros valores y nuestros principios.

Hay mucho que limpiar y que barrer...

El tiempo es oro...

Blancanieves nos invita a silbar mientras trabajamos. ¿Se acuerdan de esa canción? 

Esa canción significaba de que no había porque quejarse del trabajo arduo (porque los enanitos no eran para nada ordenados y su choza era un desastre) sino, al contrario, había que hacerlo con gusto. Con propósito y hasta con cariño. Ese tema es una estampa del film de 1937, y ha de serlo, de aquí en adelante, de nuestras vidas.

¿Y es que por qué no? Queremos y merecemos vivir en un mundo sin estas plagas, sin sabor y sin sentido.

A nuestra sociedad y, por supuesto, hay que proteger a nuestro pequeño gran ratón!

¡Manos a la obra!

Monday, November 13, 2023

El Hip Hop como Soldado Raso de la Batalla Cultural



El desangramiento moral, ético, económico y espiritual de los Estados Unidos, nos lleva, con extrema urgencia, a hacer un inventario de todos los factores que a lo largo, tal vez del último siglo, han acontecido a lo largo (y profundamente ancho) del territorio Norteamericano.

Por desgracia, y debemos dejarnos de subterfugios, hay mucho del alma de América que ya ha muerto y hiede a decadencia, a desesperanza, y a odios marcados por la polarización constante y sonante que padeceremos, cortesía de políticos, medios de comunicación y, sin duda alguna, las redes sociales.

Para hacer una autopsia de este apocalipsis del siglo XXI, tenemos que estudiar las raíces de este deceso y este descenso a la mediocridad y la corrupción a todo nivel.

Pero en este proceso, no debemos sentir que nos hemos dejado vencer. Para mí es lo contrario. Si conocemos quienes son los "enemigos" Dios tendrá a bien darnos el antídoto para devolver a los Estados Unidos su lustro, su fuerza y su gloria de antaño.

A estas alturas, donde se quiera hacer una primera incisión a este "seudo-cadáver" que es hoy en día Norteamérica, no tiene importancia. Encontraríamos material descompuesto por doquier. Pero para esta labor "Lazaresca" de revivir a nuestra nación, hoy nos iremos directamente a Nueva York. Más concretamente al Bronx.

Corría el año de 1973, casi una década después que se aprobaran en el Senado, en un voto histórico con 290 votos a favor y 130 en contra, la declaración de los Derechos Civiles, que prohibía de una vez y por siempre la discriminación racial. Un movimiento que fue iniciado originalmente por John F. Kennedy y que fue, finalmente, llevado a cargo por Lyndon Johnson en 1964.

El Bronx, ya desde los días del Renacimiento de Harlem de los años 20s, había recogido una muestra cultural de influencias afro-caribeñas, que desembocaron, a principios de los 70s en el fenómeno musical que conocemos como el Hip Hop, más comúnmente llamado "Rap."

El Hip Hop, estudiado minuciosamente por décadas, tiene tanto en sus letras como en su instrumentalización una receta perfecta de lo que ha sido la vida del afro-americano, su carácter y sus dramas, desde los tiempos de la esclavitud.

La música urbana del Bronx, tiene su mayor apogeo en los 80s y 90s. A partir de allí, tristemente, como tantas otras muestras culturales de Estados Unidos, todo lo que hemos visto es una baja de calidad y un auge de corrupción, violencia, racismo infundado y una rabiosa hipersexualización de los intérpretes que alguna vez marcaron la pauta de esta revolución musical.

El marcado declive del rap está intrínsecamente ligado a la ruina moral y espiritual de Estados Unidos. 

Si bien yo nací en territorio Norteamericano, pertenezco orgullosamente a una familia judeo-hispana, lo cual me ha hecho, desde mis años de universidad, estudiar con amplia fascinación y admiración la cultura afroamericana. 

Una cultura que tiene muchas similitudes con la cultura de América del Sur. Después de todo, en Venezuela, donde viví toda mi adolescencia, hay una marcada influencia de la época en que tuvimos esclavos.

Sin embargo, los años de la esclavitud que acompañaron a la era colonial de Suramérica no ha supuesto un trauma como en efecto lo ha sido para la población negra de Estados Unidos.

Claro está que este dolor y este resentimiento social fue avivado por una amoral y desafortunada segregación que, incluso, derivó, en linchamientos y el auge del Ku Klux Klan durante las décadas de los 40s y 50s.

El Hip Hop es un magnífico primer intento para encausar el inmenso dolor del afroamericano y de demostrar su resiliencia a través de la creación de arte y sonido.

Casi podríamos especular que la aparición del Hip Hop fue un boceto para lo que hoy en día son las redes sociales. Un canal para la expresión sin filtros y en vivo de lo que acontecía en los barrios de Harlem y del Bronx, principalmente.

Para los que vivimos la década de los años 80, recordaremos los inicios del rap ya como un género establecido que empezaba a sonar en la radio y a producir sus primeras grandes estrellas, léase Tupak Shakur, Eminem (que curiosamente no es afroamericano), Sir Mix-a-Lot y Salt-n-Pepa (que era un trío de mujeres)

El Hip Hop es poesía cruda y realista. Pero poesía en fin. La temática siempre captó la realidad social que se vivía día a día en los barrios negros de Norteamérica. Primero, echó raíces en varias ciudades que han sido legendarias en el desarrollo del Hip Hop como Filadelfia (Pennsylvania) y Atlanta (Georgia) aparte de su cuna, que, como hemos mencionado, fue Nueva York. Ya poco a poco el Hip Hop con sus nuevas variantes se trasladó a California, donde se forjaron voces de renombre--e históricas y terribles rivalidades con los colegas de la Costa Este. Un antagonismo épico que ha salpicado de sangre al género en múltiples ocasiones.

El "proto-rapero" por llamarlo de alguna manera, hacía hincapié en las injusticias sociales y hacía un llamado a los jóvenes por el incremento del uso de las drogas, muy especialmente el crack, que inundó los barrios de presencias raciales minoritarias.

El éxito comercial del Hip Hop tuvo su aquél. Muchas radios no se atrevían a dar difusión a este nuevo género de tintes urbanos por miedo a que no fuese aceptado por el público de entonces. Pero afortunadamente, la aceptación fue inmediata y, ya entrado los 90s, el Hip Hop, aderezado con nuevos sonidos y tecnología, se propagó alrededor del mundo, con legiones de fans, entre los que me incluyo.

El Hip Hop, sin proponérselo, y con su estilo minimalista que requería de una proeza del inglés extraordinaria, ha marcado a viva voz la batalla cultural de Estados Unidos. El rap no se permite ni censura ni mesura. 

Tengo claro que el entender la decadencia de este peculiar instrumento de justicia social que lleva en sus venas el rap, nos ayudará a devolver la sanidad y la reintegración de la población de Estados Unidos cada vez más dividida y más confundida.

Hay un film que recomiendo ampliamente a los que nos gusta el Hip Hop. Es una película que tuvo una gran recepción sin llegar a ser un blockbuster. En sí misma, es una oda al Hip Hop en su más pura esencia.

El film se llama "Brown Sugar" (Azucar Morena) y fue escrita y dirigida por Rick Famuyiwa, de origen Nigeriano. Me voy a permitir hacerle varios "spoilers." 

A pesar de que la cinta ya tiene más de 20 años, su trama refleja, sin querer, el drama de la sociedad afroamericana de hoy en día. Dos amigos de la infancia se conocen en el Bronx cuando tenían 10 años. En una esquina se escuchaba la voz de un artista impromptu que interpretaba el conocido "freestyling" (estilo libre) que, acompañado de sonidos específicos hechos oralmente de forma estratégica (en inglés se conoce como el boom bap) y una primitiva percusión, constituyó el origen del rap. Para los chicos una novedad total.

Dre y Sydney, los protagonistas, ven en el Hip Hop su lenguaje favorito y común. Ambos dedicarían su vida profesional a la promoción del género. Sydney, como editora en jefe de una revista dedicada a la música urbana, y Dre, como un joven ejecutivo de una disquera ficticia llamada "Millennium Records" que se dedica a buscar nuevos talentos en las discotecas y en los bares.

El film tiene la peculiaridad, y sin duda, el plus, de contar con las actuaciones de Queen Latifah y de Mos Def, ambos conocidos intérpretes del rap con una carrera sólida que continúa hasta nuestros días. 

Con una banda sonora que incluye las voces pioneras del Hip Hop de la década de los 80s y 90s, hay un profundo drama que nos hace una premonición, una profecía, que vemos, cumplida a rajatabla en estos últimos años.

Dre, a pesar de tener el beneplácito de sus jefes, y de haber tenido siempre un buen ojo para reconocer las nuevas voces del Hip Hop, se ve estupefacto, cuando es obligado a dar un contrato a un par de mamarrachos que no tienen siquiera oído, pero, que convencen por ser un dúo de raza blanca que se han mimetizado con el género del rap de una forma muy suigéneris.

Mientras tanto, Dre, conoce a Cavi, un taxista que, en su tiempo libre, va a los clubs a demostrar su talento con letras originales y esa esencia del Hip Hop que lo devuelve a los días en que su vida tenía sentido, y, por supuesto, a Sydney.

El caso de Sydney es tres cuartos de lo mismo. Tiene una carrera ascendiente como editora, pero se da cuenta de que el Hip Hop no es más que un trampolín a la fama de muchos intérpretes que solo esperan hacer fortuna. Tal es el caso de un jugador de basketball con el Sydney tiene una relación, que ni siquiera se molesta en leerle los artículos que escribe.

Para volver a sus raíces, Sydney escribe un libro autobiográfico, que detalla su pasión por el Hip Hop, solo para darse cuenta de que Dre es para ella una encarnación de su sentir por el género que la vio crecer.

Dre renuncia a su trabajo y crea su compañía disquera y Cavi es su primer cliente, un artista que le recuerda a ese rap incólume e incorrupto de su adolescencia. 

Dre llama a su incipiente empresa "Brown Sugar" que en el slang afroamericano se refiere al azúcar que no está procesada totalmente sino que mantiene el sabor de la melaza de la caña de azúcar. Es decir, el Hip Hop en su más puro estado, recién llegado de las esquinas del Bronx.

Es impresionante como un guion tan sencillo puede reflejar la deriva tan repugnante de la industria musical. Y a partir de ella, de una nación completa.

La música, sea esta de cualquier género, siempre ha sido, un terreno fértil para la batalla cultural. Pero, en los tiempos que vivimos, vemos que la música, y más aún los géneros urbanos, son un caballo de Troya.

Con la llegada de Barack Obama al poder en el 2008, se hace un parado al trabajo tanto social, como emocional y hasta espiritual que teníamos en Norteamérica para reconciliar las diferencias raciales. 

A Obama se le debe la creación del infame movimiento de "Black Lives Matter," el cual promovió durante el segundo período de su gobierno. Esta supuesta lucha en contra del racismo y de la agresividad policial no hecho más que abrir grietas y desatar una supremacía negra que es aberrantemente peligrosa.

El Hip Hop, por desgracia, ha caído en esta trampa, haciendo relevancia a una temática que es injustamente racista e incluso antisemita.

Esto último lo llevó a la palestra Kanye West, un rapero de ventas multi-platino, que empieza a culpar a los judíos de ser quienes promovieron la segregación racial de sus antepasados.

Un comentario tanto fuera de lugar por su repercusión moral, pero de igual manera, fuera de contexto.

El resentimiento acumulado de la población afroamericana hacia los blancos que ellos consideraban “opresores” incluía también a los judíos, que, post Holocausto, llegaron a Nueva York (la gran mayoría a Queens) y logrando hacer grandes fortunas, adueñándose de muchos bloques residenciales que se ponían para la venta, y, para el caso que hoy nos concierne, fundaron estaciones de radios y compañías disqueras.

Pero esto, señores, es una mera (mala) percepción y hasta podríamos decir envidia, de quienes practican el antisemitismo. En Israel conviven numerosos judíos de orígenes africanos que se han integrado perfectamente a la cultura judaica. Así que para nada podemos entonar un "mea culpa" para justificar estas divisiones raciales que padecemos. De hecho si hay algo que define mucho a los judíos en la modernidad es su marcado "buenismo" que en mi opinión nos ha hecho ver débiles y vulnerables frente a quienes buscan nuestra desgracia--y destrucción definitiva. Pero ese es otro tema, sin duda.

La industria musical, y en especial, el Hip Hop y su versión latina, el Reggetón, son, hoy por hoy, una muestra fehaciente que hemos caído en desgracia.

Los artistas de hoy en día solo quieren ganar dinero, y vemos a la industria promover, casi se diría que adrede, carreras con ascensos meteóricos de muy corta duración.

Una de las pioneras del rap de la década de los 90s, Missy Elliott, es la primera mujer del género del rap, que es, a partir, de la edición de este año, miembro honorario del Hall de la Fama del Rock n Roll.

Desgraciadamente, encontrar una artista como Missy Elliott con una carrera de más tres décadas dedicadas casi en exclusiva al Hip Hop, es casi imposible. La mayoría de los artistas, hombres y mujeres, son flor de un día. Las carreras de estos individuos rara vez pasan de los diez años de duración.

Extirpar de manera definitiva el tumor cancerígeno de la cultura americana, en todos sus aspectos, es, un primer paso, que debe ser perentorio, para volver a tener una sociedad sana.

Las nuevas ideologías buscan el poder magno sobre tantos grupos sociales y étnicos como pueda. Para ello se vale, sin miramientos, del control y la manipulación de hechos históricos, e incluso poner sal sobre las heridas de colectivos especialmente vulnerables.

La agonía de una sociedad tan acribillada por tantos frentes de forma simultánea podría estar cantada.

¡Hay que actuar de inmediato!

Detener el desangramiento de nuestra civilización, con todo y sus diferencias y desavenencias culturales, es menester para poder disfrutar de una tranquilidad más que merecida.

Quiero ser optimista. Es una labor que debe tomar cuerpo en cada uno de nosotros como individuos. Pero que ha de remontar obstáculos sin precedentes.

Como público tenemos la última palabra. 

Guardemos los aplausos para quienes, a través de un talento propio y arraigado (y aguerrido) espíritu, puedan hacernos entrega de poesía musical, despierta al cambio. Al renacimiento intelectual. A la verdadera injusticia que es sin duda el permitir que nos llenen de rencor y de consignas falsas.

Guardemos los aplausos para quienes han de tener la bravura de rescatar a las nuevas generaciones de las tinieblas del Tik Tok.

Guardemos los aplausos para la poesía que, tanto en un escenario como en las calles, nos reafirmen que somos todos iguales. Que el amor es lo más hermoso de este mundo. Y que los Estados Unidos no es un depósito de escombros y odios, sino un faro de grandeza y un soldado al frente de la nueva sociedad Occidental que merecemos disfrutar en nuestros tiempos, y, por supuesto, dejar como legado.

Wednesday, November 8, 2023

De Ahora en Adelante, Sensatez y Voces Frescas...Por Favor!


Hemos comentado en varias ocasiones el fenómeno de la gerontocracia. En Estados Unidos, es más que obvio que los hilos políticos de la actualidad, muy lamentablemente, son manejados por personas octogenarias, e incluso, en algunos casos, nonagenarias.

Recalcamos este tema porque, a medida que se acercan las elecciones generales (ya se están haciendo campañas en las redes sociales para instar a votar y a registrarse a votar) vemos que los nombres en la papeleta podrían ser, una vez más, los de Donald Trump, expresidente y actual candidato a la candidatura demócrata, y el actual mandatario, Joe Biden.

La edad de ambos caballeros suma siglo y medio.

Cabe destacar que esta anomalía no siempre ha estado presente. En décadas recientes, tenemos el caso de Bill Clinton en 1992, George W. Bush en las primeras elecciones del nuevo milenio, y, por supuesto, Barack Obama en el 2008. Estos candidatos que resultaron llegaron a la Casa Blanca no llegaban a los 50 años de edad.

Pase lo que pase en el 2024, ojalá pudiésemos ver en política activa nuevas voces y nuevos criterios. Esto se hace cada día más crucial, si Estados Unidos quiere volver a tomar protagonismo frente a la amenaza de los dragones de Beijing, acérrima, radical y peligrosa. Un tema que merece su propio análisis sin duda.

Pero buscando las causales que podrían haber llevado al electorado norteamericano a elegir entre dos candidatos de la Tercera Edad, encuentro menester comentar las recientes declaraciones del periodista Greg Gutfeld.

Gutfeld es un politólogo conservador que ha hecho su carrera primordialmente en la cadena Fox. Desde hace varios años, compagina su propio "talk show" junto con apariciones especiales en las tertulias de la cadena. Con un estilo que combina análisis político más comedia, ha logrado robarle audiencia con amplios márgenes a todos los "showmen" de la noche televisiva, entre los que se incluye Jimmy Kimmel.

Su estilo un tanto dicharachero y hasta pedante, a mí, en lo personal, no me gusta. Pero en el programa "Los Cinco" donde comparte protagonismo con otros periodistas de la cadena Fox, analizando los temas de actualidad, Gutfeld, en mi opinión, dio en el clavo cuando comentó sobre la importancia de descartar a los candidatos gerontocráticos, en favor de nuevos talentos en el ruedo político.

Gutfeld explica, que en un político de edades avanzadas, podría existir una tendencia natural a la indiferencia e incluso a la desidia. En el caso de Biden, que obviamente sufre deficiencias cognitivas marcadas, lo cual se muestra en cada aparición en público y en sus declaraciones, se nota, según Gutfeld una notable serenidad con cada error político garrafal que comete. Esto se debe a que, a sus más de 80 años, primero, Biden ha vivido de la política por más de cinco décadas como senador del estado de Delaware. Segundo, ha amasado una fortuna enorme por sus ya archiconocidas artimañas como senador y luego como vicepresidente, lo cual lo tiene en el foco de las noticias y sobre todo de la justicia (pregunto yo, un juicio político pa' cuando, señores del congreso?)

Y tercero, como argumenta el periodista de la Fox, es que Biden está consciente de que no estará mucho más tiempo con nosotros, ni como presidente ni como mortal, por su avanzada edad. Ergo, para qué preocuparse por un futuro que no se vivirá? ¿Qué pueden importar las consecuencias de una mala gestión?

Donald Trump, tres cuartos de lo mismo. ¿Con sus discursos altamente populistas y una riada de juicios que ponen en tela de juicio su integridad financiera y su imagen, podría estar Trump, realmente, pensando en el futuro a sus setenta y pico largos?

Tanto con Trump como con Biden, tengamos algo claro. A pesar de lo distinto de sus políticas, lo más importante para Joe Biden es Joe Biden. Lo más relevante para Trump, es, sin la menor duda, Trump.

Hay un consenso entre los actuales candidatos que compiten, mano a mano, con el señor Trump, para obtener la candidatura republicana, de que se debería, y con razón plena, reducir la edad permitida para gobernar, y, en el caso de los diputados y los senadores, se tiene que limitar el tiempo permitido a servir. Algo que debemos apoyar los votantes de las generaciones de relevo. Sin miramientos.

Si ponemos, por unos instantes, el foco, en políticos y gobernantes más jóvenes como el caso de España, con el presidente en funciones, Pedro Sanchez, de 51 años, y Gabriel Boric, el presidente comunista de Chile, que solo tiene 37 años, vemos, de igual manera, o incluso más marcada, esta misma desidia y esta indiferencia por las consecuencias de las políticas que se implementan en sus gobiernos.

Con líderes tan jóvenes no podemos utilizar el argumento de que tengan pocos años por delante, al menos que los parta un rayo o se los consuma un cáncer terminal. Aclaro, no es algo que les estoy deseando.

En estos casos la indiferencia y este supremo egoísmo irresponsable se debe a sus altísimos y paupérrimos grados de ambición personal. En los octogenarios, ojo, esto también está más que presente, pero no como lo vemos con un Sánchez, Boric, o, incluso, Nayib Bukele en El Salvador, que ya, poco a poco, afila sus garras de dictador vitalicio.

En una democracia bien constituida, como la que presumen tener estos países que nombramos anteriormente. Hago énfasis en la palabra "presumir," puesto que es obvio que estos mandatarios no tienen intenciones de dar al pueblo ni voz, y a duras penas y con maniobras chuscas, el voto.

Habiendo hecho este pequeño inciso, y dando el beneficio de la duda de que aún existe en muchos países, incluyendo, Estados Unidos y España un moribundo estado de derecho, pregunto, quiénes son los responsables que padezcamos el "síndrome de máxima indiferencia adquirida" de parte de los líderes políticos?

La respuesta es muy sencilla, nosotros. Los votantes. Los ciudadanos. Más nadie. Repito, nosotros. Una vez más, nosotros. Para los de la fila de atrás, nosotros. Para los que están empezando a leerme, nosotros. Entendido? No-so-tros.

¿Qué nos pasa?

Pues que tenemos toda nuestra edad adulta votando con miedo. No hay otra razón.

En las elecciones pasadas, si bien hubo ciertas irregularidades, la mayoría de los votantes prefirió a un Joe Biden, senil y corrupto, a la repetición de un gobierno de Trump. Miedo.

En los comicios de España este verano, el 23J, el partido de Pedro Sánchez, el PSOE, recibió más de medio millón de votos adicionales a los que recibiría en el 2019. El votante medio decidió que si votaban a Alberto Nuñez Feijoo, del Partido Popular, éste se vería obligado a incluir a los del Partido Vox en el gobierno. Impensable. Anatema.

¿Qué vemos aquí? Dígalo ahí: Miedo.

En Chile fue mucho más "cool" darle la presidencia a Boric, un analfabeto funcional, que a José Antonio Kast, a quien los medios de comunicación tildaban de "ultraderechista."

Qué impidió el triunfo de Kast?... El miedo.

Es obvio que lo que mueve los hilos de la política y de las agendas ideológicas es el miedo.

Los votantes americanos, por ejemplo, que pertenecen a la generación de los "Baby Boomers" como es el caso de Biden y Trump, tienen miedo de votar voces más frescas. Argumentan, con razones para ellos válidas, que "ya los conocen." 

Muchos quieren dar una segunda oportunidad a Trump porque de verdad se han creído que a Trump, en el 2020, le "robaron" sus elecciones. A Joe Biden lo consideran un "viejito bonachón" entrañable y simpático, muy a pesar de que sus políticas nos están llevando casi inevitablemente a una Tercera Guerra Mundial, esta vez con tintes poderosamente nucleares o masivos y posiblemente destructivos "agujeros negros" como la inteligencia artificial.

Por lo tanto, una vez más, nos corresponde a cada uno de nosotros cortar este miedo colectivo por lo sano (si es que hay algo sano en él)

Está en nosotros claramente denunciar la complacencia que podrían tener los políticos de edades avanzadas. De hecho, nos corresponde, con el debido respeto, jubilarlos. Tengan o no méritos que celebrarles.

Lo que se avecina, aun sin un apocalipsis atómico, es extraordinariamente grave. Hablamos de la decadencia de una civilización completa. Hablamos de una generación de relevo anestesiada e idiotizada. Hablamos de un "Cuarto Poder" (léase medios de comunicación y redes sociales) que manejan a su antojo las opiniones de millones de ciudadanos, llevando o sacando del poder a las marionetas que sean (o no) serviles a la Agenda 2030 o a cualquier capricho climático "du jour."

Por lo tanto, y de una vez por todas, con nuevas elecciones de primera línea a la vuelta de la esquina, por una vez en la vida, y con más consciencia que nunca, por favor, no tengamos miedo.

Descartemos de una vez por todas de derechas e izquierdas, ultras y centristas. Hablemos de sensatez. 

El sentido común no tiene edad.

La voz de la sensatez nos pertenece a los ciudadanos. Y a los más jóvenes.

Tenemos una cruzada por delante para rescatar a una civilización completa, y a una generación entera que está deseosa, hambrienta, que ha despertado por fin, y necesita encontrar su lugar en este mundo, para destronar a quienes nos han causado tanto dolor y tanta pena ajena.

Monday, November 6, 2023

El Antisionismo Tiene Nombre y Apellido: Antisemitismo y Punto.



«el antisemitismo es el socialismo de los tontos»

--Ferdinand Kronawetter (político Austríaco 1838-1913)

Oskar Schindler, nacido en 1908, en lo que hoy conocemos como la República Checa, no era, ni remotamente, conocido en su día por ser ni un filántropo ni un virtuoso. De ninguna manera.

Justo antes de la ocupación Nazi a su nativa Moravia, a finales de los años 30, el joven Oskar era tan apasionado de los Nazis que, incluso, cumplió una breve sentrncia en prisión, al haber sido acusado de espionaje por su gobierno, en favor de las fuerzas de Adolf Hitler.

Se hizo, como era de suponer, miembro del Partido Nacional Socialista alemán en 1939, y, a partir de allí, podríamos decir que donde Schindler "ponía el ojo, ponía la bala." Aplíquese esto a los negocios, sus amistades de alto rango, sus carísimos vicios, y, sin duda, las mujeres.

Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, Schindler decidió crear una fábrica de utensilios esmaltados, y buscando tanto personal como inversores se topa con el hombre que cambiaría el rumbo de su vida: Itzhak Stern.

Stern, siete años mayor que Schindler era un contable que acababa de perder su trabajo, y es contratado por Schindler para su fábrica. Lo que ninguno de los dos sabía en aquel momento es que se convertirían en héroes. Gracias a la incansable labor de Stern, que tenía clarísimo que los judíos, como él mismo, eran deportados a campos de concentración, o perseguidos por los nazis, Schindler rescató aproximadamente 1,200 judíos, que lograron sobrevivir la guerra.

En la magistral película "La Lista de Schindler" de Steven Spielberg de 1993, nos queda claro que Schindler veía en los trabajadores, simple y llanamente, mano de obra gratis, esclava, así sin subterfugios. Pero la pericia de Itzhak Stern es quien guía a su jefe a ver con cautela lo que sucede a su alrededor.

En la cinta, cabe destacar, que todos y cada uno de los actores, representan a un sobreviviente de la vida real. Pero más aún, cada personaje, a su vez, es una composición de muchos de los judíos que fueron perseguidos durante los años del nazismo.

El momento crucial es cuando Oskar Schindler tiene contacto visual con una niña (sin nombre) de unos 4 o 5 años con un abrigo rojo. Es el único uso de color de la película en sus tres horas de duración. La pequeña huye cuando los nazis asaltan el gueto donde vivía. 

Schindler, al tiempo, ve a esa niña y su abrigo rojo, muerta para ser incinerada con miles de cadáveres por uno de los sicópatas de la SS, Amon Göth.

Es en este momento que Oskar Schindler deja de lado su desidia y su indiferencia para rescatar, arriesgando su prestigio, su fortuna y hasta su vida, a tantos trabajadores como pudo, creando la conocida lista que da nombre al film. Cada nombre, una vida. 

Ilustremos otro ejemplo de un héroe que no pensó jamás en serlo. Pero también, junto a Schindler ha sido honrado en el preciado y sagrado Yad Vashem, el museo del Holocausto en Jerusalén, la capital de Israel.

Hablamos de Wilm Hosenfeld.

Hosenfeld era un capitán nazi, uno más de la SS de Hitler, que, ya al final de la guerra descubrió que las políticas de su Fuhrer eran verdaderamente abominables. Su dedicación al régimen nunca había sido cuestionada, pero se cansó de las injusticias perpetradas al pueblo polaco, y muy especialmente a los judíos.

En 1944, entre los escombros de un edificio abandonado, oye una melodía de piano exquisita y melancólica, y siguiendo el sonido se encuentra con Władysław Szpilman, un conocido pianista y compositor judío, que había podido huir de los campos de concentración, y luchaba como podía para sobrevivir.

Conmovido por la situación de este joven virtuoso, Hosenfeld decide, en ese momento, salvarlo de una muerte segura y le trae alimentos a cambio de una pieza al piano.

Władysław Szpilman sobrevivió así el final de la guerra. Su carrera continuó con gran éxito y su historia fue narrada en el film de Roman Polanski "El Pianista" del año 2002.

Desafortunadamente, Hosenfeld fue puesto preso por los soviéticos y todos los esfuerzos de Szpilman para rescatar a Hosenfeld fueron en vano. Este murió en prisión en 1952.

Pero sus hazañas para salvar a los judíos durante la guerra, siendo él un nazi, le valieron muchos honores postmortem, todos más que merecidos.

Estas dos historias nos dejan claro dos cosas.

Ni se nace nazi, ni se nace antisemita.

Ambos conceptos, intrínsecamente ligados al Holocausto de los judíos en los años de la Segunda Guerra Mundial, son absolutamente conductas que no son natas al comportamiento humano. 

Se aprenden. Se absorben. Se asimilan. Se practican.

Dos hombres que podían haber sido intensa y apasionadamente antisemitas, despertaron a la realidad y sus acciones los han hecho acreedores de honores por sus causas humanitarias a favor de los judíos.

El antisemitismo es la forma de racismo más antigua que existe.

Este pasado mes de septiembre, en las festividades de Rosh Hashanah, los judíos hemos dado la bienvenida al año hebreo 5784. 

Hablamos, por supuesto, no del calendario Gregoriano, sino del "Anno Mundi," que es un calendario que está basado, en un sistema muy complejo, basado en numerología y hechos históricos, que nos habla de la creación de mundo, de acuerdo con las creencias judaicas, hace 6,000 años.

En estos milenios desde su existencia, los judíos han sufrido persecuciones, exilios forzosos y masacres. El Holocausto no cumple ni siquiera un siglo, y, por desgracia, ya nuestro pueblo tiene otra fecha para recordar y bendecir la memoria de 1,400 judíos más. Esa fecha es el 7 de Octubre del 2023.

La organización terrorista Hamas que gobierna en Gaza desde el 2007, planeó por aproximadamente dos años, uno de los peores ataques desde el 11 de Septiembre en Nueva York, y asesinó, violó y secuestró a casi 2000 judíos. Entre ellos niños pequeños, bebés de pocos meses e incluso ancianos que, irónicamente, habían sobrevivido al Holocausto en Europa.

Ha pasado un mes, y lejos, muy lejos se ve una resolución a este conflicto. 

Los judíos hemos recibido muestras de apoyo de ciudadanos alrededor del mundo, algunos políticos, y varios activistas y periodistas que han tenido claro, desde siempre, que frente a una atrocidad como la que ocurrió el pasado mes de octubre, no solo Israel tiene todo el derecho a defenderse sino tiene el DEBER moral de defenderse.

Lamentablemente, todas las muestras de cariño que hemos podido ver a nuestro alrededor han sido prácticamente neutralizadas, o cuidado si hasta calladas completamente, por una ola de antisemitismo que no había tenido precedentes. 

Muchos, obviamente, no vivimos en la Europa nazi, pero casi se puede decir que estos que estamos viendo es peor. Las causantes de este ensordecedor y flagrante antisemitismo se deben a varios factores.

La propaganda, por supuesto, que ya sabemos bien que existía en la Alemania nazi de la mano de Joseph Goebbels. Las redes sociales, un elemento crucial que ha servido de altavoz para un acérrimo despertar de la ola de judeofobia que padecemos. Y, claro está, la cultura "woke" que ha degradado intelectual y moralmente a las generaciones más jóvenes, paulatinamente. La Gen Z, la "de"generación de los memes y del Tik Tok es la más afectada y la más radical en su odio hacia los judíos y al Estado de Israel.

Se ha hecho público, de hecho, que Tik Tok, tiene múltiples algoritmos que llevan a fomentar y a practicar alguna forma de antisemitismo en estos días post-masacre israelí. Quizá, lo más sorprendente es, por un lado, las multitudinarias marchas a favor de Gaza (léase Hamas) aupadas por Hollywood y múltiples activistas, y las asquerosas cartas y manifestaciones a favor de Palestina propagada por Universidades con Stanford, Columbia, Harvard, Michigan State University, e incluso Cornell, donde acaba de ser aprehendido un estudiante, que valiéndose de una supuesta depresión, amenazó a todos los estudiantes judíos.

Aparte de estas causales, queda mencionar, y esto es muy importante, la llegada al poder de fuerzas neo-comunistas y nefastos gobiernos progresistas que han hecho de este conflicto Israel-Palestina una bandera de odio, auspiciando, como en el caso de Colombia y sobre todo España, una campaña que tiene a la comunidad judía, especialmente, en Barcelona, aterrorizada.

Al final, como tantos y tantos ejemplos de ideologías e implementación de nuevas agendas, el antisemitismo es un jugoso negocio para quienes financian a las organizaciones terroristas en el Medio Oriente desde hace décadas. Y, sorprendentemente, sale a la luz que mucho de esta propaganda antisemita que han absorbido las universidades americanas, podrían venir de una galvanizada campaña que se inició en el 2001, a partir del Foro Mundial Contra el Racismo, conocido como Durbán I, que se celebró en Suráfrica.

Fue una conferencia de tal grado de odio antisemita y antisionista que Estados Unidos e Israel abandonaron el foro en protesta.

Fue en Durbán donde empezaron a ventilarse los bulos de un falso apartheid por parte del estado judío hacia Gaza, argumento esencial de las protestas pro-Palestina que hoy repiten y condenan los loros parlanchines del progresismo.

Hay, de igual manera, otra excusa, casi infalible para la propagación del antisemitismo. Una desaprobación absoluta al gobierno de Israel.

Vamos a estar claro, ninguno de los líderes de la escoria progresista Occidental tiene conocimientos suficientes del gobierno, ni de la historia, de Israel, para estar opinando. A duras penas, España, por ejemplo, conoce a su propio gobierno. Muchos españoles, tristemente, se dejan marear por consignas que solo consiguen ponerlos en absoluto ridículo.

Pero, sin duda, y con el mayor respeto, el gobierno Israelí, si tiene el deber moral, urgente, de hacer un mea culpa por esta nueva página de historia hebrea, que como tantas otras, está manchada de sangre.

Israel escogió, a lo largo de su joven historia, como estado convertirse en un espejo de Occidente, y en ello, podría haber firmado su destino.

En las últimas décadas, Israel ha tendido una alfombra roja a la ideología de género, la cultura "woke" y el liberalismo político, todo ello en nombre de la tolerancia y la paz.

La propaganda antisemita, curiosamente, ha presentado al gobierno de Israel como tirano, retrógrada y ultraderechista. Nada más lejos de la realidad. Sobre todo si vemos en estos últimos años como han surgido vídeos de soldados de la Fuerza de Defensa Israelí, haciendo alarde de sus preferencias sexuales. El Ministro de Defensa, como ya hemos mencionado en artículos anteriores, tiene izada una bandera arcoíris del colectivo LGTBQ.

Rodeada de dictaduras y de reinos que se adhieren a la ley Sharia, creo que es penoso decir que a Israel le fueron, de a poco, perdiendo el respeto que se le tuvo antaño después de las hazañas de sus fundadores o de gobernantes como Ariel Sharon. 

En todas las redes sociales, y con la mejor intención, leemos docenas de comunicados de los combatientes de Israel, en estos momentos, en Gaza, hablando de una victoria asegurada para el gobierno de Jerusalén, y, por supuesto, para nosotros los judíos.

Cada día se hacen incursiones en el aparato geográfico extraordinariamente montado por Hamas en el territorio de Gaza, incluyendo kilómetros de túneles a más de 600 metros bajo tierra. Sabemos como se han financiado las operaciones de Hamas. Sabemos que Irán es cómplice del terror, al igual que Qatar.

También tenemos que oír las estridentes y repugnantes declaraciones de gobernantes de Oriente Medio como son las de la Reina Rania de Jordania, que nunca ha ocultado su feroz antisemitismo y su repudio a Israel, a pesar de que su marido, el Rey Abdalá es un aliado de Estados Unidos.

Pero, en mi opinión, el peor mensaje ha venido, directamente del Estado de Israel, que nos ha pedido, en declaraciones a la prensa, a todos los judíos, que tengamos cuidado y que no demos a conocer que somos hebreos. Que ocultemos nuestras kipás, nuestras estrellas de David, y que callemos para no ser víctimas de esta ola de judeofobia a raíz de la masacre del 7-O.

Esas palabras son vinagre puro para el alma de un judío. Y si no lo son, pues bien es hora de que empiecen a serlo.

¿Perdón? ¿Ocultar y negar mi judaísmo?

¿Y eso me la están pidiendo las autoridades del único estado judío del planeta?

Sinceramente, estoy asqueada.

Y más aún. Creo que en esta falta de respeto a los judíos y esta falta de dignidad del estado israelí, puede que esté la semilla que nos ha convertido en diana de tantos odios y tanta envidia y tanta injusticia.

Lo peor es que, a través de las redes, estamos viendo como muchísimos judíos han acatado estas órdenes y sugerencias y nos piden que hagamos lo propio.

¡Que vergüenza!

Luego tenemos a la banda de "Naturei Karta en Tierra Santa." Esta secta (que no merece llamarse de otra manera) está compuesta, desde su fundación en 1935, de judíos ortodoxos que consideran al Estado de Israel un anatema y abogan, a la par que los terroristas, por su destrucción.

Es decir, los enemigos de Israel están en Israel.

Purgarlos ha de ser nuestro objetivo. Purgarlos y condenarlos y callarlos, porque flaco favor nos hacen a quienes estamos orgullosos de ser hijos de David y de Salomón y de Raquel y de Esther.

El gobierno israelí ha sido brillante y ha sido falaz, pero jamás puede definirnos como judíos, ni podrá sentar cátedra de lo que somos como pueblo y como raza.

Pero estamos divididos y diluidos. Y ante todo, tenemos nuestro ADN cundido de miedos y de complejos mal hallados. Infundidos. Estamos acostumbrados a sabotear nuestra grandeza, y nuestra imparable pasión por mejorar la vida de toda la humanidad y firmar una paz eterna con quienes buscan destruirnos. Esos somos los judíos. Eso y mucho más.

Quizá, este nuevo micro Holocausto, nos tiene que abrir los ojos de una vez por todas. Ni ocultarnos ni bajar la cabeza. Lo contrario es menester y es urgente.

No sigamos la senda que estamos caminando, porque es obvio que nos hemos vuelto endebles y nos han perdido el respeto.

La victoria de Israel, frente a cualquier obstáculo, es, sin duda, un mandato de Dios. Pero esa victoria nos tiene que incluir a todos peleando frente al Goliat del odio y, más aún, la propagación de la ignorancia. Ningún judío, y quienes dicen apoyarnos, puede seguir siendo cómplice o indiferente a las amenazas que viven diariamente los que somos orgullosamente hebreos, aunque Jerusalén no sea nuestro hogar geográfico.

Todos los judíos somos Israel. Todos somos el pueblo de Abraham, de Isaac y de Jacobo.

Las Doce Tribus de Israel nos indicaron, desde un principio, el norte que ha de seguir con fe nuestro pueblo.

¿Bajar la cabeza? Solo ante HaShem. Nada ni nadie más.

El antisemitismo es nuestra lucha para alcanzar gloria eterna y demostrar, como lo hemos hecho siempre, que, por encima de todo el pueblo judío, ama la luz. La abundancia espiritual.

Los dejo con una frase extraordinaria de Rabbi Jonathan Sachs, bendita sea su memoria, que, como un faro de sabiduría y de teología judaica, nos dejó un legado maravilloso que nos debe acompañar y enorgullecer a todos. Dice así:

“¿Cómo pueden vivir con la constante amenaza de violencia y guerra? Eso requiere fe. Israel es el pueblo que siempre se mantuvo por la fe, fe en Dios, en el futuro, en la vida misma. Y a pesar de que Israel es un estado laico, su misma existencia es un testimonio de fe: la fe de un centenar de generaciones respecto a que los judíos retornarían; la fe que condujo a los prisioneros a reconstruir una tierra en contra de lo que parecía imposible de superar; la fe de que después del Holocausto el pueblo judío podía volver a vivir; la fe que al enfrentar la muerte continúa diciendo: escoge la vida”.

Judíos queridos del mundo, Dios está con nosotros. Brindemos por la victoria y por la paz. L'CHAIM!



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