Sunday, April 7, 2024

La Farándula: Crónica de una Rosa Espinada


En 1865, a sus 33 años, un polifacético matemático y lógico británico llamado Charles Lutwidge Dodgson, decidió escribir su obra magna. Para su novela, Charles utiliza un seudónimo con el que sería reconocido hasta nuestros días: Lewis Carroll.

De manos del fantástico cerebro de Carroll nace "Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas."

Tan increíble clásico nos ha heredado un legado de personajes originales inolvidables. Entre ellos recordamos al Conejo Blanco, La Reina de Corazones, El Gusano Azul. Y, por supuesto, El Gato de Cheshire.

El Gato de Cheshire tiene por nombre el pueblo del cual era originario su autor, Charles (a quien haremos mención utilizando su reconocido seudónimo, Lewis Carroll)

El felino de la historia de Alicia, como cada uno de los caracteres de la novela, es mágico. Tiene una perenne sonrisa de oreja a oreja y habla como un filósofo. Su intelecto de alta alcurnia es capaz de aparecer frente a la niña Alicia para animarla, mientras esta ha de lidiar con La Reina de Corazones, la villana del relato.

Con frases tan épicas como su risa, el también conocido como "El Gato Risón," es un personaje secundario que bien podría pasar como un verdadero protagonista.

Pero no todo lo que dice está claro. No quiere éste que lo esté, dejando casi siempre a Alicia perpleja con sus frases elegantes, pero ambiguas.

Como ha sucedido con tantas historias clásicas en el último siglo, quién mejor que Walt Disney para adaptar "Alicia en el País de las Maravillas" en una de sus cintas favoritas.

Y así en 1951, llega a la pantalla la versión de las aventuras de Alicia en su versión más vivaz y más popular.

En dicha adaptación, nuestro gato sonriente aparece envuelto en un estridente, pero espectacular pelaje rosa.

De acuerdo con el diario español "La Vanguardia," en un artículo publicado en Mayo del 2022, en sicología: "El rosa es un color que tiende a alejar las preocupaciones y que acompaña con suavidad. También son tonos asociados a la creatividad. También está asociado a la coquetería y utilizado con frecuencia por las personas más presumidas, porque se asocia con la belleza."

Si asumimos que el rosa es la Venus de una paleta de colores, no nos ha de extrañar que existan motivos de sobra para que todo lo rosa o rosado, salte a la vista como algo hermoso, gratificante, exótico e hipnotizante.

El mundo de la muñeca Barbie es absolutamente un volcán de lava rosada, aun en la esperpéntica versión cinematográfica que ha visto la luz en el 2023.

Los diamantes rosados han adquirido una visibilidad impresionante gracias a la joya que regaló Ben Affleck a su prometida Jennifer López en el 2002 (la pareja actualmente está casada y la señora Affleck ahora lleva en su anular un diamante verde agua)

Y como no agregar a este universo rosa, a un puma simpático y cuasi mudo, cuyas cintas llenas de humor nos han deleitado a múltiples generaciones, a pesar de que ya la Pantera Rosa ha cumplido 61 años en el aire.

Las frases del de Cheshire, y su sonrisa y sus apariciones un tanto rimbombantes en las hazañas de la pequeña Alicia, son más impresionantes si las vestimos de color rosa...

Así pues, ¿por qué no habríamos de disfrazar al periodismo de color rosa?

La palabra "farándula" tiene un origen etimológico del alemán. La palabra "fahrender" significa vagabundo. Y qué tienen que ver los vagabundos con la farándula. ¡Pues hoy en día, lectores míos, pues todo! Pero ya llegaremos a este punto.

La farándula en sus principios iba siempre detrás de la historias de los artistas nómadas que hacían sus actos en diferentes teatros. De a poco, estas tropas de entretenimiento fueron adquiriendo más interés y así, pues, quería saberse más de los protagonistas.

La inclusión de crónicas periodísticas con la temática del afamado y codiciado "showbiz" ya tienen publicándose desde 1916 en la ciudad de Nueva York. Su cuna, como es de esperarse, fue Broadway.

Las publicaciones sobre farándula y espectáculos fueron apareciendo por doquier resultando en un negocio billonario.

Para darles un ejemplo, la revista People generó más de $3.1 billones solamente en el 2023. Los ingresos de la revista HOLA en España sobrepasaron los 60,000 millones de euros el año pasado.

Es importantísimo quedarnos con estas cifras para el análisis que nos compete hacer…

Como periodista y como consumidora, la prensa del corazón ha sido de mis favoritas en las últimas cuatro décadas. No es algo de lo que tenga que avergonzarme, porque pertenezco a un muy reducido grupo de lectores y usuarios, que no deja de verla como una rama entretenida del amplio y desordenado laberinto que es hoy por hoy la comunicación de y para las masas.

Pero como recrea Lewis Carroll en su mundo menos que maravilloso, la prensa rosa ha resultado ser un agujero interminable de mentiras, de manipulación constante y de una censura asfixiante.

Incluso, y por qué no, aunque esta frase parezca más bien a lugar común, la crónica rosa es un gigantesco caballo de Troya. Y, sí, lo hemos dejado entrar a nuestro psique, a nuestras redes, a nuestra paz. Y ahora hay nuevas generaciones que no han podido salirse de sus fauces con apariencia de algodón de azúcar.

Como ya hemos repetido en otros análisis, nuestro interés y curiosidad por los íconos de cine y los cantantes de moda, no es nuevo. Quizá lo que nos ha pasado en estas últimas tres décadas es que hay un estridente amplificador para el periodismo de farándula: el internet, y, por consecuencia, las redes sociales.

Por desgracia, estos elementos también han creado un abominable abanico de personajes de terror sobre- sexualizados a los que se les ha hecho una plataforma.

Otra amenaza es la llegada de figuras sórdidas y controversiales a las testas coronadas de Europa y sus herederos. 

Podría yo comentarles cientos de noticias de actualidad que ilustran esta nueva realidad, que lejos de ser rosas, más bien cuadran con una prensa amarillista.

Clarísimo está que ni en la realeza ni en Hollywood, todo lo que brilla es oro. Al contrario, la triste realidad de estos escenarios de glamour son minas de carbón. Por doquier vamos viendo la cantidad de demoníacos Hades que reinan a sus anchas en el inframundo del espectáculo y de la realeza.

Pero estos insaciables y despóticos dioses que comandan nuestra atención y nos sonríen hasta el cansancio, son manejados por quienes han querido crear una feria atractiva para almas débiles.

Los verdaderos protagonistas de la prensa del corazón, no son los artistas que sonríen y nos muestran un modelito de alta costura en la alfombra roja.

Los verdaderos protagonistas son los medios de comunicación que se han vuelto agresivos mercenarios de agendas ideológicas y que necesitan alimentarse como vampiros del genuino interés que suscitan las tan mal ponderadas celebridades.

Con más sombras que rosas, se erigen por día docenas de reinas de corazones. La fórmula, hasta ahora, parecía prácticamente infalible.

Las mujeres han sido protagonistas quizá con más visibilidad que los hombres. De hecho, el hombre se ha convertido, en muchos casos, en el trampolín o el adorno de la Cenicienta que llega al palacio vestida con zapatillas de cristal y vestiditos de princesa.

En ese idílico momento en que se topan las miradas del príncipe y su doncella, la maquinaria que mueve los hilos de la prensa rosa, se enciende a todo vapor para crearnos un paraíso elitesco, donde no sólo hay una costosísima boda por todo lo alto, sino que vamos siguiendo fieles las apariciones casi celestiales de los flamantes esposos. Los tocados de la princesa, cada uno más espectacular, nos hacen recrear nuestros inocentes sueños infantiles.

Pero, horror! Veinte años han pasado desde el cuento de hadas, y de pronto descubrimos que la susodicha princesa, ahora reina, es poco más que una cortesana que firmó un contrato con el ahora rey para llevar a cabo un plan de vida, mientras todo este tiempo convivió con un amante. Que la madre abnegada simplemente fue un vientre de alquiler para que naciera una heredera. 

Todo ha sido un auténtico fraude.

Este ejemplo no es un ejemplo aislado sacado de la nada para ilustrarles un análisis. No. Esto que acabo de escribir es la vida de la actual reina de España. Y no digo alegadamente. Para prueba me remito a los libros recientemente publicados de periodistas de renombre como Jaime Peñafiel y Joaquín Abad. Allí podrán encontrar los detalles--y las pruebas.

Y así podría dar docenas de ejemplos. Tristemente, si hay algo que abundan son los ejemplos y las crónicas de desamor y de falacias reales.

Pero lo interesante aquí no son las historias per se. Es el cómo hemos podido dar fe de que nos han estado manipulando y cómo se han ido moldeando los acontecimientos.

Lo fascinante es ver como caen como moscas todos estos grandes mogules de la comunicación frente a nuestros ojos. Y como mueren sin perder su sonrisa.

Lo impresionante es ver que nuestra frustración se ha vuelto insaciable.

Lo ridículo es ver que, por no perder ni un céntimo de sus codiciados millones, los medios no renuncian a sus artimañas a pesar de que vemos que el emperador está desnudo.

Lo importante es tener consciencia que no hay vuelta atrás.

Desde sus orígenes, las actrices (y muchos actores) estuvieron muy ligadas al mundo de la prostitución. Para conseguir ser patrocinadas o conseguir buenos guiones, no han faltado quienes han dado favores sexuales a cambio.

Si bien no todos los actores han caído tan bajo, no nos debe extrañar que hay un gran porcentaje que ha sabido prostituirse, si no con sexo, con silencio. Con complicidad. Con promesas. Con mentiras. 

Los patrocinios y las películas y los contratos no paran para quienes están dispuestos a pagar el precio.

Básicamente el mundo de la prensa rosa es un círculo vicioso, donde se van engarzando piezas, una codependiente de la otra, ad infinitum.

¿De quién si no se alimentan las revistas del corazón? ¡De la publicidad, claro está!

¿Quién si no las empresas y sus eslóganes y sus consignas y sus prolíficas agendas para empapelarnos de rosa nuestro ocio?

¿Quién si no hace que un artista tenga la popularidad y los millones de seguidores en sus redes? ¡Las revistas o los medios digitales, claro está!

¿Nos vamos entendiendo?

¿Cuál ha sido, y debe seguir siendo el antídoto para detener a este meteorito que no desea más que convertir a nuestra civilización en una especie de extinción?

La respuesta es contundente y unánime: los medios independientes. Punto.

Hábiles y arrojados comunicadores de todas las edades, se han atrevido a desmontar el circo de la crónica rosa, desvelando así, un nido de corrupción tras bambalinas que no han dejado indiferente a nadie. Como Dios manda. Un aplauso.

Sin embargo, lejos estamos de cantar victoria, pues el aparato mediático y sus tentáculos traga monedas, bien que saben que hay un océano de lectores y consumidores que han sido emocional y moralmente desahuciados y que buscan con ansia esos espejuelos que les han de mostrar, aunque sea por un instante, una realidad coloreada de rosa.

Pero el aprecio a la estética que acompaña a la prensa rosa, es solo un barniz donde se juegan el puesto numerosos periodistas que, desde un primer momento, son amordazados para seguir una narrativa impuesta por los que controlan las arcas--y las agendas.

La prensa independiente no tiene un precio. Se dedica a la comunicación por al amor al arte y sus fuentes de ingresos resultan ser usuarios que van donando pequeñísimas cantidades a los creadores de contenido. 

La verdad se va colando entre los canales de YouTube, que van siendo sintonizados por los que no queremos seguir consumiendo las mentiras de los medios convencionales.

El camino que han tomado estos pequeños voceros de la verdad es muy arduo porque a menudo la oligarquía de quienes operan a YouTube es implacable. Es por eso que los usuarios huyen de decir ciertas palabras como "suicidio" o "violación" y se ponen creativos. Pero no callan. Persisten. Arriesgan. Investigan y tienen una ética impagable.

Una vez más, como en tantos otros aspectos para salvaguardar nuestra integridad y nuestra existencia, el poder vuelve a ser nuestro. 

A estos reyes y artistas de pacotilla se les sigue aplaudiendo, porque suena bonito y nos distrae de la pesada rutina en la que nos quieren seguir hundiendo.

Pero muchos que ya hemos despertado y hemos aprendido a ver propaganda entre líneas en política, igualmente reconocemos a leguas el populismo, y estamos cada vez más preparados para saber que entre una página y otra de papel cuché, hay no una...sino miles de maneras de hacernos caer como Alicia en una trampa...color de rosa!

Frente al ego del engaño de quienes se erigen como un alivio y son lobos vestidos de oveja, hemos de mirarlos con desdén, y como dijo el Gato de Cheshire con exquisita elegancia y sin perder la sonrisa:

"Ni tú eres para tanto...ni yo para tan poco..."

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