Wednesday, April 24, 2024

El Golpe Bajo de Donald Trump al Pueblo Americano

 


Adoptando el lenguaje taurino, quedan 6meses6 para las elecciones  generales de Estados Unidos. Quedan 6meses6, específicamente el próximo 5 de Noviembre, para que más de la mitad de la población estadounidense deposite en las urnas el que podría ser su voto más contundente y más determinante.
Para los votantes que han querido seguir confiando en la administración Biden-Harris, los resultados hablan por sí mismos: una inflación como nunca se había visto, la entrada libre de 11M de inmigrantes ilegales que no sabemos quiénes son y a qué dedican el tiempo libre, como diría Perales. También podríamos hablar de Biden como el presidente más corrupto de historia reciente, el mandatario que hace ver a Jimmy Carter como un George Patton político.
Las ideologías "woke" no dan abasto para una riada de jóvenes que han declarado la guerra a los principios de nuestros padres fundadores, y, como se ha visto en las redes a modo viral y virulento han creado, entre otras barbaridades, campamentos desde donde se llama al genocidio de estudiantes y profesores judíos.
Eso se permite en nombre de la "1.ª Enmienda" de nuestra Constitución. Una provisión que considera sagrada la libertad de expresión. Sin embargo, ese sacro derecho ha sido pisoteado por la irresponsabilidad e impunidad con que se practica, como hemos visto en la última década.
Para los que quieren seguir votando por una administración del Partido Demócrata, están, de más está decirlo, en su pleno derecho. Pero no creo que la administración Biden haya dejado resultados para tirar cohetes. 
Pero desgraciadamente para muchos, Biden podría tener el camino a la reelección más fácil que lo que pensamos, si tomamos consciencia plena de lo que ha pasado en la última semana con el partido republicano.
No sería exagerado afirmar que el Partido Republicano ha sido completamente astillado, dinamitado y herido de muerte. Y podría no recuperarse.
Muy lamentablemente los hechos que voy a narrarles han tenido una cobertura mediática prácticamente nula. Y esto no es coincidencia. Es una sentencia anunciada de una élite mediática a la que le han llegado al precio.
El Portavoz de la Cámara de Diputados, en inglés "Speaker of the House," Mike Johnson, un congresista que hasta su controversial elección como Portavoz, fue un diputado poco conocido más allá de su nativa Louisiana, ha, literalmente, entregado las llaves del Congreso al Partido Demócrata.
¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
Con tan poca y tan pobre cobertura en los medios, no me extraña, o que haya una completa ignorancia de lo que ha pasado, o que haya ilusos y ciudadanos con buena fe que puedan defender los hechos, y sobre todo, a sus protagonistas.
Mike Johnson tenía en sus manos un paquete de ayuda que debía ser aprobado por la mayoría de los congresistas. Los republicanos, en una considerable mayoría, veían con escepticismo esta iniciativa que volvía, como tantas otras veces a lo largo de los últimos dos años, a mandar a Ucrania la impresionante suma de $30 billones de dólares. Sumándose así más de $100 billones de dólares de las cuales Zelenski no ha dado explicación alguna de cómo se está utilizando específicamente. 
Ucrania recibe a manos llenas dinero de los impuestos ciudadanos, y nada sabemos del verdadero uso de esta ayuda, que no sólo es efectivo. Eso es lo de menos. Esta ayuda incluye armamento de altísimo calibre más equipo de guerra de primera calidad.
¿Quién dice que todas estas armas no terminan en un mercado negro o en manos enemigas? ¿Hay alguien que confía en Zelensky a estas alturas?
La ayuda incluye también la módica suma de $14 billones en armamento para Israel y para Taiwán--esta última por si acaso China cumple con sus amenazas.
Johnson en un esfuerzo de seducir el voto de sus colegas republicanos, aseguró, casi con la mano sobre la Biblia, que una parte de este paquete iría a remediar la caótica situación de nuestra frontera sur.
Pues el paquete de ayuda ha destinado $30 billones de dólares a la frontera, seguro que sí---pero la de Ucrania con Rusia.
Porque hay que vivir del cuento y nos acribillan a diario con propaganda anti-Rusia que supera la de los días infames cuando hablábamos de la "Cortina de Hierro."
Johnson, sabía que este "regalo" a la administración Biden-Harris, no iba a ser aprobado por los republicanos más estrictos, los llamados "MAGAS" (Make America Great Again) que son los que han llegado a sus respectivos distritos de la mano del expresidente y actual candidato a las elecciones Donald J. Trump.
Por favor pido que tengamos muy en cuenta lo que acabo de decir, el ala republicana más conservadora ha sido el grupo que ha apoyado a Trump desde el primer momento. 
Como ya he dicho en anteriores análisis, no siempre comulgo con este grupo de conservadores. Así como no me gusta promover una política completamente aislacionista como la proponen los MAGAs Pero los hechos son los hechos. Los "Republicanos MAGA" son los que llevan el estandarte de lo que se pensaba que estaba representando Trump, ese grito inviolable de "América Primero."
El pasado 19 de Abril, los apasionados gritos de "América Primero," fueron reemplazados por vítores y una vergonzosa ola de congresistas con banderas ucranianas, un espectáculo que hubo de ser sancionado, pues en el Congreso americano sólo la "Old Glory," (nombre con el que se conoce a nuestra bandera) puede ser homenajeada.
Pero no. Ahora somos todos ucranianos. 
La deshonrosa presencia de la bandera ucraniana sólo puede significar que los americanos han desechado por completo su identidad.
Mike Johnson, como muchos otros Portavoces republicanos antes que él, primeramente violó la Ley Hastert. La Ley Hastert fue implementada hace unos 30 años en el Congreso y, básicamante, obliga a los portavoces a llevar a voto sólamente las leyes donde la mayoría de la mayoría puede ejercer su derecho a aprobar o rechazar un proyecto de ley o, como en este caso de Ucrania, un paquete de ayuda económica, y así evitar que los diputados de la oposición puedan tener repercusión en la toma de decisiones.
Pues Mike Johnson, claramente, demostró que tiene, primeramente, un amo: Joe Biden. Dos se vendió barato. Tres, ha deshonrado y traicionado al pueblo americano al que representan él y la Cámara donde se toman las decisiones más importantes del país.
Por favor también tengamos muy, pero muy en cuenta, que El "Speaker of the House" es apenas el tercero en la línea de sucesión a la presidencia en Estados Unidos.
Una posibilidad no tan impensable, diría Mike Johnson, puesto que Joe Biden tiene una avanzada y cada vez más obvia demencia senil y la vicepresidenta, Kamala Harris es una absoluta incompetente.
Los delirios de grandeza de Mike Johnson van más allá de lo que puede haber sido obra de "Don Dinero."
Mike Johnson sabía que los republicanos no apoyarían su ley tan injusta y tan llena de interrogantes. Pues haciendo gala de una diplomacia, que más suena a negociaciones turbias con los Demócratas, las leyes han dejado a los republicanos con el peor sabor de boca de nuestras vidas.
Porque esto es sólo la punta del iceberg.
Como se ha sabido a partir de los infames hechos protagonizados por Mike Johnson, éste ha sido más que halagado y congratulado por las altas esferas de Washington. 
Su asesora más cercana, la señorita Hannah Fraher, que llegó a su puesto en Noviembre a los pocos días del ascenso cuestionable de Johnson, después de deliberar por tres semanas quién había de suplantar a otro traidor como fue Kevin McCarthy de California, podría haber tenido una gran influencia en su jefe. Se sabe que Fraher durante más de una década ha dirigido campañas que han tenido por meta desprestigiar las políticas de Trump, y antes de Trump, las políticas más nacionalistas.
Los republicanos "MAGA" encabezados por Marjorie Taylor Greene, quien representa el Distrito 14 de Georgia, han pedido abiertamente la renuncia de Mike Johnson.
Sin embargo, el pasado de esta congresista, ha saltado por los aires, en una orquestrada campaña de desprestigio por sus estridentes declaraciones con respecto a las políticas de Biden, y su conexión, entre otras cosas, con las narrativas denominadas “conspiranoicas” de movimientos de ultraderecha como QAnon.
No he sido yo nunca fan de la Congresista Greene, a quien se le conoce por sus iniciales, MGT, tanto en los medios como en las redes.
Sin embargo, está claro, que las respuestas a la infame decisión de Johnson, han dado a conocer que la voz y los mensajes de MGT son la mismísima voz del pueblo americano.
Muy desgraciadamente, con la brillante y valiente excepción de medios independientes, este golpe bajo a nuestra democracia ha tenido muy poca cobertura en los principales medios conservadores. Y los que han hablado de este desafortunado desenlance, como es el caso de la poderosa Cadena Fox, se han pronunciado a favor de Mike Johnson.
Pero para muchos de nosotros que tenemos claro, y mucho, lo que representa que, básicamente, las dos Cámaras del Congreso han pasado al dominio de los Demócratas, vemos con absoluto dolor y profunda decepción que estas medidas cuentan con el apoyo incondicional de Donald Trump.
Los hechos están claros y son muy concretos.
Donald Trump perdió las elecciones del 2020. Los que apuestan por esa posibilidad de que hubo “irregularidades” bien saben que el señor Trump nunca aportó pruebas y fue asesorado por un equipo legal mediocre y dividido.
Los republicanos de su equipo, sus fans, y sus más incondicionales, lo empujaron a tratar de volver al poder, y Trump, cuyo ego aún no sabe aceptar su derrota, vuelve a la contienda obteniendo la victoria en las Primarias.
Pero desde su presunta nominación (la nominación oficial se anuncia este verano en la Convención Republicana) el señor Trump, entre sus multitudinarias apariciones en las Cortes de Georgia o Nueva York, donde está acusado de presuntos delitos fiscales, no ha hecho más que contradecirse.
Tengamos en cuenta, y esto es imprescindible tenerlo en mente, que Donald Trump ya ha gobernado. Fue el Presidente 45 y estuvo de inquilino en la Casa Blanca de Washington, por cuatro años.
Tuvo una gestión complicada, no solo por la tragedia de la pandemia del COVID-19 que arruinó su último año, y pudo haberle costado su reelección, sino porque fue iluso y le costó encontrar un gabinete que probara serle leal. Pero lo que no se puede negar es que llegó a la Casa Blanca limpiamente, con una campaña alejada de toda la retórica política desgastada de antaño.
Trump declaró ser Pro-vida sin condiciones y, ante todo, reclamaba que Estados Unidos se estaba desangrando con políticas y medidas antipatriotas e irresponsables en sus gestiones internacionales. Entre otros logros, pudo deshacer el Acuerdo de París, que destinaba millones de dólares a políticas dudosas sobre el medio ambiente, una fachada para engordar las arcas de los que han creado un mito a partir del supuesto "cambio climático."
Trump tenía una manera admirable de conquistar a líderes como Vladimir Putin, e incluso pisó suelo Norcoreano, una hazaña que jamás había hecho un presidente americano.
El ex-presidente supo ganarse el respeto del Rey de Arabia Saudita y fue, con enorme éxito, el gran gestor y árbitro de los "Acuerdos de Abraham" firmados entre Israel y varias naciones árabes, incluyendo los Emiratos, donde desde entonces llegan vuelos de El Al y se escucha el Hatikva, el himno nacional del estado hebreo.
Pero Trump, en los últimos meses, ha moderado su apoyo a los movimientos antiaborto. Ha amonestado a los judíos que no le votan. Y, ya como una última prueba de sus cambios cara a una segunda legislatura, ha respaldado la gestión de Mike Johnson sin chistar.
Mike Johnson no puede calificarse más que como un verdadero traidor, que ha podido dar a Joe Biden una victoria casi segura. 
Pero también sabemos que Donald Trump, no sólo ha brindado su respaldo a Johnson, sino que en todo momento ha estado en contacto con él para moldear el paquete de ayuda a Ucrania que se ha probado con la mayoría de los votos Demócratas.
El llano y buenote votante republicano que ha elevado a Trump a los altares políticos, aún no siente el punzante dolor de la puñalada que le acaban de dar por la espalda.
La sensatez nos dice que apliquemos la lógica: Mike Johnson es claramente una ficha demócrata puesta a dedo por movidas muy extrañas. Hay que tomar en cuenta que Johnson no fue jamás un postulante serio a la portavocía del congreso. Su ascenso fue, como mínimo, dudoso.
Johnson ha puesto a republicanos ideológicamente liberales en comités y otras posiciones claves, y, como ya hemos explicado está asesorado por personajes que desde siempre han rechazado las políticas "trumpistas."
Johnson ha venido con una agenda y la está cumpliendo.
Estoy segura de que mucha de la información que ha sido dada al Portavoz Johnson, se irá conformando con lujo de detalles en los próximos pocos meses.
Trump apoya la gestión de Mike Johnson. Y con este gesto podría estar traicionando la confianza de sus más acérrimos defensores. 
Todo sea por el poder. Hay que llegar no importa a qué precio.
Señores, es oficial, Donald Trump, se ha graduado Cum Laude de político profesional, populista y demagogo como tantos, o, tal vez, como todos.
Sus ideales pro Estados Unidos y sus principios ya tienen precio y están comprados. No hay otra manera de verlo.
Es un día oscuro para los que hemos depositado nuestra confianza en los principios que pensamos se regían frente al globalismo extremo y el desangramiento moral de nuestra civilización.
Quiero dejar claro que no pretendo cambiar la intención de voto de nadie. Pero me era imprescindible y urgente poder hablar con claridad de lo que podrían ser los últimos días del Partido Republicano que conocemos.
Muchos comentaristas ya predicen el fatídico comienzo de un "Uni Party" (un partido único) donde se fusionan las ideas más anti democráticas para adoptar sin miramientos las agendas de los lobbies de Washington que crean y expanden propaganda, financiada, a su vez, por las empresas más poderosas, ya no sólo de Norteamérica sino del resto del mundo, por supuesto con China a la cabeza.
Quedan 6meses6 para que el destino de Occidente quede sellado para siempre.
Podríamos hacer tantas cosas, pero, lo cierto es que vemos a una gran mayoría de americanos demasiado ignorantes y demasiado desahuciados para resistir y exigir que se nos respete.
Sólo nos queda, a algunos, que no muchos, tomar consciencia de que no estamos siendo escuchados sino manipulados.
El derecho al voto es quizá lo que no nos han podido robar en esta moribunda democracia que está a punto de caer.
En este momento hay más preguntas que respuestas. Sólo existen dos posibilidades, Donald Trump y Joe Biden. Los que pensábamos que Trump cumpliría nuestras expectativas nos vemos en una triste disyuntiva. De alguna manera estamos de luto, porque este cambio de actitud en la integridad de Trump no debe pasar desabercibida.
Por lo momentos yo, personalmente, me he dado de baja del partido Republicano. Ahora soy una votante independiente a quién no pueden comprar consignas políticas. No tengo precio. Mi decisión con respecto a Noviembre está en el aire--por los momentos.
Hay quienes afirman, y no sin razón, que así es la política. Y de hecho tendríamos que hacer una profunda reflexión y un mea culpa puesto nosotros, los ciudadanos, hemos sido conformistas y débiles y muchos habrán de decantarse por el candidato "menos malo."
Ojalá tengamos una mejor consciencia para futuras elecciones. Tenemos mucho que aprender. Sin duda.
Noviembre está a la vuelta de la esquina. Depende de nosotros evitar que los que toman al toro por los cuernos nos condenen al suplicio de banderillas negras. Y peor aún, que nuestra suerte suprema esté echada y veremos la sangre de nuestros héroes de aquellas arenas de 1776 derramada completamente en vano.

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