Monday, June 24, 2024

Los Paleo Conservadores: Templarios Heroicos o Charlatanes sin Remedio?

La bandera del movimiento paleo conservador Norteamericano

El cardo de leche, también conocido como el cardo mariano (Silybum marianum) es una planta herbácea nativa de las riberas mediterráneas y Asia, que ya es cultivada y se ha propagado por el mundo entero.

Desde hace más de 2,000 años, se ha utilizado por sus supuestos beneficios para la diabetes y para la desintoxicación del hígado.

Es de los productos más populares y de mayor venta en cualquier establecimiento de suplementos y de salud natural. 

Pero el cardo mariano, que en su estado natural puede crecer hasta los 3,5 metros de altura, es también una "mala hierba" con niveles de micotoxinas altísimos. Las micotoxinas (T2) son sustancias venenosas producidas por hongos. Su ingestión puede causar daños severos, e incluso la muerte.

La parte beneficiosa de esta hierba es la semilla. A pesar de su amplia difusión como una "planta medicinal," muchos médicos, específicamente los oncólogos, se han mostrado escépticos de que esta hierba sirva verdemente para algo.

Pero a pesar de que todo lo que se conoce del cardo mariano es de reputación cuanto menos dudosa, se sigue reproduciendo en nuestras aceras, nuestros jardines, y parecieran casi inmunes a los insecticidas. De hecho, son tan nocivas que se consideran plantas con niveles invasivos Clase A, de alto calibre.

La industria de la medicina alternativa, por otra parte, ve, en el cultivo y la propaganda de esta hierba, una mina de oro, y no hay marca de vitaminas y suplementos que no tenga su propia fórmula de cardo para la depuración del hígado de toxinas.

Es decir, una de las plantas más tóxicas que existe, es a la que debemos "confiar" uno de nuestros órganos vitales más nobles de nuestro cuerpo...

Cómo explicamos eso...?

Un fenómeno similar al cultivo y a la propagación, si puede decirse, detrás del uso medicinal del cardo mariano, es lo que pareciera estar ocurriendo con la multiplicación masiva, viral--y virulenta-- del paleo conservadurismo, una de las vertientes del movimiento conservador, o de derechas, más radicales que existen actualmente.

El prefijo "paleo," del griego "palaiós," que significa viejo, antiguo, es una manera que, los que se identifican con esta vertiente ideológica, se separan de las otras corrientes conservadoras, alegando que ellos, los paleo conservadores, son, históricamente los más puros y los más tradicionalistas.

A lo largo de este análisis vamos a utilizar la abreviación "paleocon" para hacer fácil el entendimiento de este concepto tanto en política como en la reñida batalla cultural.

El movimiento paleo conservador tiene sus raíces en el siglo XVIII, en la época en que los Estados Unidos era una república recién nacida. En aquel entonces, los precursores del conservadurismo se hacían llamar "federales," doctrina liderizada por Alexander Hamilton, los que apoyaban que el gobierno tuviese un amplio y férreo control de la nación, versus los "anti-federalistas," entre los que destacaron primordialmente figuras como Thomas Jefferson, que argumentaban que demasiado poder en manos del Estado podía acabar siendo una tiranía.

Pero en realidad, los paleocons no tuvieron un lugar propio en la política Estadounidense hasta los años 40s,  cuando resurgen después de una larga ausencia, para oponerse a la política internacional de Franklin D Roosevelt.

¿En qué consiste esta filosofía ideológica?

Los paleo conservadores son, en primer lugar, profundamente nacionalistas. Con respecto a cualquier conflicto bélico, son aislacionistas, y defienden, por encima de todo, las tradiciones cristianas protestantes. En lo económico, los seguidores de esta corriente, suelen practicar un capitalismo proteccionista, lo cual, explican, es una manera en que el gobierno ha de proteger el libre mercado de las garras de las potencias extranjeras.

Otra de las características de los seguidores del movimiento paleo conservador es que son altamente "paternalistas," una terminología que rechaza el individualismo, en pro de una sociedad donde, de acuerdo a una jerarquía económica, se tenga la obligación de subvencionar a los más necesitados. 

Los paleo conservadores son tajantemente antisemitas, y se oponen a la existencia del Estado de Israel. En cualquier conflicto del Medio Oriente, como el que se vive actualmente desde la masacre del 7 de Octubre, se ve claramente que los paleocons se adhieren a la causa pro-Gaza.

Muchos paleocons son racistas, y se oponen ferozmente a la inmigración descontrolada--legal e ilegal. Son homófobos y se han manifestado en contra de los derechos a las minorías LGTBQ.

Estas tendencias se han disfrazado con la difusión de propagandas más populistas de las que hablaremos a continuación. Pero el paleo conservador de "pura cepa" se mantiene fiel a sus "mandamientos."

Una de las figuras, en la edad moderna que ha sido el vocero más conocido de este renacimiento de ideas paleo conservativas en las últimas décadas es Pat Buchanan.

Patrick Joseph Buchanan, nacido en 1938, merece, sin duda, su propio ensayo. Pero, brevemente, diremos que Buchanan es un político, periodista, editor y comentarista, que ha mantenido abiertamente su postura paleo conservadora por más de cinco décadas.

Desde 1985 a 1987, fue Director de Comunicaciones del gobierno de Ronald Reagan. En el año 2,000, con la llegada del milenio, de la "World Wide Web," pero previo a las redes sociales, Buchanan fue candidato presidencial del Partido Reformista (que aún existe) obteniendo más de 400,000 votos, lo cual lo puso en cuarto lugar.

Estas elecciones, recordarán, las ganó George Bush, tras una complicada y controversial decisión de la Corte Suprema de Florida.

Volviendo al tema de Israel, fue Pat Buchanan el que dijo que Capitol Hill en Washington, DC, era "territorio israelí" en suelo americano--y no precisamente como una virtud. 

Los paleocons han sido opositores a cualquier ayuda económica a Israel, confirmando así su desdén al pueblo judío y su posición como aislacionistas.

Con la llegada de Bush al poder, podríamos decir que comenzó una era en política tanto americana como fuera del territorio Estadounidense, conocida ampliamente como los neoconservadores. 

Frente a un resurgimiento tan agresivo de las políticas paleo conservadores, de lo cual hablaremos en unos instantes, los neoconservadores son los que se conocen con el nombre de conservadores "globalistas," que ocupaban una fracción importante del Partido Republicano previo a la llegada de Donald Trump a la política en el 2015.

Es relevante aclarar que los paleo conservadores son comúnmente asociados con el grupo llamado "Alt Right" o "derecha alternativa." Estos a su vez están profundamente identificados con los "neonazis."

Si bien no son lo mismo, para bien o para mal, los paleocons tienen denominadores comunes, y se sitúan en lo que conocemos popularmente como la "extrema derecha."

Personajes tan mediáticos, y en mi opinión, muy tóxicos, como el periodista Tucker Carlson, la diputada por el estado de Georgia, Marjorie Taylor Greene, la comentarista afroamericana Candace Owens, y los "podcasters" como Nicholas "Nick" Fuentes y Alex Jones, se consideran a si mismos paleo conservadores.

Un término que ustedes pueden haber oído de parte de las esferas progresistas para referirse a los paleo conservadores es "Cristianos Nacionalistas."

En mi caso personal, como mujer judía, me es imposible identificarme con esta corriente de la doctrina conservadora, por razones más que obvias. Sin embargo, coincido con ellos en la oposición al aborto, por ejemplo.

Y es que al igual que sucede con la analogía que he expuesto del cardo mariano, todos los que somos conservadores vamos a coincidir en mucho de lo que se quiere defender por parte de los conservadores tradicionalistas. Yo, entre otras cosas, igualmente coincido en lo nocivo que es el fantoche multimillonario del "cambio climático," o la Agenda 2030.

Muy lamentablemente, la filosofía--o ideología, si así prefieren--de los paleo conservadores tiene un alto nivel de veneno intelectual, que ha afectado a las mentes más débiles, y que como cualquier "mala hierba," ya se ha expandido por muchísimos países, en respuesta a las propuestas maquiavélicas del tan ponderado "Socialismo del Siglo XXI."

El movimiento paleo conservador ha hecho, en los últimos pocos años, una metamorfosis muy complicada. Los jóvenes de la Generación Z, en su infinita fragilidad e ignorancia, y en su perenne búsqueda de identidad y propósito, se han adherido a esta doctrina como lapas. 

El único conocimiento que tienen de los paleocons es lo que han, mayoritariamente, aprendido en redes, y esta difusión mal construida de las derechas extremas, han provocado que el conservadurismo, en líneas generales se diluya y se deforme.

De esta matriz han podido darse a conocer vertientes diferentes del movimiento conservador, entre las cuales es especialmente preocupante y contagiosa la del "populismo nacionalista," está representada en su máxima expresión por Trump, así como varios líderes como Javier Milei, en Argentina, y el recién nacido partido político español, "Se Acabó La Fiesta," liderizado por el seudo periodista Alvise Pérez, una hechura de la red social "Telegram" que revolucionó la opinión mediática obteniendo más de 800,000 votos en las elecciones al Parlamento Europeo, con derecho a tres diputados. Nada mal para un novato.

Lo preocupante del surgimiento--o incluso podríamos hablar de un renacimiento--de ideologías de extrema derecha, es que no son, per sé, EL problema. Son, sencillamente un síntoma más, una metástasis, si se quiere, de una sociedad profunda e indeseablemente decadente; de una juventud desubicada, mal preparada, abandonada, incluso; y sobre todo, de un capitalismo furibundo y mal practicado, donde se quiere hacer de cualquier partido político o cualquier filosofía o eslogan, un negocio redondo.

Creo yo, que dentro de la filosofía paleo conservadora, y aunque pueda ser un oxímoron, se puede ya hablar de un "neo-paleo conservadurismo," plagado de un populismo empalagoso.

El populismo, para mi, es la mismísima demagogia, que tanto ha devaluado a nuestra democracia, pero con esteroides.

El populismo, sin duda, ha sido el mayor fertilizante para esta "mala hierba," pero es, lo más rentable. Es lo más inflamable. Es lo más atractivo. Es el ingrediente vital para una fotosíntesis perfecta.

Otro gran problema de este movimiento, y esto es quizá lo más importante a recalcar, es el grado intelectual y moral de los personajes--o dicho sea de paso--avatares, que se han alzado como defensores del conservadurismo nacional tradicionalista.

La gran mayoría de estos activistas y políticos son creados por los mismos usuarios de las redes sociales, que han convertido cada intervención o cada sandez que dicen en "trending topics" con difusión máxima de arroba en arroba.

Es tal el hambre--y el estratosférico ego--de los neo paleo conservadores, que funden diferentes conceptos, sin prestarse a ver las incongruencias y las barrabasadas que dicen y que hacen.

Lo de ellos es hacerse escuchar, llamar la atención, ser controversiales y estar atentos a aquello que el guión "du jour" obliga a apoyar, aunque se tenga cero conocimiento de las claves o la esencia del guión en cuestión.

Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, y actual candidato al Partido Republicano, ha sido, equivocadamente, llamado un paleo conservador. Los expertos en este tema, de hecho, lo sitúan más, y estoy de acuerdo, como un populista con trazos nacionalistas.

El problema es, que a partir de su irrupción--o erupción--en la esfera política y mediática, es cuando hemos visto proliferarse a tanta "mala hierba" de la que pareciera haberse formado una selva tóxica, de la que poco puede verse una salida (si es que la hay)

El haber hecho del movimiento paleo conservador una especie de "Lázaro" político, quizá fue, desde un principio, un grave error. Si bien es cierto, que había--y hay--que hacerle frente a la destrucción moral y económica provocada tanto por los socialistas y neo comunistas, como por los neoconservadores o globalistas, se descuidó por completo la ingeniería de este renacimiento.

Siendo los paleocons una idea nativa de la esfera angloamericana, quizá una posible moderación, reforma o reconstrucción del movimiento conservador per sé, nos tendría que remontar a las ideas, a mi modo de ver, impecables, de nuestros Padres Fundadores; un estudio responsable de la historia, y una madurez intelectual que también debería imperar en las redes sociales y los medios de comunicación.

Esta utopía, lamentablemente, podría ser imposible, o improbable, por muchísimo tiempo, dado que la maquinaria que ceba y nutre al populismo nacionalista, es incansable.

Esta situación nos deja a muchos conservadores convencidos, casi huérfanos. Y esto puede parecer desesperanzador.

Hay quienes, y esto es positivo, han denominado a Ron DeSantis, actual gobernador del estado de la Florida, y ex candidato presidencial, como una figura del paleo conservadurismo del siglo XXI. Y me atrevo a decir, de que a pesar de que sí es, como quien dice "mano dura" con las políticas sociales de la extrema izquierda, es quizá de los pocos tradicionalistas que no busca ser chocante, sino que busca traer soluciones firmes sin tanto aderezo populista.

Hay jovencitos, menores de edad incluso, que no pueden votar siquiera, que se consideran fans de los movimientos paleo conservadores, únicamente porque este les parece "cool," y quizá no entiendan nada de lo que dicen apoyar, pero han encontrado una manera de sentirse que son parte de una manada que los acepta y los incluye.

Dicho esto, creo yo, que lo menos relevante aquí, es cual es o no la ideología política favorita. Lo más urgente es el saneamiento moral e intelectual de una sociedad que pueda levantarse con valores judeo cristianos, por supuesto, pero que rechace a cualquiera de estos charlatanes que no tienen la menor idea--o sí--del daño que hacen. Un legado que puede costar carísimo a la civilización Occidental que conocemos hoy por hoy.

En su clásico "Juan de Mairena," publicado en 1936, el poeta y escritor Antonio Machado (1875-1939) escribió:

"Imaginad un mundo en el cual las piedras pudieran elegir su manera de caer y los hombres no pudieran enmendar, de ningún modo, su camino, obligados a circular sobre rieles. Sería la zona infernal que Dante habría destinado a los deterministas (deterministas se llamaban a sí mismos los que creyeron en una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluso el pensamiento y las acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena causa-consecuencia predestinando el estado actual de una persona o una circunstancia a que de esa misma manera en que vive hoy, continuará viviendo siempre) Políticamente, sin embargo, no habría problemas. En ese mundo todos los hombres serían liberales; y las piedras... seguirían siendo conservadoras."

Pero con mil respetos a Don Antonio, que en Gloria Esté, creo yo que una civilización equipada intelectual y espiritualmente para conversar hasta con las piedras, podría, sin miramientos, con contundencia, pero sin carecer de fundamento y compasión, decir, sí, este es vuestro justo lugar...

...Pero imaginen un destino donde puedan, piedra a piedra, construir un mundo nuevo, y edificar bondades como templos y reconstruir, incluso desde sus cenizas, una civilización (casi) perdida.

No comments:

Post a Comment

Los Paleo Conservadores: Templarios Heroicos o Charlatanes sin Remedio?

La bandera del movimiento paleo conservador Norteamericano El cardo de leche, también conocido como el cardo mariano ( Silybum marianum ) es...